Así es la nueva especie vegetal descubierta en Álora y Pizarra: crece en acantilados y florece entre febrero y mayo
Se trata de una especie endémica muy restringida que solo crece en la comarca del Valle del Guadalhorce y pertenece a la familia de las euphorbiaceas.
24 abril, 2023 16:24Entre los acantilados de distintas zonas de Álora y Pizarra crece una especie vegetal única en toda la Península Ibérica que era una completa desconocida hasta ahora que una investigación de la Universidad de Málaga la ha sacado a la luz.
La llamada "Euphorbia guadalhorcensis" es una especie endémica muy restringida que solo crece en la comarca malagueña del Valle del Guadalhorce y pertenece a la familia de las euphorbiaceas.
Noelia Hidalgo Triana y Federico Casimiro-Soriguer, científicos del Departamento de Botánica y Fisiología Vegetal de la UMA, explica que se habían recolectado ejemplares de esta especie antes, "pero se habían descrito como algunas otras euphorbias similares como la Euphorbia segetalis".
El punto y aparte en su conocimiento ha sido el trabajo que han publicado en la revista "Phytotaxa" y que parte de un análisis comparativo a partir de taxones iberobaleares, morfológicamente próximos. El estudio morfológico se complementó con datos de distribución y hábitat y con imágenes de campo y detalle.
Los investigadores describen que su hábito camefítico (como una pequeña mata bastante erguida), la presencia de indumento (“pelos” o tricomas) en sus hojas y tallos, el tamaño de sus semillas (se diferencian de los demás taxones por tener la carúncula más larga) o la inflorescencia (disposición de sus flores) han permitido separar y describir a esta nueva especie.
Otros datos relevantes aluden a su floración, situada entre febrero y mayo, y a su distribución por acantilados, pedregales y otros lugares rocosos, siempre sobre suelos arenosos y pedregosos.
Igualmente, presenta una reducida área de ocupación (7,8 kilómetros cuadrados), una reducida extensión de presencia (17,63 kilómetros cuadrados) y solo dos localidades conocidas hasta el momento, una en el Hacho de Pizarra y otra en el de Álora, aunque estas cuentan con una gran cantidad de individuos.
Por ello, los investigadores sugieren que su estado de conservación "debe designarse como NT o casi amenazado, ya que, aunque ahora no cumple los criterios de la UICN, su reducida área de ocupación (inferior a 10 kilómetros cuadrados) y posibles futuros cambios en el uso del suelo podrían provocar una pérdida importante de su hábitat”.