Virginia Torrecilla renace en Villarreal tras vencer al cáncer: "Quiero seguir luchando por el fútbol femenino"
La centrocampista recibe a Magas en la ciudad deportiva del club amarillo para hablar sobre su trayectoria y su presente y futuro profesional.
28 septiembre, 2023 02:41Cuando Virgina Torrecilla (1994, Mallorca) comenzó a dar sus primeros toques a un balón como parte de un equipo de fútbol, solo tenía 9 años. Como muchas niñas y niños, ya jugaba en el patio del colegio y en la calle junto a sus amigos. Entonces, la idea de convertirse en una destacada jugadora de fútbol femenino profesional no entraba en sus planes. Y mucho menos siendo una mujer.
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Sin ninguna expectativa, la mallorquina inició su periplo futbolístico en distintos clubes de su isla natal, como el Badia Cala Millor, el Club Deportivo Servense o la Unión Deportiva Collerense. Pero no fueron los únicos, su carrera estaba a punto de despegar. Con un futuro prometedor, llegó a debutar el 3 de septiembre de 2009 en Primera División con tan solo 14 años.
"Le dije a mi madre que me apuntara a fútbol y lo hizo a escondidas de mi padre. Obviamente, yo no era consciente de que podía llegar a ser futbolista profesional y ganarme la vida con esto. Siempre jugué por hobby, pero poco a poco me fui planteando una carrera de alto nivel", cuenta a Magas desde las gradas de la ciudad deportiva del Villarreal Club de Fútbol, en Castellón.
La centrocampista forma parte de la plantilla de su equipo femenino para la temporada 2023/2024. Antes, con solo 17 años, fichó por el Fútbol Club Barcelona, conjunto con el que ganó tres ligas y dos Copas de la Reina. Esta etapa supuso un punto de inflexión para Torrecilla. "Es ahí cuando me doy cuenta de que lo que quiero para mi vida es llegar a ser una futbolista profesional", explica.
La constancia y la disciplina no son valores ajenos para la joven. Sin haber alcanzado la mayoría de edad, salió de casa para materializar su sueño. "Afronté muchas cosas en solitario que eran nuevas para mí. La gente no es consciente de lo que dejamos atrás para dedicarnos al deporte profesional. Y no solo yo, también mi familia. Si no fuera por mis padres no hubiese llegado hasta aquí", cuenta.
En 2015, pasó a formar parte del Montpellier HSC, en Francia. De ese periodo solo guarda buenos recuerdos. "Fue una de las mejores etapas de mi vida. Jugar en una liga femenina como la francesa, aprender un nuevo idioma, una nueva cultura... Ahí me di cuenta de lo dura que es la vida de un deportista profesional, especialmente estando lejos de la familia", continúa.
El fichaje estrella
Su estancia en el país galo coincidió con la Copa Mundial Femenina de Fútbol de 2019. La jugadora estaba en su mejor condición física. Y no solo ella, también el equipo de la selección de fútbol femenino español. "Estaba muy ilusionada. El nivel era muy bueno y nos percatamos de que podíamos afrontar el reto. También es cuando me doy cuenta de que quiero regresar a jugar y triunfar en España", añade.
Y lo hace por la puerta grande al fichar por dos temporadas con el Atlético de Madrid, donde debuta el 7 de septiembre de 2019. Durante esta época sumó a su palmarés una Copa de la Reina y una Supercopa. "Decidí volver porque sentía cierta envidia sana por mis compañeras. La afición estaba llenando los estadios de equipos como el Barcelona o el Atlético, algo que antes era impensable para el fútbol femenino".
A principios de 2020, mientras la pandemia por la Covid-19 cambiaba el mundo tal y como lo conocíamos, la centrocampista anunciaba una noticia que, también, lo trastocaría todo en su vida. "El destino me azota con un cáncer que me deja apartada del fútbol durante casi un año y medio. Fueron meses muy duros, donde tuve que luchar por mí, por mi vida. Era algo que jamás me hubiese pensado que pasaría", cuenta.
El partido más importante
La mallorquina venía de cosechar numerosos éxitos a nivel profesional, una etapa que ella misma considera "como la mejor de su vida" en lo deportivo y lo personal. La detección de un tumor cerebral benigno la mantendría fuera del campo de juego durante algunos meses, según afirmó, en un principio, el equipo médico. Sin embargo, la historia dio un triste revés.
"Cuando me operaron se dieron cuenta de que se trataba de un tumor maligno. Es entonces cuando me comunican que tengo que someterme a radioterapia y quimioterapia", detalla. "Pensé que me iba a morir, pero los médicos me dijeron que había sido detectado a tiempo y que la operación fue todo un éxito. Sin embargo, perdería la posibilidad de ser madre y la sensibilidad en pies y manos", explica.
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Esta nueva vida rompió todos sus esquemas. "Me daba igual no poder volver a jugar al fútbol, solo quería que me salvaran la vida y poder estar con mi familia, que es lo más importante para mí. Lo he pasado muy mal, aunque he intentado ser positiva en lo que respecta a mi enfermedad. Mi cuerpo resistió muy bien, pero los últimos meses fueron horribles", cuenta emocionada.
Todas estas adversidades la han convertido en la persona que es hoy en día, y esto es algo que comparte con todas aquellas personas que la siguen de cerca. "Siempre he querido hacer partícipe a todo el mundo de lo que me pasa, no solo para ayudar a la gente, sino también por mí. El apoyo de la afición me ayudó a ser constante y disciplinada en mi recuperación, solo quería volver a estar bien para seguir jugando al fútbol", recuerda.
"Gracias a toda la gente que me rodea sigo aquí después de tanto sufrimiento. No quiero olvidarme de ellos", señala. En la última etapa de su enfermedad, después de que su cuerpo hubiese resistido horas de radio y quimioterapia, había perdido mucho peso. Entonces, apenas rondaba los 42 kilos y el equipo médico decidió ingresarla en el hospital durante 12 días para que cogieran fuerzas a nivel físico y emocional.
Principalmente, lo hacía por su familia, pero, confiesa, porque quería estar a su máximo nivel físico para poder volver a competir y sentirse como lo que es: una futbolista de primer nivel. Los meses de tratamiento y espera terminaron en una buena noticia. La futbolista había superado el cáncer. Sin embargo, otro hecho azota a Torrecilla: junto a su madre sufre un accidente automovilístico que deja en silla de ruedas a su progenitora.
"Cuando esto ocurre comienzo a entender toda la preocupación que vivió mi madre con mi enfermedad. Caí en un pozo hasta el punto de no querer volver a jugar al fútbol. Ahora lo más importante es estar con mi familia", continúa. "Lo primordial es que ella sigue viva y puede ver crecer a su nieto del alma. Ha sido un reto psicológico enorme, pero hay que ir hacia adelante y ver que todo va mejor. Soy feliz y eso es con lo que me quedo".
El renacer
Tras pasar 683 días alejada del terreno de juego, la centrocampista retomó su actividad deportiva el 23 de enero del 2022. Torrecilla volvió a vestir su dorsal 14 y recibió todo el cariño y apoyo de la afición y de las jugadoras del Fútbol Club Barcelona, con quien se disputaba el partido el conjunto rojiblanco. Para la historia del fútbol quedará el recuerdo de la mallorquina siendo manteada por el equipo rival.
Tras cuatro años de lucha, la futbolista dijo adiós al Atlético de Madrid para embarcarse en una nueva aventura: su reciente fichaje por el equipo femenino del Villarreal Club de Fútbol. "Estoy trabajando mucho para llegar a ser la mejor versión de 'Virginia'. Esta oportunidad me está permitiendo volver a disfrutar del fútbol en equipo y estar mejor conmigo misma. Esto es algo que nunca olvidaré", cuenta.
Esta no es ajena a todo lo que está viviendo el fútbol español femenino con su reciente y primera victoria en un Mundial. "Han hecho algo histórico e inspirador y es algo de lo que se tendría que hablar por muchísimos años, como ocurrió con el fútbol masculino", afirma. "Yo he luchado toda mi vida para vivir un momento así, ahora lo he hecho desde fuera, pero lo siento como un triunfo propio", cuenta.
Se trata, afirma, de romper barreras: "España se lo merecía, especialmente las mujeres y, en general, toda la sociedad". De sus compañeras dice: "Están felices porque han ganado un Mundial, algo que era impensable. Ellas están por y para la afición". Sin embargo, también es consciente de la polémica desatada por el caso de Rubiales, sobre lo que cree que es necesario pronunciarse.
"Estoy con mis compañeras, aunque ya no forme parte de la Selección. Estos casos ya no pueden seguir ocurriendo. Las futbolistas y las mujeres estamos en nuestro derecho de ir en contra de todo esto. La sociedad debe entender que estamos luchando por unos derechos mínimos y por sentirnos seguras trabajando. Lo que están haciendo me parece increíble y debemos apoyarlas. Conmigo pueden contar", afirma con rotundidad.
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Algo está cambiando
La mallorquina ha sido testigo del cambio que se ha producido en el fútbol femenino en los últimos años. "A día de hoy la gente ya puede tener un referente femenino, lo que era imposible hace diez años. Cuando yo jugaba mi ídolo era Rafael Nadal. Imaginaos. Hoy en día de hoy cualquier niña puede verse reflejada en mujeres como Alexia Putellas o Mapi León", dice.
Torrecilla cuenta que, aunque ahora está centrada en volver a disfrutar del fútbol y en trabajar para estar al cien por cien de sus capacidades como deportista, cuando llegue su retirada del terreno de juego querría, sin duda, continuar vinculada al fútbol femenino. "Quiero seguir luchando por este deporte tan bonito que tanto me ha dado. Eso seguro, segurísimo", confiesa a Magas visiblemente entusiasmada.