Ileana Rosa Yarza (8 de agosto de 1940, La Habana) es una pacífica señora que de la noche a la mañana se ha convertido en una celebridad mundial. Desde que Barack Obama se presentó a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, esta aficionada a la poesía decidió comenzar una actividad epistolar para mostrarle su apoyo y pedirle ayuda para el desmantelamiento del bloqueo comercial a Cuba.
El pasado jueves recibió en su domicilio particular en el barrio de Vedado una carta de la Casa Blanca, el mismo día que se restableció el correo postal de EEUU a la isla. Obama la saluda y le promete ir a tomar café a su casa si la agenda para el viaje del mandatario lo permite. EL ESPAÑOL ha estado con Ileana mientras su cafetera humeaba en la cocina.
Cuénteme por favor de dónde nace su relación con Barack Obama.
Yo estaba en Estados Unidos cuando él comenzaba su primera campaña presidencial. Desde el primer momento supe que se trataba de un hombre especial. Le escribí entonces un par de cartas señalando que, si yo fuera estadounidense, votaría por él. Sentí que era un hombre bueno para Estados Unidos y para Cuba. La NBC me localizó y me hizo una entrevista; incluso me invitaron el día de las elecciones.
Más adelante escribí una tercera carta para felicitarle por su elección como presidente. Como cubana, le pedí que empezase a trabajar por levantar el bloqueo, que ha sido algo inefectivo e injusto. No obtuve respuesta.
Pasa el tiempo y Obama anuncia el año pasado que el embargo no funcionó, así que le vuelvo a escribir (siempre en inglés) y le digo: querido Obama, haga lo posible por quitar el embargo. Ya me ha hecho el regalo de haber oído a un presidente americano decir que el embargo no funcionó. Tampoco obtuve respuesta…
Llegamos al momento en que Obama decide viajar a Cuba.
Correcto. Cuando me entero de que va a venir para acá, le escribo otra carta agradeciendo que ya empezara a cumplir mi primera petición. Fue entonces cuando le insistí en la segunda, que es invitarle a café.
¿Qué sucede entonces?
Pues que ha comenzado un desfile de gente por mi casa, porque recibí una carta de la Casa Blanca. Es una carta personal de Obama, en un tono muy cercano. Esta carta que tengo en mis manos llegó en el primer correo oficial entre EEUU y Cuba en sesenta años. Yo le había escrito diciendo que tenía una sonrisa agradable y él me responde diciendo que agradece mi invitación y que desea mucho esta visita a mi país.
¿Ya sabe qué hará si tocan el timbre y Obama está en la puerta?
Pues darle un abrazo. Y, por supuesto, invitarle a café. Lo haré con una de estas dos cafeteras (Eliana nos hace pasar a su cocina). Será de la marca Serrano, porque es el tueste que me gusta más.
¿Cree usted que esta correspondencia que viene manteniendo con Obama trasciende el plano anecdótico y puede pasar a formar parte de la Historia?
Mira, yo soy una cubana que conocí a Fidel en el año 59 en el Habana Hilton. Entonces me uní a la Revolución y he sufrido las consecuencias del embargo. Sé lo que es eso. Me parece oportuno que sea el presidente americano el que venga a Cuba y no al revés para tratar este asunto. Hay que seguir superando los obstáculos. Yo estoy segura de que Obama va a venir a mi casa y eso va a ayudar. Vamos a esperar.
Si Donald Trump ganase las elecciones en Estados Unidos, ¿cómo cree que afectaría en el actual proceso?
Espero que los estadounidenses no salgan de Obama para ir a Trump. Confío en que gane Hillary Clinton, porque es una mujer muy preparada y también pienso que se acabarán las guerras cuando las mujeres dirijamos el mundo. Es necesario que se dé una apertura de miras. Mientras que el pueblo cubano lo sabe todo de Estados Unidos: su música, sus películas, ciudades… Al contrario no sucede así.
Yo digo que muchos americanos están tras una cortina de bambú. Algunos llegan a la isla y se sorprenden de que haya blancos, carreteras, museos… Tienen que aprender lo que hay en Cuba y también en otras partes del mundo.
Cuénteme algo de usted, a qué se ha dedicado.
Bueno, he escrito algo de poesía, pero de forma privada, no pública. Cuando era joven me hice economista para ayudar a mi país y he trabajado muchos años en el campo de la Cooperación Económica Internacional. He viajado mucho. Luego pasé al Ministerio de Cultura y soy cofundadora de la Fundación Fernando Ortiz, al que se conoce como tercer descubridor de Cuba, tras Cristóbal Colón y Alexander von Humboldt.