Volodímir Zelenski y Donald Trump en la Casa Blanca este viernes.

Volodímir Zelenski y Donald Trump en la Casa Blanca este viernes. Reuters

EEUU

Trump echa de malas maneras a Zelenski de la Casa Blanca tras abroncarlo en público: "Vuelve cuando estés listo para la paz”

En una entrevista en Fox News horas después de la trifulca, el líder ucraniano reconoce que "le gustaría que Trump estuviera más de su lado".

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Terremoto en la Alianza Transatlántica con epicentro en el Despacho Oval. La tensa discusión entre Donald Trump y Volodímir Zelenski, televisada en directo ante todo el mundo, abre una brecha total entre EEUU y Europa después de una fatídica semana de negociaciones. Ni las visitas previas del francés Emmanuel Macron y del británico Keir Starmer a Washington han conseguido evitar el escenario más incierto para el orden global en Occidente. EEUU más cerca que nunca de Rusia, los líderes europeos en explícito desacuerdo con EEUU y Rusia celebrando la situación.

"He determinado que el presidente Zelenski no está listo para la paz si Estados Unidos está involucrado, porque siente que nuestra participación le da una gran ventaja en las negociaciones. No quiero ventaja, quiero PAZ. Le faltó el respeto a los Estados Unidos de América en su preciado Despacho Oval", ha proferido Trump en su red social Truth cuando las imágenes de la bronca pública son su homólogo estadounidense ya estaban dando la vuelta al mundo.

Aunque el mensaje se podría interpretar como que EEUU -tras tres años apoyando a Ucrania en el conflicto bajo la administración de Joe Biden- va a abandonar al país a su suerte, Trump ha dejado la puerta abierta al regreso de Zelenski: "Puede volver cuando esté listo para la paz".

"Garantías de seguridad"

Sorpresivamente, después de abandonar abruptamente la Casa Blanca -según las fuentes estadounidenses, fue expulsado- y cancelar la rueda de prensa conjunta con Trump, el presidente ucraniano concedió una entrevista a la cadena Fox News en la que explicó mucho más tranquilo su postura respecto a las negociaciones de paz con Rusia.

"Respeto a mis soldados y a mis ciudadanos. No puedo ordenar que paren de combatir porque la gente tiene miedo de que Putin vuelva al día siguiente. Necesitamos un acuerdo con garantías de seguridad", ha respondido tras tener ocasión de recordar a la audiencia "el sufrimiento del pueblo ucraniano" y las matanzas de civiles en los primeros días de la guerra.

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Durante más de media hora de intervención en directo, el líder ucraniano ha insistido en que para él las garantías "duraderas de seguridad" deben formar parte de cualquier acuerdo que firme, incluido el de explotación de materias primas por parte de EEUU a cambio de la ayuda militar.

"Trump ha dicho que él quiere estar en el medio. A mí, honestamente, me gustaría que estuviera más del lado nuestro. La guerra empezó cuando Rusia llegó a nuestro territorio", ha llegado a reconocer Zelenski a su entrevistador, Bret Baier, un presentador de Fox News -la cadena amiga de Trump-, que ha tenido algunos encontronazos con el presidente estadounidense en el pasado.

En varias ocasiones, el periodista dio a Zelenski la oportunidad para que se disculpara públicamente ante Trump, a lo que el ucraniano respondió tibiamente: "Las relaciones históricas son mayores que las de los presidentes. Vuestra gente ha ayudado a salvar a nuestra gente. (…) Estamos agradecidos al pueblo estadounidense, a la presidencia, al Congreso y al apoyo bipartidista".

Implicaciones

Tendrán que pasar los días para ver las implicaciones que esa discusión pública televisada, sin precedentes en la historia diplomática contemporánea, tiene en el devenir de las relaciones transatlánticas y el futuro del estado ucraniano.

El diario Washington Post cita a un alto funcionario de la administración Trump para avanzar que la Casa Blanca está considerando poner fin a todos los envíos en curso de ayuda militar a Ucrania. Sin embargo, Trump extendió esta misma semana algunas sanciones contra Rusia hasta marzo de 2026 sin dar mucha publicidad a la decisión.

Al mismo tiempo, el estadounidense ha parecido dar a entender que su lectura de la discusión es mayoritariamente positiva: "Hoy tuvimos una reunión muy significativa en la Casa Blanca. Se aprendieron muchas cosas que nunca podrían haberse entendido sin una conversación bajo tal fuego y presión. Es increíble lo que sale a través de las emociones", ha reflexionado Trump, muy proclive a espectacularizar todas sus acciones, independientemente de los resultados.

En el corto plazo, Trump tampoco ha salido ganador: durante toda su campaña ha prometido que acabaría con las guerras en Ucrania y Oriente Medio desde el primer día como presidente; siempre se ha mostrado como un gran negociador con influencia global y quería vender a su público la firma de un pacto para la explotación de recursos minerales de Ucrania a cambio de la ayuda brindada. Por ahora es papel mojado, aunque según la agencia Reuters, un funcionario de Casa Blanca ha dicho que ha sido Trump el que declinó firmar el acuerdo a pesar de las "súplicas" de Zelenski.

Fatiga entre los estadounidenses

La lectura interna que se está haciendo en Estados Unidos es confusa.

Según un estudio de Pew Research publicado el 14 de febrero, el 30% de los estadounidenses consideran que su país estaba brindando demasiado apoyo a Ucrania en la guerra contra Rusia, frente a un 23% que dijo que el nivel de apoyo era el correcto y un 22% que "no era suficiente".

Entre los votantes conservadores hay una masa fiel a Trump que considera que el país ha invertido mucho dinero en una guerra que ni les beneficia ni les perjudica y se sienten cada vez más desconectados de los socios europeos, como de cualquier alianza internacional.

Por otro lado, el ala más tradicional y atlantista del Partido Republicano continúa sintiendo que EEUU tiene una responsabilidad respecto a Ucrania y desconfía de Rusia, hasta hoy el histórico rival militar para el país norteamericano desde la Guerra Fría. Pero esta corriente de pensamiento, tras el triunfo electoral de Trump, es una minoría.

Prueba de ello es que Trump decidió sentar a su izquierda, frente a Zelenski, a su vicepresidente JD Vance, una de las voces más aislacionistas y críticas con Ucrania. Fue él quien encendió la situación al espetar al ucraniano: "Es una falta de respeto que vengas al Despacho Oval a intentar debatir esto ante los medios estadounidenses".

En cambio, el secretario de Estado, Marco Rubio, mucho más atlantista, se situó en el extremo del sofá y se mantuvo callado durante el rifirrafe. En algunos tiros de cámara se le pudo ver girando la mirada hacia las paredes de la habitación, mientras la embajadora de Ucrania en EEUU, Oksana Markarova, se llevaba las manos a la cabeza.

En las cadenas de televisión estadounidenses algunos comentaristas han llegado a plantear que tanto la disposición de los presentes como transcurso de los comentarios frente a los medios de comunicación en el Despacho Oval, críticos incluso con la vestimenta militar de Zelenski, formaban parte de una estrategia calculada para calentar aún más los ánimos.

"Trump se ha convertido en el perrito faldero de Putin, y el poder global de Estados Unidos está sangrando a medida que se pone del lado de los dictadores por encima de la democracia", criticó el senador demócrata Chris Murphy, miembro del Comité de Relaciones Exteriores, en una declaración que ha resonado en la entrevista de Fox News.

Por su parte, uno de los republicanos que más apoyo a mostrado Ucrania, el senador republicano Lindsey Graham, ha dejado caer a Zelenski del todo: "No sé si alguna vez volveremos a hacer negocios con Zelenski. Creo que la mayoría de los estadounidenses vieron a un tipo con el que no quieren hacer negocios".

Los rusos, por su parte, han celebrado cada segundo del día de hoy. "El cerdo insolente finalmente recibió una buena bofetada en la Oficina Oval. Y Donald Trump tiene razón: el régimen de Kiev está 'jugando con la Tercera Guerra Mundial'", ha tuiteado el exmandatario ruso Dmitri Medvédev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia.