El candidato opositor a la presidencia de Venezuela, Edmundo González Urrutia.

El candidato opositor a la presidencia de Venezuela, Edmundo González Urrutia. Reuters

América

Edmundo González Urrutia, la esperanza en Venezuela para acabar con 25 años de chavismo

Es su primera elección. Es académico y diplomático. Fue embajador en Argelia y también en Argentina, bajo el mandato de Hugo Chávez.

28 julio, 2024 03:14

En sus manos está el destino de su país. Nunca esperó que fuera así. Nunca imaginó con ser protagonista de un escenario de semejante magnitud. Pero allí está Edmundo, fiel a su personalidad, silencioso, distante y cordial. Venezuela vivirá hoy unas elecciones inéditas que ilusionan a millones de connacionales con que se dé término a la dictadura. Antes se habían hecho algunos intentos. Ninguno resultó. Pero jamás se habían hecho con una oposición así de organizada y con tanta gente movilizada en las calles pidiendo un cambio a lo que ha sido el país en 25 años de 'Chavismo'.

Académico y diplomático, González Urrutia siempre ha evitado participar de la política activa. Ésta será la primera vez en que su rostro aparecerá en un tarjetón electoral. La expectativa es inmensa. En las calles de la ciudad de Caracas, como en tantas otras dentro del territorio, se respira esperanza. En los últimos meses, Edmundo, en compañía de la política mejor valorada por parte de la ciudadanía, María Corina Machado, han conducido una movilización histórica en las calles. Una convocatoria que hace difícil pensar en que pueden ser derrotados (lícitamente) esta tarde en las urnas.

Nacido en la ciudad de La Victoria, en el Estado de Aragua y con 74 años de edad, el exembajador en Argelia y Argentina fue el último en ser aceptado como candidato por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Anterior a él, hubo dos inhabilitaciones en contra de algunas de sus compañeras de ruta. Una de ellas, Machado, quien poco antes había vencido en las primarias opositoras con más del 90% de votos. La segunda fue Corina Yoris, una mujer filósofa a quien Machado le confió la difícil tarea de sucederla en la competencia. 

Es reconocido por sus pares como un hombre de confianza y desde hace algunos meses es también reconocido de "valiente". El desafío no era fácil y aún así lo asumió. Y lo hizo, en un inicio, con la misma serenidad que le caracteriza. "Acepto el inmenso honor y la responsabilidad de ser el candidato de todos los que quieren un cambio por la vía electoral. Un abrazo al pueblo de Venezuela", publicó en su perfil de X.

Su actitud la ha mantenido durante toda la campaña. Mientras el régimen hacía todo lo que esté a su alcance por manchar los comicios e insultar a la disidencia, Edmundo señaló que en las fuerzas gobernantes no veía "enemigos", sino "adversarios". Y ante la duda sobre qué hacer ante un eventual triunfo de la oposición, optó por un pacto de unidad nacional que incluya a todos los sectores del espectro político. Sólo así, señaló en ese entonces, se podía contar con una transición pacífica hacia la democracia. 

Antecedentes en política 

No habrá sido nunca candidato a un cargo de elección popular, pero dispone de dos embajadas en su palmarés. La primera en Argelia (1991-1993) y la segunda en Argentina (1998-2002). Fue esta segunda experiencia la más enigmática, al haberle mantenido en su puesto el expresidente Hugo Chávez, antecesor a Nicolás Maduro. No sólo lo sostuvo en el cargo, sino además le pidió que lo acompañase en uno de sus primeros viajes al extranjero. Desde allí, la relación entre ambos sólo mejoró. 

Durante su gestión diplomática, el hoy candidato a la presidencia defendió siempre la integración de Venezuela en Mercosur, una de las afiliaciones con más influencia en la región y que es conformada actualmente por algunos de los líderes socialistas más importantes en Sudamérica. Sus ideas eran bien recibidas, es por eso que el ingreso del país en el bloque se formalizó un año después de sus inicios como embajador. 

A su buen manejo en relaciones internacionales, se le añaden algunos éxitos en arena más política. Fue presidente de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ahora mejor conocida por las siglas PUD, y asesoró en las elecciones para la Asamblea Nacional de 2015, los únicos comicios en que la oposición ha triunfado desde que Maduro se hizo del poder.

El crucial papel de María Corina Machado

Hace algunos meses, la imagen de González Urrutia era totalmente desconocida por casi toda la población. Que eso cambiara sólo en días se debe, en gran parte, al liderazgo y popularidad de Machado. Su apoyo, se le reconoce desde la interna, llegó el primer minuto en que se confirmó la más reciente candidatura. "Venezolanos hemos dado otro gran paso a la libertad. Estamos unidos y fuertes", compartió en su cuenta de X.

La activista opositora y mano derecha de Edmundo, María Corina Machado.

La activista opositora y mano derecha de Edmundo, María Corina Machado. Europa Press

Machado había sido inhabilitada poco antes de la nominación de Edmundo. El régimen nunca ofreció pruebas de lo que la acusaban. Según defendían los tribunales, todos controlados por Maduro, la activista habría sido parte de una presunta trama de corrupción durante el gobierno interino de Juan Guaidó. Lo cierto es que ella nunca fue parte del núcleo duro de esa administración y hasta esa fecha las autoridades jamás abrieron una causa judicial en su contra. Nada de eso fue suficiente. 

La exdiputada de la Asamblea Nacional decidió seguir adelante. Y después de que se le inhabilitara, también, a su sucesora Yorina Coris, centró todos sus esfuerzos en respetada a Edmundo. Lo hizo a través de redes sociales apenas se supo de su postulación y lo viene haciendo a terreno durante los últimos meses. Es tal la confianza entre ambos, que el aspirante a la presidencia confirmó que Machado, en caso de una victoria, podía acceder al cargo que quisiera. 

Conciliador hasta el último momento

Mientras Maduro avisaba un "baño de sangre" o una "guerra civil fratricida" si era derrotado en las elecciones de hoy, Edmundo proponía un gobierno de unidad nacional si es que vencía en los comicios. Desde el momento en que entró en carrera, el candidato opositor ha entendido la importancia que tiene la unidad con vistas a lograr una transición pacífica y exitosa. 

Su intención de aunar a las distintas fuerzas lo ha llevado incluso a proponer otorgar una amnistía al actual jefe de Estado. Lo hizo por primera vez en una entrevista con CNN: "En todas las transiciones y crisis políticas existen acuerdos de amnistía y de justicia transicional. Todos los países que han pasado situaciones como la nuestra lo han terminado otorgando, por lo que no descarto que podamos tener una medida similar".

A ojos del veterano diplomático, el 'Chavismo' no es un "enemigo", sino que sólo un rival político respetable. Ello no ha cambiado, por más que haya sido calificado en múltiples ocasiones por Maduro y sus socios más cercanos como "facista" o "títere del imperio". Quizás sea esa una de las principales diferencias entre una candidatura y otra. La esperanza la abriga una oposición que lleva años intentando hacer que la democracia vuelva a ser parte del país.  Sólo quedan horas para las votaciones y Venezuela y buena parte del mundo permanecen en vilo a la espera de lo que pueda suceder.