Lotte, amenazada en Berlín por reivindicar el nado en 'topless' en las piscinas públicas
La nadadora y activista feminista explica su lucha en Berlín para que las mujeres puedan nadar en lugares púbicos con los pechos descubiertos.
7 mayo, 2023 03:46Tras un largo invierno, en el que no ha dejado de sentirse la amenaza de la crisis energética por culpa de la guerra de Rusia contra Ucrania, llegan los primeros días soleados a Berlín. Con las temperaturas ya por encima de los diez grados centígrados, los berlineses comienzan a plantearse el ir a disfrutar del sol en las piscinas públicas al aire libre. Pero en esos lugares públicos, esta primavera y este verano, prometen ser diferentes. Ahora las mujeres van a poder nadar en toples.
No es que antes no pudieran, es que nadie dio la batalla como ha hecho la treinteañera berlinesa Lotte Mies. Gracias a ella, el pasado mes de marzo, las autoridades de la ciudad dieron su explícito visto bueno a que las usuarias de las piscinas públicas puedan nadar sin la parte de arriba del bañador.
Esta mujer, allá por el mes de diciembre, se enfrentó a la gerencia de la piscina pública y cubierta de Kaulsdorf, a las afueras de Berlín. Allí fue Mies a nadar con un bañador que no cubría sus pechos. No le dejaron. Es más, acabó enfrentándose a la policía, de la que habla aún cuando se le pregunta sobre lo sucedido y sobre por qué le obligaron a abandonar las instalaciones.
"Sigo esperando una disculpa de la piscina y de la policía", cuenta Mies a EL ESPAÑOL. Ella entiende que le deben una disculpa después de llevar aquel episodio a las autoridades, concretamente a la Oficina del Defensor del Pueblo de Berlín. En marzo le dieron la razón. Con la Ley Estatal contra la Discriminación de fondo, las autoridades han terminado dejando claro que Mies no estaba haciendo nada punible el día en que fue expulsada de la piscina pública de Kaulsdorf.
"No existe ninguna norma sobre nadar sin parte de arriba. Lo que había era una regla moral tácita sobre cómo deben comportarse las mujeres. En este caso, la regla era: 'no muestres mucha piel'", apunta Mies. "No hay ninguna ley que lo prohiba", dice sobre hacer uso de las piscinas públicas con bañador sin parte de arriba. En la actualidad, Mies también espera que se aclare si las autoridades tendrán que compensarla por el trato que se le dio en la piscina pública de Kaulsdorf.
"Pechos iguales para todos"
Mies trabajó en su momento como socorrista y tiene experiencia velando por la seguridad de los bañistas en la playa. Eso hacía que estuviera al corriente de que no había ley que prohibiera, ni a ella ni a ninguna mujer, nadar con los pechos al aire.
Además, Mies milita en una iniciativa feminista que lleva por titulo "Pechos iguales para todos". De esa iniciativa comenzó a hablarse en el verano de 2021, cuando otra mujer, Gaberielle Lebreton, una arquitecta francesa afincada Berlín, se enfrentó a las autoridades después de que la echaran, a ella y a su hijo, de unas instalaciones públicas del parque de Treptower Park en el que hay unas fuentes de agua ideales para el juego de los niños en los días más cálidos del estío. Lebreton estuvo allí haciendo toples, hasta que se tuvo que marchar del parque previa interacción con una pareja de agentes de la policía.
Según ha contado la crónica local, el argumento policial contra Lebreton era el artículo 118 de la ley de infracciones reglamentarias, según el cual los pechos de la mujer, en un parque público con niños podía constituir "un acto grosero e indecoroso". En su momento, Alexander Pabst, abogado en derecho penal, decía al diario berlinés BZ, que ese artículo era particularmente una "zona gris" del derecho alemán.
Sea como fuere, el caso de Lebreton lanzó la movilización de "Pechos iguales para todos", donde la idea es que "la mujeres en Berlín puedan, donde sea posible, mostrar su parte de arriba donde los hombres lo tienen permitido". Mies ha llevado esa causa a las piscinas. Y ha ganado la batalla, al menos en Berlín. Entre otras cosas, porque Mies argumentaba ser objeto de “discriminación” por el hecho de ser mujer a la hora de verse impedida para nadar con los pechos al aire. Ella ha forzado a las piscinas públicas berlinesas que reconsideren sus reglas.
"Me han deseado que me violen"
"Nuestras reglas de baño no hacen diferencias específicas de sexo. Y bañarse sin parte de arriba del bañador, para hombres y para mujeres, es posible igualmente", se ha esforzado en explicar Kristina Tschenett, portavoz de las piscinas públicas berlinesas, a la cadena de televisión privada RTL. En Berlín resulta muy raro ver a hombres con trajes de baño que cubran sus pechos. Para Mies, haber tenido que luchar frente a las instituciones para poder nadar como lo hacen habitualmente los hombres tiene que ver con su deseo de, según dice: "moldear mi vida libremente".
Ese activismo, sin embargo, le ha costado estar en una situación de exhibición pública muy delicada. Y no porque buena parte de Alemania la haya visto nadando a su estilo. La exposición de su causa - fue noticia en casi todo el mundo - ha tenido también como consecuencia el haber recibido numerosas amenazas, incluidas amenazas de muerte. "Estas amenazas las hacen, sobre todo, hombres. Si van demasiado lejos las reenvío a la policía", cuenta Mies a EL ESPAÑOL. Según ha asegurado estos días: "algunos me han deseado que me violen".
"Si vivimos en países donde la igualdad está consagrada en la Constitución, no entiendo qué estamos discutiendo".
No es la suya una situación fácil. "Todo esto ha sido, por supuesto, muy estresante, empezando por tener que contactar con organismos y autoridades, buscar ayuda, además de la humillación vivida por parte del personal de la piscina y de la policía, más allá del acoso, los correos electrónicos amenazantes", sostiene. "Siempre que se trata de los derechos de la mujer y, en concreto, de su cuerpo, rápidamente te desean que te violen", abunda.
Amenazada también podría estar el logro que su militancia en "Pechos iguales para todos" ha traído a las bañistas berlinesas que quieran ir ligeras de ropa. Porque Tschenett, la responsable de comunicación de las piscinas públicas berlinesas, reconocía a RTL que las autoridades están abiertas a que, en caso de que haya problemas asociados a que haya mujeres con los pechos al aire en las piscinas públicas, si esos problemas en forma de quejas de los clientes llegan a la dirección, "habrá de nuevo discusiones sobre el tema".
Antes de la llegada de los días más calurosos en Berlín, sin embargo, Mies no ha vivido ninguna situación rara que le haga pensar en que las autoridades reformulen las normas que ella ha contribuido a dejar claras. "Personalmente, aún no he vivido ninguna situación estúpida cuando he ido a nadar", dice. Ante la eventualidad de que pase algo, ella pone el foco en quién o quiénes puedan alterar su ahora aparentemente rescatado derecho de nadar con los pechos al aire.
"Creo que es importante que, como sociedad, respaldemos a las afectadas y no hagamos una inversión perpetrador-víctima. Deberíamos empezar de una vez a responsabilizar a los agresores. El agresor siempre tiene la culpa", dice. Ella entiende que su particular lucha por bañarse del mismo modo en que lo hacen los hombres "no es sólo un problema de pechos, sino un problema general". "Si vivimos en países donde la igualdad está consagrada en la Constitución, no entiendo de qué estamos discutiendo ahora mismo", concluye.