Un mes después de Nochevieja, cuando centenares de mujeres alemanas denunciaron violaciones, vejaciones y robos masivos por parte de inmigrantes, un nuevo caso elevaba la presión racial a límites insospechados en Alemania. Un joven de 13 años que permaneció desparecida más de 30 horas se presentó en su casa con heridas en la cara y contando que había sido víctima de un secuestro y violada por un grupo de personas de apariencia norteafricana o de Oriente Medio.
Sin embargo, la chica confesó que esta historia, que había puesto en vilo al país, era una invención, según ha informado este domingo el diario británico 'The Guardian'.
Al ser interrogada por especialistas tres días después, la adolescente "admitió inmediatamente que la historia de la violación no era cierta", según ha informado el portavoz del fiscal del Estado, Martin Steltner.
Además, según ha revelado Steltner, el análisis del teléfono móvil de la joven muestra que se encontraba en la casa de una amiga durante el periodo de su desaparición y ha confirmado que la falsa víctima no quería volver a su domicilio a causa de ciertos problemas sin especificar en el colegio.
Movilizaciones en Berlín
El alegato de la joven causó varias movilizaciones populares en Berlín, apoyadas y protagonizadas por el colectivo antiinmigración Pegida, en un clima de tensión nacional tras los abusos sexuales perpetrados por inmigrantes en la ciudad de Colonia durante la noche de Año Nuevo.
Incluso el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se unió a las críticas a las autoridades berlinesas. "La noticia de su desaparición (de la joven) fue mantenida en secreto durante mucho tiempo", declaró, además de acusar de tal hecho a la "corrección política" alemana.