La cara oculta de la travesía ecológica de Greta Thunberg: seis tripulantes regresarán en avión
La activista de 16 años se niega a viajar en avión pero los marineros de la embarcación que le lleva a Nueva York regresarán a Alemania por vía aérea.
17 agosto, 2019 02:38Noticias relacionadas
La adolescente sueca Greta Thunberg ha despertado conciencias con su radical lucha contra el cambio climático. La pequeña de 16 años se ha acogido a una excedencia en su educación obligatoria para dedicarse a tiempo completo a su labor de profeta mundial contra el calentamiento global. De hecho, Thunberg cruza en estos días el Atlántico a bordo de un yate de carreras de alta tecnología para asistir a una importante cumbre ecológica en Nueva York.
La popular ecoactivista se niega a usar el avión en sus desplazamientos para reducir su huella en el planeta, pero lo cierto es que su decisión de ir en el Malizia II -propiedad de Pierre Casiraghi- no es tan respetuosa con el Medio Ambiente como parece.
Según el diario alemán Taz, la travesía de dos semanas en el potente yate supone más emisiones de CO2 a la atmósfera que si Greta y hubieran viajado a Nueva York en avión ya que los seis tripulantes que la acompañan van a volver a Alemania en avión.
Las cuentas de la huella ecológica son claras: un vuelo de ida de Nueva York a Hamburgo supone la emisión 1.800 kilos de dióxido de carbono a la atmósfera. Viaje en un carguero con contenedores. Al margen de las cifras ecológicas, el yate prestado en el que viaja Thunberg está valorado en cuatro millones de dólares.
A bordo, junto a Greta y Casiraghi, también viajará su compañero de regatas, Boris Herrman, un experimentado navegador, además del padre de la adolescente, Svante, quién es frecuente que acompañe a su hija.
La célebre activista se ha convertido en la figura de una nueva generación de eco-activistas europeos. “Todos los días son una aventura. A veces tengo que pellizcarme y decir ‘¿Es esto real?’ Porque todo ha sucedido muy rápido y es difícil mantenerse al día con todo”, describe.
“Durante el año pasado, millones de jóvenes han alzado su voz para hacer que los líderes mundiales despierten a la crisis climática y ecológica. Durante los próximos meses, los eventos en Nueva York y Santiago de Chile mostrarán si han escuchado”, ha escrito la joven en sus redes sociales.