El verde, el color más brillante del arcoíris de la ilusión del Unicaja: ni la lluvia se atrevió a chafar la celebración
Con algo de retraso por las inclemencias meteorológicas, los flamantes campeones de Europa ofrecieron su trofeo de la BCL a los aficionados en una emotiva rúa por las calles de la ciudad.
29 abril, 2024 23:45Noticias relacionadas
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Llegaron a las 5.15 horas al aeropuerto de Málaga desde Belgrado después de vencer al Lenovo Tenerife (75-80), pero el cansancio no impidió a los campeones de la BCL, los jugadores del Unicaja de Málaga, disfrutar de su tradicional rúa desde Los Guindos hasta el Santuario de la Victoria. La que sí casi la chafa fue la lluvia, que obligó a la organización retrasar a las seis y media de la tarde la salida desde el pabellón verdimorado. Afortunadamente, un bonito arcoíris acabó pintando el cielo malagueño, la lluvia frenó y la fiesta habitual de Dylan Osetkowski se pudo extender por las calles de la ciudad de Málaga.
El verde fue el color que más brilló en el arcoíris malagueño y no es casualidad. Desde primera hora de la tarde, pese al chaparrón que caía, cientos de seguidores de la denominada marea verde aguardaban a las puertas de Los Guindos aún sin tener del todo claro si los festejos seguirían adelante. En la espera, sobre todo los más pequeños, a modo de entretenimiento, cantaron el himno de Pablo López y el ya clásico lema entre la afición: "¡Ibon tiene un plan!".
Sobre las seis de la tarde se confirmaba que la comitiva recorrería las calles de Málaga, pero no fue hasta las seis y media cuando el autobús de los campeones arrancó camino de la plaza de la Marina. En el camino, decenas de aficionados pitaban desde los coches buscando la mirada de los jugadores, a los que saludaban con efusividad.
Sin embargo, a la altura de la calle Pacífico, todas las miradas del autobús de la prensa fueron para la pequeña Sofía, una niña malagueña que siguió corriendo --a un trote verdaderamente espectacular-- a los campeones de la BCL. ¿Su objetivo? Lograr que los jugadores le firmaran su camiseta. Tras lograr que Ibon Navarro la cogiera, la organización decidió subirla al autobús un tramo hasta que lograra la firma de todos los jugadores. Un bonito detalle que, sin duda, no olvidará en la vida.
Tras el paso de Sofía por el bus, un intenso chaparrón hizo acto de presencia. Tanto, que algunos de los jugadores, así como el propio Navarro, se enfundaron unos chubasqueros de plástico y de color rojo nada discretos. Una gran lección la de estos campeones, que decidieron seguir en la segunda planta mojándose, en señal de agradecimiento de los seguidores que estaban esperándolos en las calles desde temprano.
A punto de llegar a la plaza de la Marina, el flow estadounidense de Perry se hacía notar en el autobús del Unicaja. Le daba exactamente igual la lluvia. Junto a Carter y Taylor, el MVP de la competición se pegó unos bailes con los temas de hip-hop que sonaban en el altavoz que ellos mismos portaban, como si estuvieran recién salidos del mismísimo Bronx.
La primera parada de esta rúa de campeones llegó en la sede de Unicaja Banco. Los cajistas ofrecieron su trofeo al presidente de la Fundación Unicaja, José Manuel Domínguez. "Carpena lleno cada día, nos da mucha fuerza. Todos lo flipamos cuando vamos al Carpena. No es fácil ganar títulos, por mucho que la gente lo piense. Disfrutemos de este equipo", dijo el capitán del equipo, el malagueño Alberto Díaz.
Díaz lleva el ADN de Los Guindos en la sangre y se mostró muy emocionado de volver a estar ofreciendo a la ciudad que le vio nacer un nuevo trofeo, el sexto de la historia del club. Aunque el paso del equipo por la sede de Unicaja fue más light y protocolario, la guasa se desató en el Ayuntamiento de Málaga, donde el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, recibió a los campeones, así como el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado; o el concejal de Deportes, Borja Vivas, así como otros representantes de diferentes partidos.
En el balcón, Ibon Navarro agradeció a la afición su presencia con una afonía verdaderamente intensa. "Otro día os diré algo, hoy no puedo", dijo a duras penas el entrenador con una sonrisa. Eso sí, cuando escuchó a Fede, el speaker del club decir a la afición que le gustaría volver en junio --lo que implicaría que ganen la liga--, se le borró de la cara y se echó las manos a la cabeza. No ha saboreado la victoria de un campeonato cuando ya le están metiendo presión para la próxima. Pero la afición lo tiene claro: saben que Ibon siempre tiene un plan y estarán ahí para apoyarlo a muerte.
Él fue uno de los más aclamados por los aficionados junto a Perry, Díaz y Dylan Osetkowski. Este último recibió varios gritos de "Dylan, quédate" durante el transcurso de los actos, ante los rumores de que el próximo verano llegue una oferta tentadora que haga que deje el equipo. El jugador hacía oídos sordos a estos cánticos, pero en su paso por el balcón agradeció a la afición el cariño y prometió que trabajarían para volver a subir a ese autobús. "Gracias por su apoyo. Os amo. Vamos a por la liga", exclamó.
Si bien Will Thomas, la viva imagen de la frase "genio y figura hasta la sepultura", no sonrió ni un momento y trató de esconderse en todos los momentos protocolarios, el que estaba en su salsa era David Kravish, que estuvo muy receptivo sacándose fotografías con todos los fans que se lo pedían. Además, se atrevió también a hablar en español y aseguró que lleva a todos los componentes de la marea verde "en el corazón".
Y con un leve chispeo y el sol despidiendo la jornada, los jugadores volvieron a subir al autobús para llegar a su encuentro con la patrona de Málaga, la Virgen de la Victoria, una imagen que visitan por segundo año consecutivo y esperan, aseguraron, seguir llevando ofrendas florales muchos años más.
A la altura de la casa hermandad de El Rico, en la calle Victoria, se dio una imagen curiosa. Varios campanilleros tocaron al paso de los jugadores a modo de saludo. Cabe recordar que este año los jugadores emprendieron un nuevo recorrido hacia el Santuario por las obras del túnel de la Alcazaba, algo que generó imágenes distintas por las calles del casco histórico.
Esta plantilla es carisma. Esta plantilla es alegría. Esta plantilla es conexión. Esta plantilla es trabajo. Esta plantilla es resiliencia. Esta plantilla es especial. Y la combinación de todo ello ha hecho que se proclamen campeones de la Basketball Champions League. Felicidades, campeones.