Mujer comiendo frutos secos.

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Salud y Bienestar

Ni nueces ni almendras: el fruto seco que los españoles ignoran pero combate el colesterol y el envejecimiento

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El consumo de frutos secos y semillas ha formado parte de la dieta de la humanidad desde hace milenios, una costumbre que ha llegado hasta la actualidad, en la que estos pequeños alimentos forman parte de la rutina de miles de personas que buscan conseguir todos los beneficios asociados a su ingesta.

Según los últimos datos de la Alimentación en España ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), cada español consume 3,13 kilos de frutos secos al año, una cantidad que ha ido en continuo aumento desde 2015. Y entre ellos, alguno de los más apreciados por los españoles van desde las nueces, almendras e, incluso, los piñones.

Los piñones han sido valorados desde la antigüedad, época en la que acompañaban a los legionarios romanos en sus campañas y les servían de provisión, reconfortándolos con su sabor y su contenido proteico. Estas pequeñas semillas, cuyo valor sigue aun siendo apreciado, contienen una variedad de nutrientes esenciales para la salud, como vitaminas, minerales y grasas saludables para el corazón.

Beneficios de los piñones

Los piñones son los frutos secos comestibles que proceden de los pinos (familia Pinaceae, género Pinus). El proceso de extracción de la versión final de lo que compramos en la tienda es más complejo, empezando por la maduración de la piña de la que se extrae. Dependiendo de la especie, ese proceso puede tardar casi dos años en completarse.

Los piñones, al ser un fruto seco, no son una legumbre, como el cacahuete, sino una fruta endurecida, como la almendra. Esto significa que, después de separar los piñones de las piñas, también hay que quitarles la cáscara exterior antes de que estén listos para comer.

El piñón ha sido un alimento de enorme importancia durante miles de años y se cultivan desde hace más de 10.000 años. Su perfil nutricional y todos los beneficios que suponía su ingesta en aquella época trascendió hasta la actualidad, donde cada vez más personas apuestan por ellos para conseguir una serie de ventajas.

Los piñones son muy nutritivos. Estos pequeños frutos secos están repletos de vitaminas y minerales esenciales para el cuerpo humano, y, aunque su contenido en grasa pueda llegar a preocupar a ciertos grupos de personas, al igual que las almendras, la grasa saludable que contiene ayuda a mejorar la saciedad.

La combinación de nutrientes que se encuentran en los piñones ha demostrado tener resultados en la lucha contra la obesidad y en la ayuda para mantener un peso y un metabolismo saludables. Los investigadores han descubierto que las personas que consumen piñones de forma regular (junto con otros frutos secos) tienen un peso medio más bajo, una circunferencia de cintura menor e incluso un nivel más bajo de resistencia a la insulina.

Un estudio de 2022 concluyó que "un consumo promedio de al menos una porción (15 g) por semana de cacahuetes, almendras y/o piñones puede estar inversamente asociado con el riesgo de hipertensión entre los adultos coreanos de 40 años o más, de manera dosis-respuesta".

Piñones.

Piñones. Istock.

Estos frutos secos no solo pueden ayudarte a controlar el peso, sino que su consumo también está fuertemente asociado con una dieta significativamente más saludable en general. Las personas que los consumen obtienen más fibra, vitamina E, calcio, magnesio y potasio, mientras que ingieren menos sodio.

Los piñones reducen los niveles de colesterol y, en particular, ayudan a prevenir la aterosclerosis, un síndrome común que implica la acumulación de placa en los vasos sanguíneos arteriales. Además, el consumo regular de frutos secos puede ayudar a reducir el riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas debido al tipo de grasas que se encuentran comúnmente en estos alimentos y semillas.

Las grasas insaturadas presentes en los frutos secos ayudan a elevar los niveles de colesterol bueno (HDL) y a reducir los niveles de colesterol malo (LDL). Los ácidos grasos omega-3 pueden prevenir las arritmias y ayudar a reducir la coagulación sanguínea. 

Por otro lado, los piñones están repletos de antioxidantes, como fitoesteroles y carotenoides, que ayudan a proteger contra el daño celular, que se encargan de luchar contra los radicales libres y evitar la destrucción de las células de la piel. De esta forma, evitan el envejecimiento de la piel

Por contener vitamina E, K y compuestos antioxidantes, los piñones ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro, por lo que pueden mejorar la salud de la piel, impidiendo la formación de arrugas al evitar que los radicales libres, como el sol, hagan daño a nuestra dermis.

Cómo consumir piñones

Los piñones son saludables, pero tienen calorías, por lo que debemos añadirlos a nuestra dieta con moderación. Una porción de 28 gramos de piñones aportan muchos nutrientes esenciales, incluida la fibra dietética, que puede ayudarte a sentirnos satisfechos y llenos.

A pesar de los beneficios de la grasa de los piñones, hay que cuidar su ingesta diaria, ya que el aporte energético es muy elevado. Por lo tanto, se recomienda ingerir solo un puñado de estos frutos secos al día, lo que equivale a 30 o 40 gramos.

Las personas alérgicas a los cacahuetes o al polen de pino, es posible que exista una reactividad cruzada con los piñones, por lo que si nunca los hemos comido, lo ideal es probar con una dosis pequeña. 

Además, una pequeña cantidad de personas padecen el síndrome del piñón o boca de pino. Las personas experimentan un sabor amargo y metálico que comienza aproximadamente entre 12 y 48 horas después de comer piñones, un sabor puede durar de dos a cuatro semanas. 

Afortunadamente, la boca de piñón no es una reacción alérgica y no tiene consecuencias para la salud. No está claro por qué algunas personas la padecen, aunque podría deberse a factores genéticos o estar relacionada con el consumo de determinadas especies de piñones.

En España, los piñones se pueden conseguir en cualquier lugar, pero es cierto que son caros porque escasean. Debido al creciente descenso de pinos piñoneros de los que se extraen, se suma el proceso de elaboración, recolección y secado lento y prácticamente artesanal, lo que se traduce en la subida de precio.