Un milagro y un punto (1-1)
Un muy buen Córdoba pone contra las cuerdas al Málaga que empató en los últimos minutos con un tanto de Haitam tras un paradón de Alfonso Herrero.
5 noviembre, 2023 22:05Noticias relacionadas
El Málaga CF vuelve a hacer bueno eso de que cuando no se puede ganar al menos no hay que perder. Es lo que hizo contra el Córdoba en La Rosaleda tras verse contra la cuerdas en varias ocasiones. Prácticamente estuvo en la lona. Pero cuando estuvo a punto de caer surgió el vuelo de un ángel, Alfonso Herrero, con un paradón antológico que provocó la contra del empate de Haitam. Sigue sin perder el Málaga, aunque esta vez estuvo muy cerca.
Es un señor equipo el Córdoba, que hizo muchas cosas para ganar y ser el primero en llevarse todo el motín de La Rosaleda, pero entre Herrero y los niños de La Academia -Cordero, Roberto, Loren y Haitam participaron en la jugada del gol-, abanderados por Larrubia, que llevó la batuta en ataque, impidieron que el conjunto blanquiverde cercara en la clasificación al Málaga.
Las lesiones y la Copa del Rey, que el Córdoba no disputó, hicieron mella en el Málaga, que sin embargo volvió a tirar de raza y el talento de los más jóvenes para no bajar los brazos.
Para el once, Sergio Pellicer tiró de lo que tenía y pudo incluir a Nelson Monte, que llegó a tiempo. Herrero, con Gabilondo, Monte, Einar y Dani Sánchez; Genaro y Dani Lorenzo en la medular más Kevin y Larrubia en los extremos; en punta, Dioni y Roberto. En el Córdoba el exmalaguista Salazar salió de inicio y en las gradas, duelo de cánticos entre aficiones, muy numerosa la del Córdoba.
El Málaga CF no salió tan arriba como en otras ocasiones. Quizás respeto, quizás dosificar por el poco fondo de armario que tenía Pellicer este domingo. Larrubia fue el más revoltoso en los primeros veinte minutos. De sus botas nació todo el peligro blanquiazul. Entró por los dos flancos, por un su disparo lo tapó un defensa y por el otro, en la izquierda a pierna natural se pasó de potencia en el centro cuando se había colado hasta la cocina. El Córdoba por su parte la sacaba siempre jugando desde atrás, con paciencia, moviendo al Málaga para encontrar los huecos y dejando sin ideas a la presión malaguista.
Y a los 22' pudo adelantarse en el marcador si Toril alcanza un pase de la muerte que le metió Kuki Salazar desde la izquierda. Se tiró al suelo el delantero pero no llegó. En el 30' se repitió la conexión, esta vez Salazar la puso desde la derecha después de un córner y Toril remató más solo que la una en el área. No ajustó el punto de mira. Pero a pesar de estas dos ocasiones el Málaga estaba llegando bien al área verdiblanca. Le faltaba concretar alguna ocasión.
Pero el Córdoba no se arrugó y así llegó el primer jarro de agua fría esta temporada a La Rosaleda. Una jugada por la derecha del ataque blanquiverde la culminó Simo anticipándose a la defensa con un remate blando de cabeza que Herrero no pudo atajar. El Málaga pagaba las imprecisiones en las que había caído en los últimos minutos. Era el 39'. Quizás al Málaga le estaba faltando algo más de presencia en el centro del campo, donde Genaro no llegaba a todas y Dani Lorenzo siempre recibía muy solo, sin apoyos. Kuki Salazar estaba haciendo mucho daño a la espalda de los mediocentros. En el 44', Diarra tuvo un disparo claro al borde del área pero se llenó de balón y mandó la pelota muy arriba. El gol le dolió al Málaga.
La premisa del Córdoba era clara nada más salir de la caseta. Que se jugara lo menos posible. Y los jugadores del Málaga fueron cayendo en la trampa. No fue un Málaga en tromba el que salió después del descanso. El equipo de Iván Ania supo contenerlo y de hecho pudo hacer el segundo. Se le apagó la luz a Carracedo antes del último pase. Simo tuvo otra en una contra pero disparó blando desde el borde de área. El Málaga estaba desquiciado. No se había visto en esas en toda la temporada. Lo peor era mirar al banquillo, donde había pocas soluciones.
Entre tanto, Simo perdonó otra vez a puerta vacía el segundo. El Málaga dejó que Carracedo se metiera hasta la cocina y la pusiera al segundo palo, donde el autor del primer gol llegaba solo. No acertó a conectar con la pelota.
Sí acertó Larrubia en la siguiente jugada en la que fue Kevin quien por primera vez creó peligro. Con todo a su favor, el 10 la estampó contra la defensa. La jugada nació con un balón que se llevó Roberto cuando nadie daba un duro por él. Pellicer, por vía de Manolo Sánchez, arriesgó. Retiró a Genaro y a Kevin por Haitam y Cordero. Formó entonces con tres el centro, Lorenzo, Larrubia y Cordero.
Dioni desperdició el empate en el 69'. Herrero lanzó una contra imposible. Pero Haitam y Larrubia continuaron en la presión para recuperar la pelota. Gabilondo la puso al segundo palo donde Dioni tuvo tiempo de pararla y rematar. La estrelló en el portero.
Después de que el Córdoba perdonara de nuevo el segundo la tuvo Juan Hernández, que acababa de entrar. Una diablura de Haitam acabó con un remate del murciano en el primer palo. Antes había salido Recio para darle empaque al centro del campo. Se llevó el aplauso de La Rosaleda.
Solo algo extraordinario podía ocurrir para que el Málaga le diera la vuelta a la situación, Y primero llegó el milagro. Con un delantero del Córdoba volando para mandar de cabeza a la red la puntilla, apareció un ángel vestido de rosa. Alfonso Herrero voló como no se había visto nunca a nadie en La Rosaleda. En la parada caben todas las hipérboles. La pelota la recogió Juan Hernández. En el otro extremo del campo había llegado corriendo el murciano cuando se la dio Cordero larga. Se tiró al suelo para ponerla hacia atrás. La recogió Roberto que de nuevo buscó lo que venía a su espalda. Eran Loren que no acertó. Pero sí Haitam, que la mandó con toda la parsimonia del mundo con el interior del pie izquierdo para dentro. La Rosaleda explotó.
Pero el Córdoba no se me amedrentó y consiguió que el Málaga jugara los últimos minutos con diez. Galilea vio la segunda amarilla. Otro problema. Ya el conjunto blanquiazul no fue capaz de tener el balón con uno menos. Se consiguió frenar a un rival que venía lanzado y se dio por bueno el punto.