"No al muro con México". "Atención, Rusia sí es una amenaza para EEUU". "Ojo al cambio climático". Estas frases no son consignas de radicales estadounidenses, ni de actores de Hollywood o de demócratas atrevidos. Todos estos mensajes se han escuchado de los que serán "los hombres del presidente Trump" en sus exámenes ante el Congreso que estima su capacidad para ocupar el puesto para el que el presidente electo los ha nominado.
En sólo una semana, sus principales consejeros han roto la doctrina Trump en casi todos los temas políticos importantes:
-James N. Mattis, el general jubilado que ha sido nombrado por Trump secretario de Defensa, ha apoyado expresamente el acuerdo nuclear con Irán que el presidente electo criticó en sus intervenciones asegurando que era "el trato más ridículo de la historia": "Cuando Estados Unidos da su palabra, hay que estar a la altura y trabajar con nuestros aliados", aseguró Mattis.
-Rex W. Tillerson, elegido por Trump como secretario de Estado, aclaró que "Putin y Rusia son una clara amenaza regional e internacional que debería ser contrarrestada con una demostración de fuerza proporcional". Además, recalcó, en contradicción a lo asegurado por Trump, que el compromiso de EEUU con la OTAN es "inviolable" y se negó a prohibir la entrada al país a los inmigrantes musulmanes. Aun quedó sesión para que volviera a negar al presidente electo por cuarta vez, en el tema de Japón: "No estoy de acuerdo con que Japón debería tener armas nucleares".
Tillerson, que ha hecho carrera en una petrolera, habló de otra amenaza infravalorada por Trump, el cambio climático: "Es importante para EEUU mantener su asiento en la mesa de conversaciones sobre cómo enfrentar las amenazas del cambio climático que requieren una respuesta global".
-John Kelly, nominado para secretario de Seguridad Nacional, rechazó la idea del muro con México. "Una barrera física no funciona", aclaró. Durante la campaña, Donald Trump explicitó que la tortura tenía su razón de ser y que había que volver a usarla en EEUU en determinados interrogatorios. Para Kelly, nada más lejos de la realidad: "No creo que debamos nunca cruzar una línea que está más allá de lo que nosotros como estadounidenses esperamos seguir en términos de técnicas de interrogación".
-Mike Pompeo, elegido para dirigir la CIA, es de la misma opinión que Kelly e igual de opuesto a Trump. Además de defender férreamente las agencias de inteligencia estadounidenses que tanto han sido criticadas por Trump, Pompeo dejó claro que en su territorio "no utilizaría en absoluto tácticas brutales de interrogatorio sobre sospechosos de terrorismo contraviniendo la ley, aunque lo ordenara un presidente".
-Jeff Sessions, senador republicano de Alabama candidato a fiscal general del Estado, quiso dejar claro en su examen que va a perseguir todo lo que no sea lega venga de donde venga. "No voy a permitir el uso de técnicas de interrogatorios brutales como la bañera que es ilegal". Sessions dejó claro que no apoya "la idea de que a los musulmanes, como grupo religioso, se les debe negar la admisión a los Estados Unidos".
Los congresistas más experimentados dicen que tantas contradicciones entre un presidente y su gabinete no son nada habituales en la historia de EEUU, sin embargo, lo entienden al ver la trayectoria de Trump.
La republicana Susan Collins aclaró a The New York Times que este abismo en las opiniones puede ser "muy saludable pero también podría llevar mensajes contradictorios a nuestros aliados y nuestros enemigos".
Sin embargo, el equipo de Trump no está preocupado para nada por estas diferencias porque lo que buscaba el presidente electo es gente capaz y con experiencia. Eso sí, su jefe de prensa dejó claro que "al final del día, cada uno de ellos tendrá que seguir la agenda de Trump y la visión de Trump".
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