Hace unos meses pude hablar con los padres de una chica joven que estaba en mis pensamientos desde hacía tiempo. Se llama Sarah Almagro. Nació y creció en Marbella, en una familia muy unida. Desde pequeña, fue una niña activa, apasionada por el deporte y con un carácter alegre y decidido.

Su familia siempre la apoyó en todas sus actividades, especialmente en el surf, que se convirtió en su gran pasión. Era una joven con una vida social rodeada de amigos y con un futuro prometedor. Nunca imaginó que una enfermedad lo cambiaría todo de manera tan drástica.

En julio de 2018, con 18 años, Sarah empezó a sentirse mal, con síntomas muy inespecíficos y de los que un médico ve cada día, en multitud de ocasiones. Fiebre, vómitos y malestar general. Su familia, preocupada, la llevó al hospital. En pocas horas, la infección avanzó e hizo su aparición una sepsis meningocócica fulminante, que puso en alto riesgo su vida. 

"Los médicos les dijeron a mis padres que esa noche no se alejaran de mí, porque era muy probable que debieran despedirse de mi". Permaneció en coma inducido durante diez días y a las pocas semanas aparecieron nuevas complicaciones por gangrena de los brazos y piernas. Fue el momento en que se decidió la amputación de parte de sus brazos y de sus piernas, tras previas sesiones continuas de quirófano.

Sarah tuvo que enfrentarse, posteriormente, a un proceso de rehabilitación largo y doloroso. Pasó meses aprendiendo a adaptarse a su nueva realidad, lidiando con las dificultades físicas y emocionales de perder sus extremidades. Yo ya conocía, por la familia, la enorme dificultad que le supuso conseguir unas "prótesis biónicas" que le permitieran recuperar algo de su independencia. Vestirse, comer, escribir...

Después de cinco meses, salió del hospital en silla de ruedas, con 20 kilos menos y con una máquina de diálisis a cuestas. El riñón se lo donó Ismael, su padre. Él, Silvia, su madre, y su hermano, fueron la columna indispensable para que Sarah atravesara el dolor de esos días.

La adaptación a la sociedad no fue fácil. Tras salir del hospital, tuvo que enfrentarse a nuevas barreras y desafíos inesperados: miradas de curiosidad y asombro y superación de miedos. Tuvo que aceptar que su vida había cambiado y que todo dependería de sus prótesis.

En octubre de 2022 participó del programa Got Talent, donde contó su historia y para demostrar su adaptación construyo un avión de papel con sus prótesis, sobre la marcha, para demostrar que ni para ella, ni para nadie, hay imposibles.

Pero no se conformó adaptarse a su nueva vida. Incluso aceptó desafíos como volver al surf, su gran pasión. Pudo regresar al mar: aprendió a remar con prótesis y a equilibrarse en la tabla; desarrolló nuevas técnicas para poder surfear y se convirtió en una surfista adaptada, participando en competiciones.

Los efectos de una grave enfermedad

La meningitis meningocócica es una de las infecciones más graves que puede afectar a niños y jóvenes, provocando meningitis e infecciones generalizadas de la sangre (septicemia).

Aunque puede afectar a personas de todas las edades, los adolescentes y adultos jóvenes representan un gran grupo de riesgo. A nivel mundial suponen alrededor de casi 1,5 millones de casos, con casi 150,000 muertes anuales.

En España, durante los años de epidemia COVID parecía que había disminuido su incidencia, pero de nuevo se está incrementando: concretamente en el 2024, se registraron 330 casos, 60 más que en 2023 y 199 más que en 2022, de los que en 80 ellos no hemos podido conocer a que tipo de meningitis pertenecen. 

En lo que va de 2025 llevamos ya 88 casos y están apareciendo nuevos retos: las nuevas meningitis W o Y, los nuevos tipos que no están en nuestro país pero si en otras latitudes del mundo como el tipo X, las nuevas cepas hipervirulentas o el cambio del tipo C a formas más letales. Hay países, como Reino Unido, que comunican más de 30 muertes anuales. 

La mejor herramienta en la lucha frente a este tipo de enfermedades es el calendario vacunal, donde se recogen todas las vacunas a administrar y a qué edad, siendo la toma de decisiones para su confección muy compleja.

Para mejorar esta situación la Asociación Española de Pediatría, desde hace años mantiene la reivindicación de la creación de un Comité Nacional de Inmunizaciones en el que participen no solo los técnicos de Salud Pública del Ministerio y de las comunidades autónomas, sino también las sociedades científicas y los pacientes, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Para Sarah, su gran referente es la evitación de las meningitis en la infancia y adolescencia. Se ha convertido en una conferenciante inspiradora, impartiendo charlas para concienciar sobre: la importancia de la vacunación contra la meningitis, en la visibilización de la meningitis y sus consecuencias, en la superación ante la adversidad y la inclusión de las personas con discapacidad en el deporte y la sociedad. 

"Para mí la vacuna frente a la meningitis llega tarde, pero si podemos evitar que una familia viva lo que nosotros hemos vivido, hacemos lo que sea. Yo no estaba vacunada porque en su momento no estaba incluida en el calendario, aunque lo habíamos solicitado", ha afirmado.

Sarah Almagro está terminando la carrera de Derecho, es una deportista imparable y quiere "formar una familia, tener un trabajo", y poder disfrutar de la vida. Es una chica que lleva una vida normal, con objetivos y sueños normales, y con una sonrisa que evidencia que lo peor ya pasó y lo mejor está por llegar.

Actualmente es campeona de parasurfing, surf adaptado, de España 2021 y 2022, subcampeona del mundo 2021 y su meta es “participar en los Juegos Paralímpicos del 2028″. Hoy en día, Sarah Almagro es una joven estudiante y deportista sin límites y sigue siendo un referente de superación.

Su historia ha impactado a  muchas personas, mostrando que las barreras solo existen si las permitimos. Su historia nos recuerda que, aunque la vida puede cambiar en un instante, nunca es tarde para adaptarse, reinventarse y seguir persiguiendo los sueños.

"Al final, en cada competición intento aprender algo que me pueda aportar a seguir creciendo”, relata Almagro, que tiene la mentalidad ganadora de los deportistas a los que admira, como Rafa Nadal: "A las competiciones voy siempre a ganar, no a divertirme. Que luego no se diga que no me esforcé al máximo para hacerlo".