Theresa May afronta una legislatura imposible pese al apoyo del unionista DUP
El Gobierno conservador superó el primer examen al lograr la aprobación de su programa legislativo. Pero ahora comienza la cuesta arriba.
30 junio, 2017 03:22Noticias relacionadas
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Theresa May superó este jueves una prueba de fuego. Los conservadores sacaron adelante su plan de gobierno gracias al acuerdo millonario pactado con los unionistas del Ulster. Ha sido el primer test al Gobierno tory de los muchos a los que se enfrentará en los próximos dos años. En ese plazo May ha de enfrentarse a varios desafíos: la negociación y legislación del brexit, cumplir sus promesas electorales y mantener unida su propia bancada.
Los conservadores se quedaron en las pasadas elecciones a diez escaños de la mayoría necesaria para gobernar. Ahora necesitan el apoyo del DUP (Partido Unionista Democrático) para, como durante estos dos últimos días de debate, tumbar las iniciativas de la oposición. Esta será la dinámica a partir de ahora en Westminster. Theresa May tendrá que luchar cada voto. No sólo el de sus aliados norirlandeses, también el de los diputados conservadores rebeldes que dudan de la legitimidad de la primera ministra para dirigir el barco.
El marco no podría ser más difícil. Reino Unido se enfrenta a uno de los momentos más complejos de su historia: el abandono de la Unión Europea. Y May, que quería aumentar su poder en el Parlamento, ha acabado por reducirlo. Las negociaciones con sus socios europeos y el nuevo diseño de un país post-brexit serán sus mayores desafíos, aunque no los únicos.
Las ocho leyes del ‘brexit’
La pasada semana se anunciaron hasta 27 proyectos de ley que han obtenido este jueves el visto bueno de la Cámara. Ocho de ellos se centran específicamente en cómo administrar el brexit. El resto son casi todas reformas menores. May ha rebajado las expectativas de su programa electoral para centrarse en el asunto clave de los próximos dos años: el divorcio con la Unión Europea.
1. - Ley de que anula toda la legislación comunitaria: es la ley con la que el Gobierno planea hacer británicas todas y cada una de las leyes europeas aplicables. De esta manera se mantendrán los derechos, deberes y garantías. Un extenso equipo irá estudiando cuál es necesaria mantener y cuál puede eliminarse.
2. - Ley de Comercio: esta ley es clave para marcar los acuerdos comerciales que tenga Reino Unido con la UE y con el resto del mundo. Londres asegura que su intención es abandonar el mercado único y la unión aduanera, pero es un punto de las negociaciones con Bruselas.
3. - Ley de Aduanas: para garantizar que el Reino Unido tenga un régimen aduanero independiente al abandonar la UE. Incluye la flexibilidad para adaptarse a futuros acuerdos comerciales.
4. - Ley de Inmigración: es la que garantiza los derechos de los ciudadanos europeos y especifica el nuevo régimen de permiso de residencia por el que han de regirse. El pasado lunes el Gobierno informó de que los europeos que estén en Reino Unido antes de una fecha de corte podrán quedarse bajo un estatus especial.
5. - Ley de Pesca: para permitir que el país pueda a acceder a la pesca y la gestión de sus aguas.
6. - Ley de Agricultura: para cumplir con el compromiso electoral de proporcionar estabilidad a los agricultores que a día de hoy todavía reciben fondos de la UE.
7. - Ley Nuclear: otorgará a la Oficina de Reglamentación Nuclear la facultad de asumir el papel y las responsabilidades para cumplir las salvaguardias internacionales y las obligaciones de no proliferación cuando Reino Unido abandone la UE y Euratom.
8. - Ley de Sanciones Internacionales: que establece un marco para que Reino Unido tenga potestad para imponer sanciones a nivel internacional. Esta norma devuelve la soberanía a Londres en temas en los que la ONU tenga jurisdicción. Esto elimina el poder al Tribunal Europeo de Justicia y es uno de los puntos más escamosos de las negociaciones con la UE.
Crisis de liderazgo
Para aprobar esas y otras leyes Theresa May deberá contar con el apoyo del DUP. Pero no sólo el de los unionistas. La líder del Partido Conservador tiene también enemigos entre sus propias filas. Día sí día también aparecen en la prensa diputados o antiguas figuras del Partido que cuestionan la legitimidad del mandato de May. Con la misma frecuencia aparecen algunos de sus ministros más destacados -especialmente David Davis y Boris Johnson- respaldando a la Primera Ministra lo que hace entender choques entre las filas conservadoras.
La quinielas se suceden para apostar cuánto tiempo podrá mantenerse May en esta situación de fragilidad interna y externa. Muchos aseguran que habrá un nuevo congreso del partido tan pronto como Reino Unido abandone la Unión, en menos de dos años si se cumple el calendario. Otros, aseguran que el tiempo que tiene la primera ministra es mucho menor.
La amenaza constante del DUP
A las voces críticas de su partido May debe sumar la constante amenaza de que el DUP abandone el pacto que le ha permitido sacar adelante su Gobierno. Por el momento, el acuerdo tiene una duración de dos años, el tiempo en el que se ha fijado esta sesión parlamentaria extraordinaria dominada por el brexit. No se trata de un gobierno de coalición, fórmula rechazada desde el principio, así que el DUP es libre de sumar o no sus votos cuando le plazca.
No está previsto que May se atreva a abordar legislación que incomode a quienes se han comprometido a mantenerla a flote. El acuerdo, sin embargo, ya le ha obligado a dar marcha atrás en algunas sus promesas de campaña como la de revisar la superprotección a las pensiones o el subsidio a la calefacción.
Laboristas, a la espera
Los laboristas son un “gobierno a la espera”. Éstas fueron las palabras de Jeremy Corbyn días después de que se conocieran los resultados de los comicios del 8 de junio que le dieron 30 escaños más que en la cita electoral anterior. Insuficiente para gobernar pero necesario para alimentar la esperanza de que un gobierno laborista puede no estar muy lejos. Exactamente, a seis meses, si atendemos a la confesión que este pasado fin de semana le hizo Corbyn al fundador del Festival de Glastonbury.
Momentum, que agrupa a las bases jóvenes laboristas, ya está de campaña. La plataforma jugó un papel clave en la reaparición del Partido Laborista. Usó tecnología innovadora, contenido viral en las redes sociales, nuevas técnicas de organización y un programa de capacitación a nivel nacional inspirado en la campaña del candidato demócrata a la Casa Blanca Bernie Sanders. Consiguieron movilizar a miles de personas para participar. “Ahora estamos en modo campaña permanente” dijo una de las representantes de la plataforma, Emma Rees. Esta misma semana ya lanzaron su nueva maquinaria para las próximas elecciones generales, que no ven muy lejos.