Apenas acabaron los cánticos cuando se retiraron los jugadores del Málaga CF a los vestuarios del estadio de La Rosaleda, empezó la cuenta atrás para un malaguismo al que la semana se le va a hacer eterna, pendiente de cualquier resfriado de los suyos, de cómo conseguir una entrada, de cómo viajar hasta Tarragona, haciendo cábalas sobre qué resultado -tras el 2-1 de la ida- le vale a su equipo para ascender aunque lo tengan más que claro.
Por delante, el Málaga tiene una semana para preparar uno de los partidos más importantes de su historia reciente, el que lo puede devolver al fútbol profesional, pero que será algo más que un partido. Es más, vistas las intenciones del Nàstic en La Rosaleda, el fútbol puro y duro será lo menos importante en el Nou Stadi dentro de seis días.
Será una batalla mental, en la que el Málaga no puede salir como lo hizo al inicio de las dos partes este sábado en La Rosaleda. En el minuto 2 se llevó un aviso de Godoy que falló lo infallable, y después en el 46' David Concha no tuvo piedad ante una defensa llena de espectadores en el arranque de la segunda parte.
Para mentalizar a los suyos, para que limpien la mente vino a decir, Sergio Pellicer se llevará a la plantilla dos días a Marbella de concentración. Ya lo hizo en la semana previa al debut en el playoff en Balaídos contra el Celta Fortuna. De momento, la plantilla descansó el domingo y regresa este lunes al trabajo antes de la mini concentración para que la que todavía no hay fecha, aunque todo apunta a que sea entre martes y miércoles.
El equipo viajará el viernes para pasar la larga jornada del sábado hasta que den las 21.00 horas concentrado en tierras catalanas. Rumiando cómo meterle mano al partido de sus vidas, el que puede devolver al Málaga CF al fútbol profesional. El que nadie se quiere perder.