Control de la policía alemana en la frontera con Polonia para evitar la entrada de migrantes irregulares

Control de la policía alemana en la frontera con Polonia para evitar la entrada de migrantes irregulares Reuters

Europa

Schengen en peligro: los países de la UE multiplican los controles fronterizos por el caos migratorio

Los ministros del Interior de los 27 discutirán el jueves en Bruselas qué hacer frente al aumento de la presión en Lampedusa y la ruta de los Balcanes Occidentales.

27 septiembre, 2023 03:41
Bruselas

La renovada presión migratoria en la isla italiana de Lampedusa, en la ruta de los Balcanes y en la frontera de Polonia con Bielorrusia y Rusia amenaza con reventar las costuras del espacio sin fronteras Schengen. Un total de seis países (Dinamarca, Noruega, Alemania, Suecia, Austria y Francia) han notificado a Bruselas la reintroducción de controles en las fronteras interiores durante largos periodos de tiempo alegando como motivo principal el incremento del flujo de entradas irregulares

A ello hay que sumar la intención del Gobierno de Olaf Scholz de cerrar también su frontera con Polonia (los controles que aplica ahora afectan sólo a Austria). Una medida que justifica por el aumento de la llegada a Alemania de refugiados y migrantes procedentes de Rusia y Bielorrusia tras haber atravesado el territorio polaco. Berlín denuncia que el Gobierno de derecha radical de Ley y Justicia deja pasar a los migrantes, sin registrarlos ni procesar sus peticiones de asilo como exige la legislación de la UE.

Scholz acusa además al Gobierno de Varsovia de hacer la vista gorda ante la venta ilegal de visados en consulados polacos de todo el mundo a cambio de sobornos. "El escándalo de los visados que se está produciendo en Polonia tiene que aclararse", ha reclamado el canciller alemán. Berlín sopesa ampliar el cierre de fronteras también a República Checa.

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También la Comisión de Ursula von der Leyen ha pedido explicaciones a Varsovia por la venta de visados. La responsable de Interior, Ylva Johansson, ha enviado una carta al ministro de Exteriores, Zbignieuw Rau, en la que le avisa de que Polonia podría haber vulnerado la legislación comunitaria y le da de plazo hasta el 3 de octubre para responder a las alegaciones y explicar cómo va a reparar el daño causado al espacio Schengen.

El Gobierno de Ley y Justicia acusa a Scholz de tratar de interferir en la campaña electoral de cara a los comicios del próximo 15 de octubre. "En nombre de las buenas relaciones bilaterales, hago un llamamiento al canciller alemán para que respete la soberanía de Polonia y se abstenga de hacer declaraciones que dañen nuestras relaciones", ha escrito Rau en la red social X.

Al mismo tiempo, el primer ministro Mateusz Morawiecki anuncia controles a los vehículos que crucen la frontera procedentes de Eslovaquia, alegando también la necesidad de frenar el flujo de inmigrantes irregulares. "He ordenado al ministro del Interior que introduzca controles allí, en minibuses, furgonetas, coches, autobuses donde se sospeche que hay inmigrantes ilegales", ha dicho Morawiecki en un acto de campaña.

Este efecto dominó de reintroducción de controles en las fronteras interiores de Schengen ha dejado al descubierto la desconfianza total entre los Estados miembros. Mientras que los países de primera línea como Italia o España se quejan de falta de solidaridad del resto de socios, los países de destino de los migrantes como Alemania, Francia o los nórdicos les hacen responsables de incumplir las normas de la UE y dejar pasar a los migrantes sin registrarlos ni procesar sus demandas de asilo.

Último recurso

Mientras, la Comisión Europea asiste impotente a la batalla entre los Estados miembros. "Tenemos una posición clara que hemos expresado en multitud de ocasiones: la reintroduccion de controles fronterizos debe ser excepcional, limitada en el tiempo y constituir una medida de último recurso si hay una amenaza grave a las políticas públicas", ha dicho este martes la portavoz de Interior, Anitta Hipper.

El Ejecutivo comunitario trabaja con todos los Gobiernos para buscar "medidas alternativas" al cierre de fronteras, insiste la portavoz. Pero lo cierto es que la única mejora en los últimos meses ha sido una relajación de los controles en la frontera entre Eslovenia y Austria y la situación no para de empeorar en los últimos días.

La crisis migratoria volverá a dominar la reunión de ministros del Interior de la Unión Europea que se celebra este jueves en Bruselas, presidida por Fernando Grande-Marlaska. Los Veintisiete debatirán el acuerdo que Von der Leyen firmó con Túnez el pasado 16 de julio, acompañada por la italiana Giorgia Meloni y el holandés Mark Rutte. Un pacto por el que la UE pagará al régimen tunecino alrededor de 100 millones de euros para que refuerce las fronteras e impida la salida de migrantes hacia Europa.

Varios países se han quejado de que la Comisión cerró este pacto sin contar con la autorización de todos los Gobiernos europeos, saltándose los procedimientos previstos. También denuncian que el acuerdo no ha producido de momento resultados, ya que el flujo de llegadas de migrantes a Lampedusa no disminuye.

Ursula von der Leyen y Giorgia Meloni, durante su visita el pasado domingo a Lampedusa

Ursula von der Leyen y Giorgia Meloni, durante su visita el pasado domingo a Lampedusa Comisión Europea

Los ministros del Interior abordarán también el estado de las negociaciones del Pacto Europeo de Migración y Asilo. De todas las piezas que configuran el Pacto, todavía hay una norma pendiente de acuerdo entre los Veintisiete: el reglamento de gestión de crisis migratorias.

La presidencia española intentó una solución de compromiso a finales de julio, pero chocó con una minoría de bloqueo formada por el voto negativo de Polonia, Hungría, Austria y República Checa y la abstención (un 'no' más educado) de Alemania, Eslovaquia y Países Bajos. 

Como represalia, el Parlamento Europeo (que es colegislador en la materia) ha decidido bloquear las negociaciones con los Estados miembros sobre el Pacto hasta que se adopte el reglamento de crisis. Una decisión que preocupa a los Gobiernos por el poco tiempo que queda disponible. Si no hay acuerdo de aquí a finales de febrero, el Pacto Europeo de Migración y Asilo ya no podrá aprobarse esta legislatura.