Todos los franceses pueden ir este domingo a votar en la primera vuelta de las primarias del centro-derecha en Francia de cara a las elecciones presidenciales de 2017. Se presentan siete contendientes, aunque únicamente tres tienen opciones reales de ganar.
El ex primer ministro François Fillon recobró el pulso a los dos candidatos que eran favoritos desde el principio en el último momento. En el último debate celebrado este jueves, Fillon llegó a imponerse al expresidente Nicolas Sarkozy y al también ex primer ministro Alain Juppé, según sondeos recogidos por el portal L'Internaute, que lleva un recuento de toda la campaña.
Para la encuesta de BFM TV, Fillon fue "el más convincente", al igual que la cadena France Info, que le consideró "el gran vencedor" de la batalla dialéctica del jueves. Sin embargo, Juppé se ganó la etiqueta del "más convincente" según otra encuesta publicada por el periódico Le Point, con un 30% de los apoyos frente a un 25% para el otro ex primer ministro.
No podían llegar más igualados los tres candidatos. La encuesta de Ipsos para Le Monde muestra que la intención de voto se encuentra en un 30% para Fillon y un 29% tanto para Juppé como Sarkozy.
La lucha contra el terrorismo es eje central en las propuestas de los tres candidatos. Charlie Hebdo, París 13-N, Niza, Saint Etienne du Rouvray... En los últimos dos años, Francia ha estado en el ojo del huracán como objetivo prioritario del grupo terrorista Estado Islámico entre los occidentales y las encuestas favorables a Marine Le Pen muestran que gran parte del electorado busca mayor firmeza contra el terrorismo así como una mejora de la seguridad interior.
Sarkozy, acercándose al Frente Nacional
El expresidente quiere volver al Elíseo tras únicamente una legislatura fuera de él, tras anunciar su retirada de la política al perder en las presidenciales de 2012 contra François Hollande. Nicolas Sarkozy vuelve como líder de Los Republicanos apoyado en un discurso que ha llegado a rozar la confluencia con la ultraderecha, tan en auge en Francia con Marine Le Pen, a la que varias encuestas le otorgan el pase a la segunda vuelta de las presidenciales.
Sarkozy enarboló la bandera contra la llegada de refugiados en pleno estallido de la crisis humanitaria en 2015. En junio de ese año, Sarkozy ridiculizó la propuesta de la Comisión Europea para establecer un reparto de cuotas de refugiados entre los países miembros de la UE en un rechazo que coincide con el mandatario húngaro Viktor Orban, denostado en Bruselas por su creciente extremismo conservador contra la migración y la libertad de prensa, que está rotundamente en contra y ha intentado no tener que comprometerse con un potencial nuevo reparto como el que se acordó en septiembre de 2015, que de por sí fue insuficiente (se pactó el reparto en la acogida de 160.000, pero sólo ese año llegó alrededor de un millón).
Ahora Sarkozy expone como una de sus prioridades electorales su "no a la creación de junglas en nuestras regiones", en alusión al campo informal de migrantes y refugiados de Calais desmantelado recientemente y cuyo realojo rechaza. También quiere suspender las peticiones de reagrupación familiar. Además apuesta por un 'Schengen 2' para limitar la movilidad en este espacio sin fronteras, al igual que Fillon.
El expresidente francés ha defendido una Francia más laica en contra del terrorismo y que no permita el velo en los espacios públicos, al igual que ya sucede con el burka o niqab, dos modalidades de velos integrales (el burka cubre incluso el rostro, a diferencia del niqab). "Los problemas están ante nosotros", argumentó en una entrevista en Radio Classique en octubre, alarmado por la "tentación del islam político de instrumentalizar esta religión para tomar el control de la sociedad", recogió Le Figaro. Sarkozy opina que eso forma parte de garantizar la "igualdad estricta entre el hombre y la mujer".
La prohibición total de portar cualquier tipo de velo islámico en el espacio público figura ya en el programa electoral del Frente Nacional de Le Pen. Sin embargo, Sarkozy no ha sido claro en sus intenciones, pues por una parte ha dicho planear una ley en ese sentido y en su web de campaña únicamente parece oponerse al burkini.
El presidente francés defiende una dureza mayor en la lucha contra el terrorismo, una "guerra total". Ya lo dijo en julio de 2015, cuando Francia había sufrido los atentados contra el semanario satírico Charlie Hebdo a principios de año pero aún no todos los que le siguieron.
Sarkozy ofrece ser "alternativa fuerte" y hacer "todo por Francia" en sus lemas de campaña.
Juppé, entre un estado policial y un acuerdo con la comunidad musulmana
El alcalde de Burdeos y ex primer ministro lleva el sello más moderado entre los tres favoritos. Centra su propuesta en "actuar contra el terrorismo" debido a la situación "excepcional" a la que Francia se encuentra sometida actualmente.
Quiere reforzar el intercambio de información tanto a nivel nacional como europeo, uno de las principales lastres internacionales en la lucha contra el terrorismo. También apuesta por crear un "contradiscurso laico" en internet contra la propaganda yihadista, otra de las lacras actuales en la lucha contra el EI que mencionan repetidamente los expertos en antiterrorismo. Otras propuestas en la lucha contra el terrorismo son más controvertidas:
Promueve un control férreo de los sospechosos, con prisión domiciliaria de los fichados como "peligrosos", avisar a las empresas si entre sus trabajadores hay un sospechoso, emplear tecnologías como el reconocimiento facial y de comportamiento para "hacer frente a la masificación de la amenaza".
Juppé también apuesta por crear una "guardia nacional" con los reservistas y desplegar a 4.500 policías y gendarmes sobre el terreno sustituyendo con civiles las áreas administrativas de estas fuerzas.
Asimismo quiere "realizar un verdadero trabajo de simplificación del proceso penal" contra una burocracia que considera excesiva e ineficaz. En cuanto a los "radicalizados" detenidos considera que la solución incluye confinarlos aislados.
Aunque ha alertado contra quienes actúan de forma "histérica" en el debate sobre el islam en Francia, entre las tareas de "prevención y lucha contra la radicalización" que propone, está "vigilar los lugares de culto" en general "con el objetivo de cerrar las mezquitas radicales" y expulsar a los imanes salafistas, una rama muy rigorista del islam que en ocasiones supone el paso previo al terrorismo.
Ni Juppé ni Fillon consideran que deba prohibirse el velo en las universidades, tema largamente debatido en Francia. "Hace falta aplicar los principios de laicidad con un poco de sentido común. Un pañuelo sobre la cabeza cuando se va a la universidad no es una ruptura de la civilización", aseguró en una entrevista con RTL resaltada por el portal IslamTInfo. En las escuelas sí lo prohibiría porque las menores, argumenta, aún no tienen la madurez suficiente para tomar la decisión de llevar el velo o no.
La propuesta de Juppé para solucionar el dilema entre laicidad y la libertad religiosa que arrastra Francia desde mucho antes de la crisis terrorista que ha vivido en los últimos años, es establecer negro sobre blanco un "acuerdo global con los musulmanes" sobre cómo respetar las reglas de la República, según dijo en un encuentro con universitarios en octubre recogido por Le Figaro.
En cuanto a la inmigración y los demandantes de asilo, el alcalde de Burdeos declaró en septiembre a France Info "no (ser) hostil" al reparto de los desalojados de la 'Jungla de Calais' por otros centros del territorio, al contrario que Sarkozy.
Fillon, contra la "III Guerra Mundial del totalitarismo islámico"
Si el actual líder de Los Republicanos hablaba de "guerra total" contra el terrorismo, el diputado y ex primer ministro de Sarkozy, François Fillon, pide en su programa "olvidar lo políticamente correcto" y llamar a las cosas por su nombre. "La invasión sangrienta del islamismo en nuestra (vida) cotidiana prepara una tercera guerra mundial", asegura.
Irónicamente, al pretender "llamar al totalitarismo, totalitarismo" olvida los matices importantes para la comunidad creyente musulmana y no diferencia la opción política de la defensa del islam que supone el "islamismo" del terrorismo que tergiversa el mensaje de esa religión. Tampoco hace una distinción entre la fe musulmana y la versión violenta de la opción política en el título del libro que escribió tras los atentados de Niza y que destaca en su programa electoral: "vencer el totalitarismo islámico" donde debería decir "islamista".
Precisamente esta igualación de conceptos le fue reprochada por un imán de Burdeos llamado Tareq Oubrou durante una entrevista el pasado octubre en la cadena iTélé. El imán le preguntó directamente: "¿Cree usted que el islam es genéticamente totalitario?". Fillon respondió que no dice "en ningún caso que el islam sea totalitario" y que se trata de "una parte minoritaria del islam" que pretende imponer su visión política y "genocida" de esa fe, por lo que apela a los musulmanes a combatir conjuntamente a los terroristas.
En cuanto a la inmigración, una de las "15 ideas faro" de su programa es reducirla creando cuotas y ofreciendo prestaciones sociales únicamente a a extranjeros que lleven en situación regular al menos 2 años. También se compromete a invertir 12.000 millones de euros más en seguridad, defensa y justicia, incluida la creación de 16.000 nuevas plazas carcelarias.
Argumenta que Francia no está preparada para acoger a más migrantes "sin que haya tensiones sociales" en el país. Por ello pide reforzar las fronteras europeas con un nuevo tratado Schengen -como Sarkozy- y que todos los demandantes de asilo que no cumplan los requisitos para obtenerlo, sean deportados.
Sus prioridades son, por este orden: "la liberación de la economía, restaurar la autoridad del Estado para proteger a los franceses y afirmar nuestros valores". En este sentido, ha dicho que sería "un presidente intratable en cuanto a la soberanía nacional".
Los exministros Bruno Le Maire, Nathalie Kosciusko-Morizet y Jean-François Copé, además del cristianodemócrata Jean-Frédéric Poisson completan la contienda cuya segunda vuelta se celebrará el próximo domingo, 27 de noviembre.
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