Pasechnik y Pushilin, las marionetas de Putin en el Donbás que impulsan los referendos prorrusos
Según los analistas internacionales lo más probable es que Putin se ampare en el resultado de las consultas para justificar nuevos ataques.
22 septiembre, 2022 02:56Cuando están cerca de alcanzarse los siete meses de guerra en Ucrania la huida hacia adelante de Vladimir Putin continúa. El jefe del Kremlin insiste en anexionarse los territorios ocupados y para ello ha decidido utilizar a sus marionetas en el Donbás. El martes les convenció para que organizaran referendos urgentes de adhesión a la Federación Rusa. Dicho y hecho.
Denis Pushilin y Leonid Pasechnik, líderes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk respectivamente, fueron los primeros en impulsar las consultas. Comenzarán el viernes 23 de septiembre y se extenderán hasta el martes 27. A ellos se han unido la administración prorrusa de la región de Jersón, liderada por Vladimir Saldo; y los territorios prorrusos de Zaporiyia, gestionados por Yevgeny Balitsky.
Poco importa en el Kremlin que esas votaciones sean ilegales según las leyes ucranianas y según la legislación internacional. Los países occidentales lo consideran una farsa que ha sido creada con la única intención de llevar a cabo la anexión de estos territorios.
Y una vez conseguido el objetivo lo más probable es que Moscú inicie una nueva ofensiva, dando un paso más en su peligrosa escalada de tensión desatada por su 'operación especial'. La mayor preocupación es que empiecen a utilizar armas nucleares. Por eso Joe Biden quiso lanzar una advertencia a Putin durante su intervención en la Asamblea General de la ONU: "No permitiremos una guerra nuclear", aseguró el presidente estadounidense.
Según apuntan los analistas internacionales lo más probable es que Putin se ampare en el resultado de las consultas para justificar nuevos ataques. Para poder llevarlos a cabo va a tener que dotar de músculo a sus tropas. Por eso este miércoles decretó una movilización parcial de 300.000 reservistas. Siete meses después el conflicto a las puertas de Europa continúa y el mundo sigue en vilo. Pero ¿quiénes son estas marionetas de Putin?
Pushilin y Pasechnik
Denis Vladimirovich Pushilin (41 años) es el líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, que declaró su independencia de Ucrania en mayo de 2014. Llegó al cargo de forma interina en septiembre de 2018, después de que Aleksander Zakharchenko, anterior mandatario, fuera asesinado en un atentado el 31 de agosto de 2018, tal y como informó entonces el diario Kyiv Post.
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El 'Consejo Popular' de Donetsk tenía previsto reemplazar a Pushilin en las elecciones del 11 de noviembre de 2018, pero aquellos comicios, nunca reconocidos por Ucrania ni por la legislación internacional; los ganó Pushilin, que pasó a ocupar el cargo de forma permanente.
El conflicto en el Donbás estalló en 2014, pero Rusia siempre negó estar implicada en nada de lo que estaba ocurriendo entonces en el este de Ucrania. Sin embargo, Moscú siempre ha facilitado ayuda militar, económica y apoyo político a los movimientos prorrusos para controlar Donetsk y Lugansk, que son las regiones que conforman el Donbás. Prueba de ello es que en diciembre de 2021, Pushilin se convirtió en miembro del partido gobernante ruso Rusia Unida. Dos meses después, Putin ordenó atacar Ucrania y puso en marcha su 'operación especial'.
Ahora que la situación se ha agravado y el Kremlin ha decidido organizar las consultas urgentes de adhesión a la Federación Rusa, el títere de Putin en Donetsk ha asegurado que la Policía y los miembros de la "comisión electoral" de su administración llamarán a las puertas de los ciudadanos y les "invitarán" a votar, según informa el diario The Washington Post.
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Eran muy pocos los que en noviembre de 2017 pensaban que Leonid Ivanovich Pasechnik (52 años) se convertiría en el líder de la autoproclamada república popular de Lugansk. Pero así fue. Tomó el relevo de Igor Plotnitsky y él mismo hizo el anuncio en la televisión local, alegando que relevaba a Plotnitsky "por motivos de salud", según informó el diario Kyiv Post.
Antes de tomar posesión del cargo, al que llegó gracias al respaldo del Kremlin, Pasechnik había sido un jefe militar del Ministerio de Seguridad del Estado (MGB), organismo al servicio de Rusia, según la información del diario Kyiv Post.
Tanto él como Pushilin firmaron con el Kremlin los Tratados de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua el 21 de febrero de 2022, tres días antes de que estallara la guerra. "Los felicito", fueron las palabras que les dirigió Putin nada más estampar sus firmas.
En 2014 Pasechnik se posicionó junto a los militantes prorrusos, convirtiéndose el 9 de octubre de ese año en ministro de Seguridad Estatal de la república popular de Lugansk. Cuatro años después alcanzó el puesto de jefe de la república. Y, como Pushilin, en diciembre de 2021 se convirtió en miembro del partido gobernante ruso Rusia Unida.
Saldo y Balitsky
En Jersón el líder prorruso es Vladimir Saldo, que tras las consultas organizadas por los dirigentes de Donetsk y Lugansk ha pedido ayuda a Rusia para organizar también un referéndum. Saldo pretende aparentar que mantiene el control de esta región situada en el sur de Ucrania.
Y la última marioneta de Putin es el jefe de la administración de los territorios ocupados por Moscú en Zaporiyia, Yevgeny Balitsky. Es él quien ha anunciado que también permitirá el plebiscito en las mimas fechas y en las partes de la región controladas por el Ejército ruso. Esto incluye la ciudad de Energodar, donde se encuentra la central nuclear más grande de Ucrania, la mayor de Europa.
Estos últimos acontecimientos han hecho saltar las alarmas en todo el mundo, pero Balitsky ya ha advertido de que "no piensa posponer la votación".
El problema es que el Ejército ruso y las milicias prorrusas controlan la práctica totalidad de la región de Lugansk, pero sólo el 55% de Donetsk, donde nunca han podido doblegar la resistencia enemiga. En cuanto a las sureñas Jersón y Zaporiyia, los separatistas aseguran controlar el 95% de la primera y más de la mitad de la segunda.
La Unión Europea y la comunidad internacional condenan "enérgicamente" los "referendos", los consideran "ilegales" y ya han advertido de que sus resultados serán "nulos y sin efecto".