Mercè Sala, la única presidenta de Renfe: impulsó la alta velocidad y un liderazgo femenino
Este jueves se cumplen 30 años de la apertura de la línea de AVE Madrid-Sevilla, que se puso en marcha durante el mandado de Mercè Sala, la única mujer en presidir la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles.
21 abril, 2022 02:12Noticias relacionadas
Tal día como hoy hace 30 años, se iniciaron los viajes en tren de alta velocidad en España. Saliendo de la madrileña estación de Atocha y con fin en la de Santa Justa, Sevilla, más de 83 millones de pasajeros, según datos de Renfe, han disfrutado de este recorrido que también para en las provincias de Ciudad Real y Córdoba. Una línea que marcó un antes y un después en la forma de viajar por nuestro país y que, además, se puso en marcha durante el mandato de la única mujer que presidió la antigua Renfe: Mercè Sala.
Mercè Sala Schnorkowski (1943-2008) estuvo al frente de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles durante cinco años -entre 1991 y 1996- y en ese tiempo impulsó el AVE en España. Con una visión disruptiva e innovadora, también aceleró la reorganización de la red ferroviaria y, en el ámbito interno, impulsó un nuevo modelo de organización basado en la dirección participativa, la planificación estratégica y la gestión de la calidad.
Y es que, para cuando llegó a Renfe, Sala ya tenía experiencia en el sector del transporte. Economista de formación, sus inicios profesionales fueron en el sector privado y pasó casi una década en el Banco Industrial de Cataluña. Sin embargo, en las primeras elecciones municipales democráticas de 1979, fue elegida concejala del Ayuntamiento de Barcelona por la lista del PSC.
A partir de ahí, gran parte de su carrera la desarrolló en el servicio público: primero como presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona, y más tarde como primera teniente de alcalde, responsable de Urbanismo y Obras Públicas. En 1991, el entonces ministro de Obras Públicas y Transportes de España, Josep Borrell, le encargó la presidencia de Renfe, una experiencia que recogió en su tesis doctoral De la jerarquía a la responsabilidad. El caso de Renfe, publicada en el año 2000.
Con la llegada de José María Aznar al Gobierno, Sala abandonó su puesto en Renfe, pero continuó su carrera ligada al servicio público. "Disfruto con mi trabajo, que consiste mucho más en escuchar y buscar el acuerdo que en decidir", expuso en su blog unos meses antes de morir. Así, fue miembro del consejo de administración de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (la radiotelevisión pública catalana) y del Consell de Treball, Econòmic i Social de Catalunya (el órgano consultivo de la Generalitat en materia socioeconómica). En el sector privado, también ejerció temporalmente como consejera de Carrefour y de Indra.
Igualdad y liderazgo femenino
Más allá de sus cargos públicos, su impulso a la red de alta velocidad o por ser una pionera en el ámbito ferroviario, Sala destacó por su empeño para favorecer la incorporación de las mujeres en el sector del transporte y su defensa del liderazgo femenino. "Las mujeres hemos de confiar en nuestra inteligencia e identidad sin imitar las actitudes masculinas a la hora de dirigir. La cultura femenina da importancia a la intimidad, al detalle, a las relaciones personales y al fondo de las cosas", afirmó.
Sala insistía en la necesidad de trabajar por ese cambio hacia la igualdad laboral ya que, "llevamos mucho tiempo en el tema del liderazgo, que hemos aplicado en el rol que históricamente nos ha correspondido, como puede ser la economía doméstica". Y, aunque no estaba a favor de las políticas de discriminación positiva, sí que consideraba "bueno forzar esas situaciones".
"En este tema, nosotras hemos de ser conscientes de nuestra capacidad, y hemos incluso de incidir en ello. Creo que podemos aportar cosas distintas, como he deducido de las opiniones de muchas mujeres que han llegado a puestos de liderazgo. Ellas evidencian que tenemos más comprensión, más creatividad, más intuición... Las empresas tendrían que pensar que contratar mujeres no es algo que ahora es políticamente correcto, sino que es un buen negocio", expresó en una entrevista con Revista Fusión.
En este sentido, apostaba por la conciliación laboral como la mejor herramienta para lograr la igualdad. "Medidas como las guarderías en la empresa o que de verdad se salga del trabajo a las siete y que se acabe con las reuniones interminables ayuda a que haya más mujeres y cuantas más estemos, más cosas irán cambiando. creo que todo esto sería un proceso más sano y natural si saliera de las empresas que de un gobierno", declaró a Cinco Días.
El 'modelo matriarcal'
Con una visión empresarial adelantada a su época, también defendió principios como el trabajo en equipo y el fin de las estructuras jerárquicas tradicionales, que había que cambiar por el "modelo matriarcal".
Tal y como explicó en La Vanguardia, "este modelo básicamente es el que fomenta el trabajo en equipo. Las empresas más modernas tienden al funcionamiento en red. La cultura de red concibe la organización como un conjunto de empresas que colaboran para producir y entregar productos y servicios al cliente".
Para fomentar todas estas ideas, en 1997 creó la Fundación para la Motivación de los Recursos Humanos -actualmente llamada Fundació Factor Humà-, que tiene el objetivo de "fomentar el desarrollo de organizaciones que adopten una mirada más humana a través del impulso de una comunidad de innovación, reflexión e intercambio". Más tarde, en 2006, publicó su libro El encanto de Hamelín (Alienta Editorial). Tal y como ella misma admitió, uno de sus mayores deseos tras dejar Renfe era el haber dejado como herencia esta forma de trabajo que sentía como más igualitaria y, en definitiva, justa.