Francis Alonso (Málaga, 1996) ha vuelto a las pistas tras una lesión que ya sufrió en el Bilabo Basket al salir del Unicaja. Y aunque tiene muy claro su objetivo, lograr el ascenso a la ACB con Estudiantes, no esconde que volver a su ciudad natal "sería un sueño".
Una lesión nunca es fácil, y más cuando en el pasado se ha sufrido exactamente la misma, pero Francis Alonso se muestra muy feliz por estar de vuelta con sus compañeros. "Al principio se hizo difícil, pero en cuanto acabamos con la rehabilitación, con ganas de volver y aportar al equipo", explica el escolta para EL ESPAÑOL de Málaga.
Vayamos a sus inicios. Como malagueño, y con su padre, Paco Alonso —jugador del Caja de Ronda y técnico ayudante de Boza Maljkovic en el Unicaja— como espejo en el que mirarse, declara que jugar en la cantera cajista "significa mucho", más aún por sus "relaciones dentro del club".
Francis Alonso cuenta maravillas de su padre, porque todo lo que soñaba y por lo que luchaba, lo veía constantemente con sus ojos. "Ha sido una figura clave. Verlo entrenar, llegar casa, ver baloncesto y entrenar juntos… Todo ha sido más fácil por él. He tenido la suerte de tener una familia muy ligada al baloncesto", insiste.
A los 14 años le surgió la oportunidad de vivir el famoso sueño americano, pero "con esa edad uno piensa en sus amigos, en su familia y en cómo va a dejar un sitio como Málaga". En la temporada 2014/15, ahora sí, decide irse a Estados Unidos, primero a la Academia Cushing Academy y, más tarde, a la Universidad de Carolina del Norte de Greensboro.
"Buscaba un nuevo reto. La temporada anterior había sido difícil por el bachillerato, estaba con el LEB, en júnior tenía la liga sénior y la júnior, tuve una lesión por un golpe fuerte en la cabeza y en ese momento fue una decisión fácil de tomar. Es una de las mejores oportunidades para los jugadores de baloncesto jóvenes", relata.
No se equivocaba. En su primera campaña en Greensboro promedió 13 puntos y casi 2 asistencias por partido y fue incluido por la prensa y los entrenadores en el mejor quinteto freshman. En 2019 completó su ciclo en la NCAA, batiendo el récord de triples de su universidad, siendo MVP de su conferencia en 2018 y parte del quinteto ideal en 2018 y 2019. Allí todavía se acuerdan del malagueño, y a partir del próximo 27 de julio, su camiseta descansará en lo más alto del pabellón universitario.
"Cuando me llamaron y me dijeron lo de la camiseta me vine abajo, fue un momento increíble. Me acuerdo de cuando llegué y vi las camisetas retiradas que había. Yo quería dejar un legado en la universidad, y que hayan tomado esta decisión es un sueño hecho realidad. No solo lo veo como un premio, estoy muy orgulloso de que otros chavales quieran seguir mis pasos", cuenta.
Tras su exitosa etapa en Estados Unidos, fichó por el Unicaja por dos temporadas más una opcional, aunque la primera se marchó cedido al Fuenlabrada, que lo define como "un movimiento muy bueno para el crecimiento como jugador", aunque una lesión no lo puso nada fácil.
Su vuelta definitiva a Málaga se dio en plena pandemia. "De una situación muy difícil como fue la COVID y estar tres semanas solo en Oviedo intentando mantenerme en forma, formar parte del equipo fue un momento muy bonito", detalla.
En el Unicaja vivió la transición entre Luis Casimiro e Ibon Navarro, con Fotis Katsikaris en medio. "Teníamos un equipo muy bueno a nivel de talento, pero no hubo compenetración y el sistema no funcionaba tanto a la hora de imprimirlo sobre la pista. Ibon supo hacer rodar el sistema y sacó el equipo hacia delante. Ahora se ve el trabajo que está haciendo", dice.
Después de cumplir su sueño de jugar en ACB con el Unicaja, entendió que necesitaba minutos y no ser el jugador número 13. Todas las partes respetaron su decisión e hizo las maletas con rumbo Bilbao, "donde dio lo mejor de sí mismo", aunque tuvo una lesión de rodilla.
El verano pasado fichó por el Estudiantes de LEB Oro, a la que califica como una liga "muy difícil y competitiva". Tras ganar la Copa Princesa en casa, en el WiZink Center, que "fue un momento muy bonito”, sabe que "hay que llegar con las mejores sensaciones a la recta final de temporada para conseguir el principal objetivo, el ascenso".
Aunque está 100% enfocado en el objetivo de esta temporada, no esconde que le encantaría volver a Málaga en algún momento de su carrera. "Sería un sueño. Creo que las lesiones me han parado en los momentos en los que estaba cogiendo ritmo, así que me gustaría llegar a lo mejor de mí y poder darlo en mi ciudad", afirma.