
Avanza el sueño de Málaga de tener su propio Puerto Banús: este es el calendario previsto para la marina de San Andrés
El proyecto avanza a la casilla de la Gerencia de Urbanismo para la concesión de licencia. Los trabajos se alargarán al menos dos años y la inversión ronda los 45 millones.
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Tras no pocos vaivenes, Málaga está algo más cerca de cumplir el sueño de contar con su propio Puerto Banús. La aprobación final del proyecto constructivo por parte de la Autoridad Portuaria supone un hito relevante en el extenso camino administrativo de esta infraestructura náutica, que tiene tras de sí a los mismos inversores que promueven el rascacielos de 147 metros de altura en el dique de Levante.
El visto bueno del Puerto permite a la marina de San Andrés avanzar a la siguiente casilla del procedimiento: la petición de licencia ante la Gerencia de Urbanismo. La previsión de los responsables de la operación es que el permiso municipal pueda ver la luz este mismo verano, abriendo las puertas al arranque formal de los trabajos de manera inmediata.
Conforme al calendario manejado, el desarrollo de esta infraestructura, que dará cabida a más de 500 atraques para embarcaciones, necesitará de al menos dos años. Un lapso de tiempo que, de cumplirse, permitirá disfrutar de este equipamiento náutico en la parte final del año 2027.
El valor del puerto deportivo de San Andrés excede con mucho al propio escenario portuario, ya que permitirá potenciar el gran proceso de transformación en el que se encuentra inmerso este entorno urbano.
La pieza de la marina vendrá a sumarse a la apuesta municipal por levantar el Auditorio de la Música en la plataforma de San Andrés, dentro del propio puerto; a la activación del desarrollo inmobiliario de El Bulto, y al complejo de oficinas de 9.000 metros cuadrados que ya levantan la alianza de Merlin Properties y la family office de la familia Nieto.
Todo un enclave situado a pocos metros de una de las principales puertas de acceso a la capital de la Costa del Sol: la estación de ferrocarriles Málaga María Zambrano. Y ello es lo mismo que decir que se trata de amarres a menos de tres horas de Madrid.
Al Alfia, el motor del proyecto
Se cumplen ahora algo más de dos años desde fue adjudicada la concesión de los terrenos en tierra y la lámina de agua que serán explotados por Marina Málaga San, entidad integrada por Al Alfia, vinculada a la familia real de Catar, Igy Marinas y Ocean Capital Partners.
Entre los grandes atractivos de este puerto deportivo está que de sus 506 amarres, dos estarán destinadas a buques de 50 metros de eslora; 5, de 30 metros; 9, de 25 metros; 30, de 20 metros; 47, de 15 metros; 84, de 12 metros; 159, de 10 metros, y 170, de 8 metros.
A esto hay que añadir la apuesta de los promotores por convertir este puerto deportivo en un punto de referencia de "primeras firmas nacionales e internacionales". De hecho, en su memoria, Málaga San hablaba de la posibilidad de contar con marcas de lujo como Prada, Louis Vuitton o Gucci. Una oferta que se quiere ampliar con "firmas de prestigio gastronómico".
Dentro del complejo planteado se dibuja el llamado Complejo Náutico, con 1.820 metros cuadrados, que aspira a ser "hito referencial de la actividad social" de la ciudad. La idea es que sea punto de atracción para reuniones, comidas, celebraciones, estancias...
A ello hay que agregar una zona de ocio con el Embarcadero Turístico, desde donde se podrían realizar "paseos en barco con otras zonas portuarias o incluso con la terminal de cruceros". Una de las innovaciones principales pasa por recuperar la noria-mirador que fue desmontada hace varios años en la zona de Muelle Heredia.
La propuesta recoge una instalación desmontable a modo de mirador turístico o noria de 45 metros de altura que se levantaría en la plaza urbana contemplada en la unión de los muelles oeste y sur.
Para dar respuesta a las necesidades de los futuros clientes del puerto deportivo de San Andrés, el proyecto elaborado por José Seguí, incorpora 439 plazas de aparcamiento, 305 de ellas en superficie y 134 en un sótano previsto bajo los edificios comerciales.
A cambio de abonar del orden de 1,5 millones de canon de actividad anual, la empresa tendrá derecho a la explotación de 51.475 metros cuadrados de zona de tierra, donde habrá espacio para una escuela de vela, y 63.000 de lámina de agua.
El aspecto económico es de gran envergadura. Los cálculos manejados apuntan a que la marina tendrá, en el periodo de explotación de 50 años, un Valor Agregado Bruto (VAB) y un impacto socioeconómico total de 782 millones de euros. O lo que es lo mismo, de 15,6 millones al año. La previsión es que las arcas de la entidad portuaria reciban hasta 2070 una suma total de 146,9 millones en concepto de tasas portuarias y tarifas.