
Exhiben en Washington D.C. documentos sobre el asesinato de Kennedy tras orden de Trump, el 18 de marzo de 2025. Reuters
Un asesor de Kennedy le alertó en un informe desclasificado sobre los excesos de la CIA al margen de la Casa Blanca
El documento sugiere que la agencia estaba tomando decisiones estratégicas en política exterior sin seguir las órdenes establecidas por el Departamento de Estado de EE. UU.
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Un informe recientemente desclasificado revela que un asesor del presidente John F. Kennedy expresó su inquietud sobre el papel de la CIA en las embajadas estadounidenses, argumentando que sus agentes podían estar debilitando la autoridad del Departamento de Estado.
El documento, titulado "Reorganización de la CIA", fue redactado en 1961 por Arthur Schlesinger Jr., asistente especial del presidente, poco después del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos.
En él, Schlesinger advertía sobre el creciente poder de la agencia de inteligencia, describiéndola como un "Estado dentro del Estado".
Una parte del memorando, que hasta ahora permanecía oculta, fue publicada junto con otros documentos relacionados con el asesinato de Kennedy.
En esa sección, se detalla que aproximadamente 1.500 empleados del Departamento de Estado eran en realidad agentes encubiertos de la CIA, muchos de los cuales actuaban sin coordinación con los embajadores estadounidenses.
Schlesinger también señalaba que casi la mitad de los oficiales políticos en embajadas estadounidenses, encargados de analizar la política local, trabajaban en realidad para la agencia de inteligencia.
Esta revelación sugiere que, en los primeros años de la Guerra Fría, algunos líderes estadounidenses temían que la CIA tuviera demasiado poder en sus operaciones secretas en el extranjero, lo que podría debilitar la autoridad presidencial.
Desde su fundación en 1947, la CIA permitió que algunos de sus oficiales se hicieran pasar por diplomáticos del Departamento de Estado, una práctica que, aunque inicialmente concebida como temporal, se mantuvo debido a su conveniencia y facilidad operativa.
Schlesinger citó el caso de la embajada en París, donde 128 agentes de la CIA estaban asignados, y mencionó que la agencia incluso intentó restringir los contactos del Departamento de Estado con ciertos políticos clave.
El profesor Greg Grandin, experto en relaciones exteriores de Estados Unidos, sostiene que el secretismo en la política exterior ha contribuido a generar desconfianza dentro del país. Según él, los arquitectos del aparato de seguridad nacional durante la Guerra Fría ya eran conscientes de este riesgo.
A pesar de que el gobierno mantuvo esta información clasificada por décadas, el memorando sugiere que no era un secreto en su momento.
Schlesinger mencionó que la CIA ocupaba el último piso de la embajada en París, algo ampliamente conocido, y que, durante la revuelta de los generales en Argelia, muchos notaron que ese piso permanecía iluminado toda la noche.
El uso de misiones diplomáticas como cobertura para operaciones encubiertas no fue exclusivo de Estados Unidos durante la Guerra Fría. Sin embargo, el documento advierte que las actividades secretas de la CIA podían poner en peligro los valores y principios del país.
El profesor Grandin señaló que la censura de esta información probablemente tenía el propósito de evitar que quedara constancia oficial de que la CIA se hacía pasar por personal del Departamento de Estado.
Por su parte, el autor Jefferson Morley indicó que mientras el memorando en general abordaba principios y políticas, la parte censurada detallaba acciones encubiertas específicas de la agencia.
El memorando fue redactado poco después del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos, un operativo planeado por la CIA para derrocar a Fidel Castro. Schlesinger insinuaba en su documento que la agencia estaba tomando decisiones estratégicas en política exterior sin seguir las órdenes establecidas.
Un informe interno de la CIA concluyó que Kennedy, quien llevaba solo tres meses en el cargo, posiblemente no comprendía completamente los detalles de la operación.
Tim Weiner, exreportero de The New York Times y autor de un libro sobre la CIA, argumenta que la agencia históricamente ha seguido órdenes presidenciales, incluyendo la aprobación de la invasión de Bahía de Cochinos por parte de Kennedy.
Según Weiner, la idea de que la CIA actuaba de forma independiente es una exageración creada por Schlesinger. Además, considera que no había una razón justificable para mantener clasificada la sección del memorando relacionada con el Departamento de Estado por tanto tiempo.
Para Weiner, la persistencia de este tipo de clasificaciones solo alimenta la percepción de que existe un "Estado profundo" que opera en las sombras del gobierno.