Marianna, la influencer ucraniana embarazada y herida en Mariupol, da a luz a una hija

Una nueva vida en medio de la guerra. Marianna Vishegirskaya, influencer ucraniana que sobrevivió al bombardeado ruso a la maternidad en la ciudad de Mariupol y que se convirtió en imagen de la tragedia, ha dado a luz una niña.

Vishegirskaya se encontraba en avanzado estado de gestación cuando tuvo lugar el ataque al hospital. Sus fotografías del embarazo en redes sociales, y de supervivencia en los periódicos de todo el mundo, la han convertido en uno de los símbolos de la violencia sufrida por los ucranianos.

La bebé ha sido bautizada como Veronika y se encuentra en buen estado de salud, según relató hoy ante el Consejo de Seguridad de la ONU el embajador de Ucrania, Sergiy Kyslytsya. Su marido Yuri está junto a ellas.

Una tía de Vishegirskaya, infórmó a periodista ucraniana Olga Tokariuk del estado en el que se encuentran madre e hija tras el parto. "El bebé pesa 3.200 gramos y está sano. Fue nombrada Veronika, en honor a Nike, la diosa de la victoria. Victoria de Ucrania", cuenta en Twitter.

Aunque la sesión del Consejo estaba dedicada a la supuesta producción de armas biológicas en Ucrania, el tema de la bloguera salió a relucir por parte, primero, del embajador ruso Vasili Nebenya, quien dijo que en la guerra de información sobre Ucrania "se ha mostrado una imagen falsa de una bloguera ucraniana" y aludía a "dos imágenes distintas" de esa persona como parte de "la campaña sucia" que sufre su país.

En los pasados días, Rusia ha tratado de desmentir que esa mujer, una joven relativamente conocida en su país, estuviera en el hospital, y lo presentó como una prueba más de la guerra de información.

Al embajador ruso le respondió su colega ucraniano, que mostró en su tablet las primeras fotos de la bebé recién nacida. "(Mariana) tuvo una niña muy sana anoche, se llama Veronika, aquí está con su padre", dijo ante los diplomáticos del Consejo.

"No importa cuántas mentiras pueda contar Rusia sobre ella y sobre este incidente. No nos importa lo que diga Rusia, no tiene el menor valor", zanjó Kyslytsya.