Kamala Harris, durante un evento de campaña en Washington Crossing, Pensilvania.

Kamala Harris, durante un evento de campaña en Washington Crossing, Pensilvania. Evelyn Hockstein/Reuters

EEUU

A los votantes de Trump les preocupaba la economía y la inmigración, a los de Harris el futuro de la democracia

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La Real Academia define "populismo" como "la política que pretende atraerse a las clases populares" aunque advierte a continuación de que este término es "usado en sentido despectivo". Pues bien, Donald Trump ha ganado las elecciones porque ha sabido atraerse a las clases populares, sintonizando con las preocupaciones de su electorado. Una base a la que no parece haberle importado nada que su rival, Kamala Harris le llamara “fascista”.

Un estudio sobre motivación del voto realizado por la agencia Associated Press con una base de más de 115.000 votantes a escala nacional ha definido con claridad las razones de los dos electorados. La mitad de los votantes de Trump señaló que el coste de la vida fue el factor determinante de su voto. Un tercio señaló la inmigración cómo su motivación principal. Son los dos grandes ejes de la campaña del ganador.

Otro estudio, de Ipsos para Reuters, coincide al indicar que la economía y el empleo son los problemas más acuciantes de EEUU. Frustrados por la escalada del coste de la vida, culpan al gobierno de Biden y, mayoritariamente, confían más en Trump que en Harris para resolver el problema.

Entre los votantes de Harris, dos tercios declararon que el futuro de la democracia fue la preocupación decisiva. A continuación, y en orden decreciente citaban la economía, el aborto y el cambio climático.

Es la misma dialéctica que explicaba el movimiento social de los chalecos amarillos originado, en otoño de 2018, por la subida de las tasas del gasoil que supuso la mayor protesta social en Francia desde mayo del 68: los que están preocupados por el fin del mes versus los concernidos por el fin del mundo sea este el cambio climático o el futuro de la democracia.

Trump ha encontrado su electorado entre los que más sufren por la inflación que ha disparado los alquileres, lo que no afecta obviamente a quienes viven en apartamentos de su propiedad. Harris ha tenido en su contra la tendencia universal de culpar de la inflación al gobierno de turno.

Según AP Vote Cast, más de la mitad de los votantes con diplomas universitarios apoyó a la candidata demócrata. En cambio, los votantes sin estudios superiores se inclinaron mayoritariamente por el republicano. Harris obtuvo mejores resultados en las grandes ciudades y sus suburbios acomodados. Trump, por el contrario, se impuso en ciudades pequeñas y en las áreas rurales.

Estas dos dicotomías coinciden con los análisis del voto en las últimas presidenciales de Francia, en mayo de 2022, que dieron la victoria a Emmanuel Macron, reelegido, frente a la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen. En el único país europeo que, a semejanza de EEUU, elige a su presidente por sufragio universal, el candidato liberal ganó en todas las ciudades con excepción de tres urbes sureñas: Perpiñán, Veziers y Tolón. Igualmente, el voto de los franceses con títulos universitarios fue para Macron, y el de los no diplomados, para Le Pen.

Dos analistas científicos de la política, Matt Grossman y David Hopkins, apuntan en su libro Polarizados por sus diplomas cómo la división política de la sociedad ha cambiado de la clase social al nivel educativo. Desde hace una decena de años, los titulados superiores se inclinan por los demócratas mientras quienes tienen sólo estudios básicos se identifican con los republicanos. Se han invertido así, las tendencias de las últimas décadas del siglo XX cuando los republicanos predominaban entre los titulados universitarios y los demócratas entre los menos cualificados por su formación.

En los mapas, los Estados costeros del este, donde están las mejores universidades, las de la Ivy League, votaron a Harris, hasta Virginia, que marca el límite con el sur, totalmente rojo, esto es pro Trump. La costa oeste con California a la cabeza, el estado más poblado, el corazón de las industrias del espectáculo y del cine, es también azul, esto es, demócrata. Si Hollywood y The New York Times apoyaron a Harris, a Trump le respaldó el tabloide The New York Post y el dueño de X, antes Twitter, Elon Musk.

AP ha encontrado en su amplio estudio otros cambios sutiles. Así entre los votantes menores de 30 años, la mitad apoyó a Harris y el 40% a Trump. En 2020, seis de cada diez votó a Joe Biden y menos de un tercio a Trump.

El voto negro y el voto latino ha seguido siendo favorable a la candidata demócrata pero, también aquí, Trump ha mejorado en relación a hace cuatro años: Biden logró 9 de cada 10 votantes negros; Harris, 8 de cada 10. El 50% del voto hispano fue para Harris. Pero a Biden le votaron 6 de cada 10 hispanos.

¿Populista Trump? Sin duda. Pero no sólo en el matiz despectivo en el que usamos el término. También en la definición de atraer a las clases populares hacia su política.