Los agentes de Inmigración y Control de Aduanas detienen a un hombre después de realizar una redada en el complejo de apartamentos Cedar Run en Denver, Colorado, EE. UU., 5 de febrero de 2025.

Los agentes de Inmigración y Control de Aduanas detienen a un hombre después de realizar una redada en el complejo de apartamentos Cedar Run en Denver, Colorado, EE. UU., 5 de febrero de 2025. Reuters

América

Los menores, el otro objetivo de las redadas antiinmigración de Trump: "Enseñamos a los niños a defenderse de los agentes"

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tiene autorización para preguntar a los menores de edad, lo que ha disparado el miedo en las familias de Denver. 

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Eran las cinco de la mañana y todavía no había amanecido en Denver, Colorado, cuando una docena de vehículos, algunos de ellos blindados, del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se desplegaron por distintos barrios hispanos de la ciudad. Denver se convertía así en la tercera metrópoli objetivo de las redadas antiinmigración de la Administración Trump.

En cuestión de minutos, agentes armados y con chalecos antibalas irrumpían en bloques de viviendas para pedir la documentación puerta por puerta, e iban marcando aquellas puertas en las que nadie salía a contestar. Wilfredo es colombiano y tiene papeles, pero ha vivido en primera persona cómo se llevaban a su compañero de piso. "Ha tenido menos suerte que yo; le han pedido la documentación y cuando la han revisado, le han subido en un autobús. No sé si le volveré a ver. Sólo Dios sabe lo que le va a pasar ahora".

Los operativos han provocado un éxodo masivo de trabajadores y familias enteras que prefieren mantenerse ocultas antes que correr el riesgo de ser detenidas. Los agentes del ICE están autorizados a preguntar también a los menores y eso cada vez aterroriza más a los padres. Horas después de las redadas, no había nadie en las calles, los parques estaban vacíos, parecía una ciudad fantasma. 

"Nadie nos avisó, simplemente llegaron y se llevaron a la gente. Dicen que solo buscan a los que tienen antecedentes penales, pero no es cierto. Mi compañero trabajaba en construcción sin hacer daño a nadie. Todo el mundo tiene miedo", cuenta Wilfredo a través de la puerta. No sale de casa porque no quiere pisar la calle. No confía en nadie.

Para muchos, lo más indignante es el estigma con el que son tratados. "Nos están cazando como si fuéramos delincuentes", lamenta Teresa, una venezolana con ciudadanía española que vive en Denver. "No importa cuánto hayamos trabajado o contribuido a este país, siempre seremos señalados como criminales solo por nuestra procedencia", sostiene. En la ciudad de Denver, un 29% de la población es de origen hispano. 

Agentes federales, incluyendo el Servicio de Inmigración y Aduanas y la policía de HSI detienen a un hombre después de realizar una redada en el complejo de apartamentos Cedar Run en Denver, Colorado, EE. UU., el 5 de febrero de 2025.

Agentes federales, incluyendo el Servicio de Inmigración y Aduanas y la policía de HSI detienen a un hombre después de realizar una redada en el complejo de apartamentos Cedar Run en Denver, Colorado, EE. UU., el 5 de febrero de 2025. Reuters

La guerra entre Trump y el gobierno estatal

Las redadas forman parte de la iniciativa federal Return to Sender, relanzada por la Administración Trump y que se ha llevado a cabo en las grandes ciudades del país en las últimas dos semanas. Pese a estar enfocadas a los criminales, lo cierto es que, de las redadas de Denver, sólo uno de los indocumentados estaba buscado por la justicia porque formaba parte del Tren de Aragua, un grupo venezolano conocido por su violencia extrema y su participación en el tráfico de drogas. El resto, no tenían ningún registro criminal.

Esto ha desembocado en una lucha abierta entre el gobierno federal y el estatal. El gobernador de Colorado, Jared Polis, ha lanzado una contraofensiva. Su equipo ha desplegado un operativo de vigilancia, con más de 600 voluntarios, para supervisar la actuación del ICE y evitar detenciones arbitrarias. "No vamos a permitir que el miedo destruya nuestras comunidades", ha asegurado Polis. "Cada persona tiene derechos, independientemente de su estatus migratorio, y haremos todo lo posible para garantizar su defensa", explican desde su gabinete a este periódico.

Los planes de emergencia

Lejos de permanecer inmóviles y pese al miedo que sienten la mayor parte de indocumentados los últimos días, comunidades enteras han desarrollado sus propias redes de alerta para evitar las redadas. Aplicaciones de mensajería, grupos de Facebook y llamadas de emergencia sirven para advertir a vecinos y trabajadores ilegales cuando el ICE aparece en la zona.

También las ONGs han intensificado sus esfuerzos para preparar a las familias. Dos de ellas, YWCA y Humanitarian Action, han establecido programas de educación y asistencia legal para aquellos en riesgo de deportación. Ya han atendido a más de 200 personas y cada taller que realizan, tiene más acogida.

Agentes federales, incluyendo Inmigración y Control de Aduanas, el FBI y la policía de HSI realizan redadas en el complejo de apartamentos Cedar Run en Denver, Colorado, EE. UU., el 5 de febrero de 2025.

Agentes federales, incluyendo Inmigración y Control de Aduanas, el FBI y la policía de HSI realizan redadas en el complejo de apartamentos Cedar Run en Denver, Colorado, EE. UU., el 5 de febrero de 2025. Reuters

"Nuestra prioridad es que las personas conozcan sus derechos y tengan un plan de emergencia", explica Sarah Davila, portavoz de la YWCA. "Organizamos talleres en los que abogados migratorios instruyen a los asistentes sobre cómo actuar en caso de ser detenidos. Además, se asesora a las familias sobre la importancia de tener documentos esenciales a la mano y de definir quién se haría cargo de los menores en caso de una deportación.

Objetivo: proteger a los menores

Una herramienta fundamental que se ha promovido en estos talleres es el documento de custodia, un texto legal que permite a los padres designar a un tutor responsable en caso de que sean detenidos y deportados, asegurándose de que sus hijos no entren en el sistema de acogida gubernamental. "Muchas familias desconocen que, si no tienen este documento, sus hijos podrían ser enviados a hogares temporales, perdiendo el contacto con su entorno y seres queridos", explica Sarah.

El proceso de elaboración de este documento incluye la firma ante un notario, garantizando su validez legal. "Es un momento muy difícil para los padres. Al firmarlo, muchos rompen a llorar", sostienen desde la organización. Una situación que se hace todavía más difícil cuando empieza la preparación de los niños de cinco o seis años para los interrogatorios. "Los entrenamos para que sepan qué responder y cómo actuar si son abordados el ICE. Honestamente, es horrible enseñar a los niños a defenderse de un agente de inmigración", apunta Sarah.

EL ESPAÑOL habla con uno de los participantes de los talleres que, por seguridad, pide permanecer en el anonimato. Lleva cinco años en Estados Unidos y huyó de su país por problemas de seguridad. Tiene 30 años y es padre de dos niños, de seis y nueve años.  Está completamente devastado ante la posibilidad de no verlos más. "Soy venezolano y sé que no es un país para mis hijos, pero si se quedan aquí también los voy a perder para siempre", nos dice entre lágrimas. Para él, no hay una opción buena, de momento, esconderse es su única salida. "Mis hijos se han aprendido el número de un abogado de inmigración para que le llamen si a las cinco de la tarde no he vuelto a casa".