Mariano Jabonero, secretario general de la OEI, antes de recibir el premio Princesa de Asturias.

Mariano Jabonero, secretario general de la OEI, antes de recibir el premio Princesa de Asturias.

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Mariano Jabonero, secretario general de la OEI: "Sin seguridad no hay libertad posible"

Para el pedagogo experto en política educativa el abandono escolar y la calidad docente son los grandes desafíos en Iberoamérica.

3 junio, 2024 02:54

Mariano Jabonero espera pacientemente en su oficina. Puntual y formal en el saludo se presenta. Es su quinto año como secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Se le nota en su mirada lo mucho que aprecia su trabajo y lo orgulloso que está de cada uno de los avances obtenidos durante su administración. Su razón de ser es la educación y es en este organismo donde invierte su tiempo y energía para mejorar las condiciones de los estudiantes y docentes de España y América Latina. Respetado de forma transversal por los países miembros fue reelegido por unanimidad. Reconocido, también en las afueras de la institución, fue galardonado con el premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2024. Cree que la cultura es crucial en el combate a la pobreza y el crimen y que sin seguridad, no hay libertad posible.

La conversación con este pedagogo y experto educativo no podía comenzar de otra manera. Hace sólo días viajó a Roma y tuvo un encuentro con el Papa Francisco. Fiel a su estilo, la máxima autoridad del Vaticano respondió con firmeza a la pregunta que le hizo Jabonero sobre si era aficionado de Boca Juniors o River Plate. "Soy de San Lorenzo", le señaló. Poco después del arranque futbolero, ambos conversaron sobre un proyecto en común: la Universidad con Sentido. El objetivo es crear una casa de estudios que ponga en el centro a la persona y el valor de la vida. Los dos están convencidos que un modelo educativo debe recoger no sólo el deseo de conseguir ganancias económicas, sino también un marco de valores y principios.

¿Qué tal estuvo su visita a Roma y el encuentro con el Papa Francisco?

La visita de Roma tiene explicación y una lógica. Nosotros estamos participando en un proyecto que se llama Escuelas Ocurrentes, que es un proyecto que tiene distintas partes. Una de ellas es la Universidad con Sentido que busca ofrecer el mensaje de dar sentido a la vida. No sólo vegetar, transitar por ella. Algo que sucede habitualmente en el mundo educativo es que escuchas a adolescentes y jóvenes decir "quiero hacer esto porque se gana mucho dinero". Ok, está bien, pero además de eso hay otras cosas.

¿En qué se inspira la propuesta?

Es un proyecto que tiene que ver con la experiencia vivencial. Los chicos y las chicas comparten en diferencia. Suele haber encuentros en los cuales hay chicos católicos, judíos y musulmanes. También hago un tipo de proyecto muy operativo en algunos lugares, con chavales que están en riesgo de exclusión social. Uno de ellos lo tenemos en la Villa 31, en Buenos Aires.

LA OEI debe convivir con realidades muy distintas entre los países miembros. ¿Representa eso un desafío importante?

La región ha sido siempre muy cambiante. En estos cinco años he trabajado con gobiernos democráticos, imperfectas dictaduras, caudillos, entre otros sistemas. Mi prioridad es trabajar para la gente. Ocurre un fenómeno políticamente muy singular y es que últimamente han estado ganado los partidos no oficialistas, esos que están en la oposición, produciéndose un quiebre total. A partir de allí ha surgido una polarización que se traduce en una falta de comunicación y una pérdida en el aprecio al otro, en el reconocimiento del otro. Aquí somos los míos contra los tuyos.

Buenos y malos.

Buenos y malos, exactamente. Ahora son los gobiernos de oposición los que están ganando y eso supone un quiebre histórico de la política oficial. Todo esto tiene razón de ser y es que la democracia en América Latina, en muchos de sus países, no ha satisfecho la voluntad de los votantes. El elector enfadado va a votar.

¿Tiene límites la OEI al momento de opinar? ¿Cuáles son esos límites?

Los límites son los límites que impone la democracia, la libertad de expresión. Cada uno tiene una opinión y puede ejercerla. Hay que hacer política desde la evidencia y no desde la ocurrencia de los liderazgos. No solemos entramos en conflicto. Buscamos ser parte de la solución y no del conflicto y cuando ha ocurrido un hecho que cuestiona de una forma u otra la democracia, nosotros lo hemos denunciado.

¿Cuál es su diagnostico sobre la salud de la democracia actual?

Parece que a veces se nos olvida la historia. Yo estuve hace no mucho en Casa América e hice una intervención. Estamos mucho mejor que nunca en la historia. Hace 40 años, Argentina, Perú, Chile, Uruguay, Ecuador, Brasil, estaban en dictadura. Lo que sí existe es una insatisfacción. No se cumple con la ciudadanía en áreas como salud y educación. El caso de la pandemia fue muy llamativo en América Latina. La región tuvo el 30% de los contagios en todo el mundo y el continente es sólo el 8% de la población mundial. Tenemos una región que tiene récord de crímenes.

Se avecinan las elecciones en México y el 'crimen electoral' sólo sube...

México vive una violencia tremenda, un narcotráfico que produce gran parte de estos crímenes. Nosotros hemos trabajado en México un proyecto para favorecer el diálogo y dar origen a una cultura de paz en lugares como el estado de Guerrero, que es un estado en el cual los agentes del gobierno no entran ni siquiera. Yo estuve en la guerra de El Salvador que después de una serie de fracasos, hubo acuerdo de paz.

Recién en una entrevista para EL ESPAÑOL con la periodista mexicana, Carmen Aristegui, se abordó este tema y ella consideró que no se puede hablar de una "democracia plena" con los niveles actuales de violencia. Un candidato teme ser asesinado por el sólo hecho de competir.

Hay un problema de violencia que está contaminando a toda la región. Hay países en los cuales no existía este problema y que ahora últimamente comenzó a haberlo. El narcotráfico ha permeado en toda la región y tiene que ver con que hay otros países que empiezan a producir cocaína hacia Colombia, Bolivia, Ecuador y Paraguay. Si no hay seguridad, no hay libertad.

Eso es lo que valoran mucho los latinoamericanos cuando vienen a Madrid, que se sienten más seguros y más libres.

Tenemos una cultura que vibra muy segura. Yo creo que la seguridad es un requisito básico en una democracia.

Volvamos un poco a cómo arrancó esta conversación. ¿Todo decae en la educación misma? ¿Es la que está detrás de anhelos como la seguridad?

La educación es un derecho fundamental. Es un proceso comercial que nace de un derecho entre iguales. En segundo lugar, lo que está demostrado de siempre es que la sociedad más culta, más educada y más leída es más libre y más respetuosa.

¿El abandono escolar es la peor de las amenazas en el ámbito educativo?

La deserción es el nido de creación del conflicto, de la violencia. Es un chico o una chica de Centroamérica que sale de escuela con 12 años y se va a la calle. Se aparta del sistema y resuelve comnenzar una vida en la calle. Es así de sencillo. Es un tema muy duro. La deserción escolar prematura produce un problema social grave.

¿Cómo se combate la deserción? O más bien, de qué modo prevenirla.

No hay una fórmula mágica. Nunca las hay en educación. Pero la prevención en la primera infancia es crucial. En las escuelas más pobres de América Latina se previene, antes que todo, con comida. Si tu hijo va a la escuela, sabes con certeza que va a comer hoy. También están las transferencias directas que han funcionado bien en países como México y Brasil. Una tercera política fundamental es que el lugar sea agradable, un sitio en el que chicos y chicas estén contentos.

¿Hay un problema con la docencia también? ¿Se cobra menos de lo debido?

Los sueldos de los maestros en América Latina están por encima de la media en profesiones similares. Lo que sí hay es una falta de formación. Estos últimos años el objetivo ha sido el de la cobertura, de que todos los niños y niñas fuesen la escuela. Se han construido miles de escuelas de región y no ha habido tiempo para reclutar maestros. Hemos perdido el objetivo.