Londres

El partido conservador ha dado a conocer este jueves el programa electoral con el que concurrirá a las elecciones del próximo ocho de junio. Los de Theresa May prometen una vez más reducir la inmigración y las empresas tendrán que pagar mucho más por contratar a trabajadores de fuera de la Unión. El programa también propone revisar el sistema de impuestos y el de pensiones, algo que podría alejar al votante tradicional de los conservadores.

Theresa May quiere reducir el número de extranjeros que llegan a Reino Unido para quedarse en “decenas de miles”. La misma promesa se hizo en el programa torie de 2010 y 2015. Nunca se cumplieron las expectativas, ni siquiera con Theresa May a cargo de inmigración durante sus seis años como ministra del Interior. El compromiso es un intento de acercarse al votante del partido eurófobo UKIP, estrategia que le ha funcionado a la perfección en las recientes elecciones locales.

Los conservadores quieren atajar la inmigración endureciendo el sistema de visas. Los empresarios tendrán que pagar más de lo que hacían hasta ahora si quieren contratar a trabajadores de fuera de la Unión. El incremento del llamado “impuesto de atributo” podría duplicarse. Este dinero, según reza el texto, serviría para formar a trabajadores británicos. Los empleados de fuera de la Unión también tendrán que pagar más por hacer uso del sistema nacional de salud.

Sobre el brexit, y a la espera del resultado de las tensas negociaciones con la Unión Europea, el espíritu que se mantiene es el mismo mantra que se ha venido repitiendo: brexit significa brexit”.

El texto pone por escrito que “un no acuerdo es mejor que un mal acuerdo para Reino Unido”. Esto significa que Londres abandonará las negociaciones si no obtiene el trato especial sobre acceso al mercado único que los de May vienen demandando a Bruselas. Con este programa, May quiere obtener el premiso de los votantes para, tal como ha dicho en la rueda de presentación “endurecer su mano en las negociaciones”.

El programa, llamado “Hacia adelante, juntos”, también presenta cambios en la forma en la que se financia el cuidado a las personas mayores o con problemas de salud mental. Las ayudas sociales se reducirán para gran parte de la tercera edad y muchos tendrán que ponerlo de su propio bolsillo. A cambio, se ofrecen nuevas formas de pago como hacer frente a los gastos después de morir, una posibilidad que hasta ahora sólo se permite a los que reciben cuidados en un centro de mayores.

“Hay que tomar decisiones difíciles"

Este aspecto puede provocar el enfado de mucho votantes. El cuidado de la tercera edad ha sido un tema central durante toda la campaña y una problemática real en la sociedad británica que llena los titulares de los medios de comunicación. Theresa May defiende que “hay que tomar decisiones difíciles" para atajar los problemas que tiene el país, sea sobre brexit o sobre ayudas sociales.

Sobre el sistema de Salud, otro punto clave en la campaña de estas elecciones, los Conservadores prometen un aumento mínimo de 8.000 millones de libras (9.000 millones de euros) en el sistema estatal durante los próximo cinco años. Los laboristas prometen incrementar el gasto en 6.000 millones (7.0000) cada año.

Otra medida polémica es el fin del llamado “triple bloqueo” que garantiza a los pensionistas la revalorización de sus pensiones cada año. La caída del valor de la libra y la inflación en el último año ha puesto al Gobierno en problemas para cumplir sus compromisos. El manifesto rompe con la promesa de proteger a un sector tradicionalmente conservador. Es una apuesta peligrosa de cara a las urnas.

Sobre impuestos, había rumores sobre si los conservadores aumentarían el gravamen a los ingresos, el IVA o la Seguridad Social. Sin embargo, los conservadores no han arriesgado en esta medida que casi le cuesta el puesto al actual ministro de Finanzas Philip Hammond y no incrementará el Impuesto sobre el Valor Añadido.

Los conservadores también eliminarán el almuerzo gratuito que a día de hoy reciben en las escuelas públicas los niños más pequeños en un intento por equilibrar las cuentas del Estado. Esta medida puede enfadar especialmente a los votantes laboristas que podrían tener una motivación extra para abandonar la idea de la abstención y acudir a votar al líder laborista Jeremy Corbyn que ha propuesto un programa radicalmente opuesto con un fuerte acento en lo social.

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