Encerrona a Borrell en Moscú: el régimen de Putin usa a Puigdemont para desacreditar a la UE
La visita del jefe de la diplomacia comunitaria a Moscú para pedir la liberación del disidente Navalny acaba en fiasco.
5 febrero, 2021 13:32Noticias relacionadas
La visita de Josep Borrell este viernes a Moscú se ha convertido en una auténtica encerrona. El jefe de la diplomacia de la Unión Europea pretendía interceder por el líder opositor Alexei Navalny, que acaba de ser condenado a tres años y medio de cárcel, pero también rebajar la tensión entre Bruselas y Rusia. El resultado ha sido totalmente el contrario. En una combativa rueda de prensa conjunta, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha acusado a la UE de ser un "socio poco fiable" y de utilizar una doble vara de medir cuando critica la vulneración de los derechos humanos en Rusia.
Lavrov sostiene que la UE no tiene ningún derecho a entrometerse en lo que considera "asuntos internos" de Rusia. En su lugar, los líderes europeos deberían ocuparse de las vulneraciones que ocurren en territorio comunitario, ha dicho el ministro ruso. En un ataque dirigido específicamente contra Borrell, cuyo activismo contra el procés es bien conocido, Lavrov ha puesto como ejemplo para desacreditar a la UE el caso del expresidente catalán, Carles Puigdemont, sus exconsellers fugados en Bélgica y los políticos presos del procés. Eso sí, mezclando y confundiendo todo, en un intento de equipar a Puigdemont o a Oriol Junqueras con Navalny.
"Hay muchas situaciones en Europa en las que se sospecha de que los tribunales adoptan decisiones motivadas políticamente", ha empezado el ministro de Exteriores ruso. En primer lugar, se ha referido a los "prisioneros sentenciados a 10 años de cárcel por organizar un referéndum en Cataluña". Eso sí, Lavrov se ha quejado de que se acusó a Rusia "sin base" de estar implicada de alguna forma en este referéndum.
A continuación, el ministro de Exteriores ruso ha asegurado que "las autoridades judiciales en Bélgica y Alemania pidieron a las autoridades españolas que cancelaran estas decisiones políticamente motivadas (en referencia aparente a las euroórdenes contra Puigdemont denegadas por los dos países)".
"Las autoridades españolas replicaron que tenían su propio sistema judicial y que no había que dudar de las decisiones que éste tomaba", ha señalado. Al final de esta confusa explicación, el ministro de Exteriores ha sugerido que Putin quiere con Navalny lo mismo que pide España con Puigdemont: que se respeten las decisiones de su sistema judicial.
Borrell le ha escuchado impasible y no ha intentado rebatir su argumentación. Además, Lavrov ha insistido en que en los países de la UE también hay casos de violencia policial (ha hablado de una manifestación en Italia en la que usaron un cañón de agua contra una mujer) y ha comparado a los manifestantes que protestan por el encarcelamiento de Navalny en Rusia con los asaltantes al Capitolio en Estados Unidos.
Moscú rechaza la oferta de paz de Borrell
El jefe de la diplomacia de la UE ha calificado de "franca", "abierta" e "intensa" su conversación con Lavrov. El código diplomático para referirse a un choque a cara de perro. "Mi visita coincide con el arresto y la condena de Alexei Navalny y de miles de manifestantes. Le he trasladado al ministro Lavrov nuestra profunda preocupación y he reiterado nuestro llamamiento para que sea puesto en libertad y se lance una investigación imparcial sobre su envenenamiento", ha dicho Borrell. Pero las autoridades rusas ni siquiera le han permitido visitarle en la cárcel, como pretendía.
"Aunque respetamos plenamente la soberanía de Rusia, la UE considera que los temas relacionados con el Estado de derecho, los derechos humanos, la sociedad civil y la libertad política son centrales para nuestro futuro común, tanto de UE como Rusia. Al mismo tiempo, hay temas en los que podemos y debemos trabajar juntos porque cuando lo hacemos logramos buenos resultados", ha señalado el jefe de la diplomacia europea. Sin embargo, las caras largas que ponía todo el tiempo evidenciaban su malestar.
Moscú rechaza la oferta de paz de Borrell. Lavrov le ha replicado que los países de la UE no le han presentado pruebas convincentes de que Navalny haya sido envenenado con el agente nervioso novichok, al que en principio sólo tendrían acceso las autoridades rusas. El ministro de Exteriores ha tachado de "inaceptable" y "maleducada" lo que considera "arrogancia" de los países europeos por no compartir toda la información sobre el envenenamiento del líder opositor. Además, ha criticado las "restricciones unilaterales e ilegítimas" impuestas por la UE contra Rusia. Borrell ha asegurado que de momento no hay previstas nuevas sanciones contra Moscú por el caso del líder opositor.
Como parte de la encerrona, los periodistas rusos le han preguntado al jefe de la diplomacia de la UE por su política hacia Cuba. El Alto Representante para la Política Exterior ha expresado su sorpresa por que se le interrogue sobre Cuba en Moscú, pero ha criticado el embargo y las sanciones extraterritoriales de Estados Unidos. Una intervención que le ha dado pie a Lavrov para cuestionar a su vez las sanciones europeas contra Rusia y reclamar el mismo diálogo que se le ofrece a Cuba. "La UE ha empezado a usar estos instrumentos inventados por EEUU, lo que es una cosa mala", ha afirmado.
Por si fuera poco, el jefe de la diplomacia de la UE ha acabado sintiéndose obligado a felicitar a Rusia por el "éxito" de su vacuna Sputnik V contra la Covid-19. "Ahora espero que la Agencia Europea del Medicamento pueda certificar la eficacia de esta vacuna para que se pueda usar también en los Estados miembros. Será una buena noticia porque nos enfrentamos a una escasez de vacunas y si hay otra fuente de suministro será bienvenida", ha dicho.
No es la primera vez que el régimen de Putin ataca a Borrell esgrimiendo la situación política española. Durante la cumbre de la UE celebrada en la ciudad finlandesa de Lahti en octubre de 2006, a la que estaba invitada el presidente ruso, Borrell -que entonces era presidente de la Eurocámara- criticó la vulneración de los derechos humanos en Rusia. Putin le replicó echándole en cara los problemas de corrupción urbanística en España.
Los líderes de la UE discutirán sobre las relaciones con Rusia durante la cumbre programada para finales de marzo. La oportunidad o no de cooperar con Moscú divide profundamente a los Estados miembros. Los bálticos, Polonia o República Checa piden aumentar las sanciones contra Putin y se habían opuesto a la visita de Borrell por considerar que contribuiría a blanquear al régimen ruso. En contraste, Alemania, Francia, España o Italia apuestan por rebajar la tensión y aumentar la cooperación por los fuertes vínculos económicos, en particular en materia energética.