Una mujer con cáncer de mama practicando ejercicio.

Una mujer con cáncer de mama practicando ejercicio. istock

Salud y Bienestar

Claves del ejercicio que deben realizar quienes padecen un cáncer de mama: aumenta la supervivencia un 48%

Los especialistas en deporte y salud confirman la importancia de realizar ejercicio físico en todas las fases del cáncer de mama. Los datos de supervivencia lo avalan.

19 octubre, 2023 18:13

Diversos estudios revelan que las mujeres que se mantienen activas tienen más posibilidad de aumentar su supervivencia, tras el cáncer de mama, hasta un 48%. En el caso de las mujeres con cáncer de mama metastásico, aquellas que practican ejercicio, incrementan su supervivencia hasta un 23%.

A pesar de estos datos, las mujeres con cáncer de mama españolas no realizan suficiente ejercicio según los especialistas. En torno a un 35% de ellas se mantienen activas tras el diagnóstico, pero ese porcentaje se ve disminuido en las pacientes que tienen tratamientos de larga duración o al volver al trabajo.

Pensando en estas pacientes, los laboratorios Novartis han editado la Guía Pacientes con cáncer de mama, que aporta herramientas útiles para quienes padezcan o hayan padecido un cáncer de mama, con el objeto de enseñarlas a mantenerse activas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) han publicado guías de ejercicios para pacientes con cáncer, con una serie de recomendaciones generales.

Por ejemplo, la necesidad de practicar durante 150 minutos de actividad de intensidad moderada, divididos entre 3 y 5 días a la semana, o bien, la posibilidad de practicar 75 minutos de ejercicio de intensidad alta, repartidos entre 3 días a la semana.

Incluso, para quienes aún estén en tratamiento, los expertos aseguran que deben consultar con su médico, por si necesitan alguna restricción específica en torno al ejercicio.

Una mujer con cáncer de mama realizando ejercicio al aire libre.

Una mujer con cáncer de mama realizando ejercicio al aire libre. istock

Nuevas en la práctica

Para quienes no hayan practicado nunca ejercicio y tienen muchas dudas acerca de cómo hacerlo, la guía de Novartis recomienda comenzar dos días a la semana y aumentar paulatinamente un día más.

Es preciso comenzar con actividades de intensidad moderada baja e ir aumentando a medida que se vaya encontrando cómoda en esa intensidad. Una máxima de los especialistas es elegir algún tipo de ejercicio que te guste, así como evitar realizar ejercicios cuando tienes dolor.

En principio, hay que dejar entre 48 y 36 horas de descanso entre sesiones e ir adaptando el número de sesiones y la intensidad poco a poco, e incluir ejercicios de fuerza de brazos, piernas y espalda y combinarlo con ejercicios cardiovasculares.

Eso sí, quienes tienen molestias musculares o agujetas durante varios días, deben bajar la intensidad e ir avanzando poco a poco. Lo más importante, es que no existe un momento perfecto para empezar, porque nunca es tarde.

Los especialistas en enfermedad y deporte recomiendan tener en cuenta una serie de precauciones, según el momento que se atraviese en la enfermedad.

Ejercicios con quimioterapia

Los tratamientos de quimio pueden llevar asociados diferentes efectos secundarios, como dolores musculares, cansancio, adormecimiento de los pies o dolor en diferentes partes del cuerpo.

Sin embargo, sabemos que el ejercicio durante los tratamientos de quimio no solo es seguro, sino que también es eficaz para prevenir estos efectos secundarios y que las pacientes que realizan ejercicio durante este proceso mejoran su salud y su calidad de vida, previniendo un mayor malestar.

Diferentes estudios han demostrado que el tipo de ejercicio recomendado durante esta fase sigue siendo el ejercicio combinado de fuerza, cardiovascular y ejercicio neural, que incluye estiramientos, y actividades de intensidad moderada-alta.

Los especialistas recomiendan adaptar la intensidad del ejercicio durante los primeros días tras la quimio.

En esta fase conviene tener en cuenta lo siguiente:

-No realizar ejercicio si se tiene fiebre.

-Descansar y bajar la intensidad si se tiene anemia.

-Si se producen alteraciones cardiacas tiene que valorarlo un cardiólogo, antes de volver a realizar ejercicio. Pueden aparecer extrasístoles, alteraciones en la función del corazón y otros problemas cardíacos.

-Si se tiene alteraciones gastrointestinales, se debe comentar al oncólogo y comenzar con el ejercicio de manera progresiva, cuando la diarrea esté controlada.

-Adaptar la intensidad en los momentos de neutropenia o bajada de defensas. Si se tienen bajas, es preciso bajar la intensidad, para que el cuerpo pueda recuperarse.

-En el caso de uñas doloridas se debe tener cuidado con las zapatillas y usar calzado cómodo, para evitar que se caigan.

Ejercicios con radioterapia

Se trata de tratamientos locales que suelen ser adyuvantes en la zona donde estaba el tumor y en algunos casos, se extiende hasta la axila.

Las adaptaciones del ejercicio físico durante esta fase es clave para evitar que se irrite la piel, pero también es importante saber que hay alteraciones que nos pueden obligar a parar el ejercicio.

-Se recomienda utilizar prendas de algodón y quitárselas tras el ejercicio, lavar la zona y secarla e hidratar con crema, así como evitar que la ropa roce. Por lo tanto, es aconsejable la ropa holgada y no ajustada.

-Estirar de forma habitual pero con cuidado.

-Y para la fatiga, más ejercicio, ya que ayuda a recuperar.

Ejercicio tras la cirugía

Durante el proceso oncológico, muchas pacientes se enfrentan a una o varias cirugías de diferentes tipos que pueden producir alteraciones en la movilidad, dolor, linfedema, cambios en la postura y mayor riesgo de lesiones y molestias físicas.

Durante el tiempo de rehabilitación, el cuerpo no necesita estar parado, necesita un buen especialista en rehabilitación. Cuando la recuperación sea adecuada, entre 6 y 24 semanas, se puede comenzar a realizar ejercicio.

Si aparece linfedema o alteraciones funcionales se recomienda acudir a un fisio experto para que ayude en el proceso. Con linfedema se puede realizar ejercicio de fuerza y cardiovascular.

Se debe trabajar la musculatura del brazo, especialmente, el tríceps y la espalda, con movimientos abiertos y estirar la zona pectoral y axilar.

Si vas a caminar es recomendable que eleves los brazos y abras y cierres las manos para evitar que se acumule mucha linfa en ellas.