Quistes en los ovarios. Así es el trastorno médico que afecta a más del 20% de las mujeres en edad fértil de España
Una condición que tiene una prevalencia cada vez mayor entre la población femenina y cuyos síntomas llegan a ser inhabilitantes.
19 abril, 2024 01:51Para algunas un compañero de vida silencioso, para otras la cara visible de un mal mayor. Los quistes en los ovarios en España son cada vez más frecuentes en mujeres en edad fértil. ¿Qué son? ¿A qué se deben? ¿Hay tratamiento? Los especialistas de Quirónsalud Córdoba hablan con Magas sobre este trastorno, inhabilitante en algunos casos, para resolver la incertidumbre de quien lo padece.
Qué son y en quiénes se da
"Cuando hablamos de quistes nos referimos a las tumoraciones que afectan tanto a las trompas de Falopio como a los ovarios", aclara el Doctor Balbino Povedano, Jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital Quirónsalud Córdoba.
Estos quistes suelen ser más comunes en mujeres jóvenes y premenopáusicas, donde la prevalencia va del 20 al 25%. "La mayoría de quistes son funcionales, pero el porcentaje es elevado" incide la Doctora María Dolores Torres, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital Quirónsalud Córdoba.
Además, el 10% de las mujeres menopáusicas también lo sufren. A pesar de una prevalencia menor, la posibilidad de que estos quistes sean malignos se eleva de forma exponencial.
Señales de alerta
Si pensamos en estos quistes debemos ser conscientes, en primer lugar, que cada mujer y cada cuerpo es un mundo particular. De ahí que la sintomatología que detallan los expertos sea tan variada.
[¿Ha acabado la cronicidad actual del VIH con su estigma social?]
Desde quistes silenciosos, que no dan la cara y, por tanto, son asintomáticos, pudiendo detectarse tan solo mediante una prueba de imagen; a aquellos que generan dolor inhabilitante.
"Los síntomas más frecuentes son dolor, inflamación, sensación de plenitud o síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos o estreñimiento", generaliza el Doctor Povedano, y añade uno final: "Por presión, a veces puede producir síntomas urinarios como tenesmo vesical, que es la sensación de no haber vaciado la vejiga tras la micción."
Por su parte, la Doctora Torres apunta que la "inflamación abdominal y el dolor en las relaciones sexuales" son síntomas que también se presentan en estas pacientes.
Factores de riesgo en pacientes
Si bien una de cada diez mujeres en edad fértil sufre esto, existen algunas que son más propensas. Aquí expone la Doctora Torres los factores de riesgo:
- Sobrepeso u obesidad
- Madres mayores de 35 años. Algo común hoy día.
- Fumar
- Antecedentes familiares de quistes o de cáncer de ovarios.
- Otros síndromes. Menos frecuente, pero puede darse.
Estos factores, no tan extraordinarios en la sociedad actual, sumado a lo silencioso que puede ser un quiste, hace que las revisiones anuales con tu ginecólogo sean la clave para tener un diagnóstico a tiempo. La Doctora María Jesús Rubio, jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital Quirónsalud Córdoba, subraya que "hasta un 70% de los cánceres de ovario se diagnostican en estadio avanzado y esto es por las características de la enfermedad."
Diagnóstico de los quistes
Los quistes de ovario podemos catalogarlos en tres grupos: malos, buenos y funcionales. En este último caso, el Doctor Povedano explica que aparecen y desaparecen solos en función del momento del ciclo en que se encuentra la paciente. Los otros dos, permanecen.
En el 10% de los casos los quistes son malignos y en el 25% son indeterminados, lo cual quiere decir que su primera exploración no es concluyente.
Para llevar a cabo el diagnóstico final de un quiste, el Doctor José María Martos, especialista de la Unidad de Diagnóstico por la Imagen del Hospital Quirónsalud Córdoba, expone un protocolo basado en tres pruebas: "ecografía, resonancia y TAC".
-
Con la ecografía los detectamos. Se da en la consulta del ginecólogo y con ella se sabe la cantidad y también los que serán benignos, así como aquellos a los que deberemos someter a más pruebas diagnósticas.
-
La resonancia magnética es capaz de estudiar las lesiones en los tres planos del espacio. Detalla con precisión la anatomía del ovario y permite definir el tipo de tejido que existe dentro del quiste para saber el tipo de intervención que va a requerir.
-
La Tomografía Axial Computarizada o TAC es la última prueba, se realiza en los casos que se requiera un detalle específico como saber si hay grasa o calcio dentro del quiste, o bien cuando no se puede realizar resonancia magnética.
"Cuando aparece la sospecha de una lesión maligna, lo primero son estudios de imagen" comienza a explicar la Doctora Rubio. "Se debe presentar siempre en un comité multidisciplinar de tumores donde podamos estudiar las características y a partir de ahí la posible estrategia terapéutica."
El Doctor Martos, arroja luz sobre la naturaleza visible de los diferentes quistes. "Los benignos tienen una pared fina, contenido homogéneo, líquido. En la ecografía se ve hipoecoico (negro), y en la resonancia se ve hiperintenso en ciertas secuencias (brillante). Cuando el quiste empieza a tener pared más gruesa, irregular, empieza a haber polos sólidos y tejido no líquido… Aparece calcio o grasa, son detalles que hacen sospechar que pueden ser malignos."
Tratamiento o intervención
Los síntomas que presenta son particulares en cada caso y afecta de manera tan única a cada paciente, desde quien hace vida normal hasta quien sufre inhabilitantes dolores y dolencias, que su tratamiento suele enfocarse en que la paciente pueda llevar su vida adelante sin un mayor trastorno.
Cambios en los hábitos, apostando por una vida equilibrada, saludable y activa, revisiones periódicas y la posibilidad de intervención. Así es el posible tratamiento.
El Doctor Povedano habla sobre la cirugía en una paciente con esta patología: "Está recomendada en casos de emergencia. Embarazos ectópicos, rotura de quistes hemorrágicos o infecciones graves. También en quistes benignos, pero mayores de 10 cm, que producen sintomatología como dolor o infertilidad. Y, por supuesto, ante la sospecha de un quiste maligno. Ahí hay que extirpar o al menos biopsiar."
Hoy en día, gracias al avance en las técnicas quirúrgicas, la cirugía puede ser mínimamente invasiva si se aborda mediante una cirugía cerrada. "Laparoscopia, robótica o la última novedad, el vNotes que es una cirugía laparoscópica vía vaginal en la que la paciente no tiene incisiones." Comenta el Doctor Povedano.
Testimonios reales
Verónica Ginés, ex-doliente del mismo, explica la incertidumbre del proceso a otras mujeres de España que puedan estar viviéndolo.
"Todo empezó en una revisión normal. Al hacerme la ecografía vieron un quiste, lo mandaron a estudio y a hacerme otro tipo de pruebas. No sabes qué tipo de quiste es y tampoco qué hay en el ovario. La intranquilidad de pensar que puede ser algo malo hasta que te operan y analizan qué te han quitado… Esa incertidumbre es lo peor del mundo."
Verónica acudía a sus revisiones anuales y no presentaba síntomas. En cuestión de un año pasó de estar limpia a detectarle un quiste de seis centímetros.
Tras su diagnóstico en consulta y a esperas del resultado, la paciente experimentó un dolor muy fuerte. "A raíz de ahí me hacen una nueva ecografía en la que se ve que se me ha producido una torsión de ovario. Me mandan a urgencias para valorar el dolor y deciden que me tienen que operar para salvar el ovario y quitar el quiste" introduce así cómo pasó por quirófano para someterse a una laparoscopia que duró una hora y media y le pareció "muy fácil."
"Me desperté tan normal, como si me fuera a echar una siestecita. Dolor ninguno. La intervención, cuatro incisiones pequeñas, con cuatro grapas cada una y no tuve ningún posoperatorio complicado ni malo." Tranquiliza así a cualquier mujer que se encuentre en una situación similar.
Los quistes de los ovarios son compañeros silenciosos. Pueden estar ahí durante largos periodos sin saber que lo tenemos, y de repente, como le pasó a Verónica y le pasa a otras tantas mujeres, encontrar uno en una revisión rutinaria. Por eso, la doctora Torres cierra recordando la importancia de acudir a tu ginecólogo cada año para poder detectar a tiempo el quiste y que "quede en nada".