Europa

¿Cómo de "histórica" será la victoria laborista? Reino Unido vota cansado tras 14 años de gobierno tory

El Partido Conservador y su actual líder, Rishi Sunak, llegan a estas elecciones debilitados por el brexit y sus consecuencias económicas, la gestión de la pandemia, el aumento del coste de vida y el paso de cinco primeros ministros, tres de ellos en la última legislatura. 

4 julio, 2024 02:29

La escena no podía ser más demoledora. Cuando esta primavera el primer ministro británico, Rishi Sunak, anunció su decisión de convocar elecciones generales el 4 de julio, lo hizo en la calle, bajo una lluvia torrencial que iba calando su ropa y empañando discurso. Como una ironía poética, de fondo sonaba Things Can Only Get Better (Las cosas solo pueden ir a mejor), canción asociada a la campaña del laborista Tony Blair en 1997, cuando ganó de manera aplastante las elecciones. El problema es que para el Partido Conservador las cosas sólo han ido a peor.

Este jueves, los británicos están llamados a las urnas para decidir qué partido quieren que dirija el país los próximos cinco años. Para ello, los ciudadanos votarán en una de las 650 circunscripciones en las que está dividido Reino Unido (entre Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte) para elegir entre los distintos candidatos a los 650 diputados que conforman la Cámara de los Comunes (House of Commons), columna vertebral del poder legislativo. Así, será la formación que logre la mayoría absoluta (los 326 escaños necesarios) la encargada de formar nuevo Gobierno y de presentar a su líder como nuevo premier

Hoy por hoy, la pregunta parece ya no ser tanto quién va a ganar, sino por cuánto. Todos los sondeos apunta a "una victoria histórica" del Partido Laborista y a su líder, Keir Starmer, como próximo ocupante del número 10 de Downing Street. Prácticamente todas las encuestas coinciden: los laboristas conseguirán una victoria histórica con cerca del 40% de los votos y una mayoría absoluta -sino una súpermayoría- en la Cámara de los Comunes. Por ejemplo, la plataforma YouGov le da 425 asientos, la web de predicciones Electoral Calculus habla de 470 escaños y More in Common, 406.

Este triunfo pondría fin a 14 años de gobierno tory, fuertemente debilitado por el brexit y sus consecuencias económicas, la gestión de la pandemia, el aumento del coste de vida y el paso de cinco primeros ministros, alguno de ellos fugaz en exceso. Además, los conservadores han protagonizado numerosos escándalos políticos, como el partygate de Boris Johnson o el más reciente, el de las apuestas de miembros del gabinete de Sunak. Las proyecciones auguran el hundimiento de los conservadores, con una media del 20% de los votos y entre 108 y 61 escaños (según la encuesta), lo que supondría una pérdida de más de 200 diputados.

El propio Sunak es consciente de que tiene poco que hacer. "Los laboristas podría obtener la mayoría más grande que cualquier partido haya logrado en Reino Unido", dijo Sunak a menos de 24 horas de las elecciones. Un duro golpe para su partido que podría acabar siendo humillante. Según explicaba Sara de Diego en este periódico, la derrota no sólo se prevé histórica, sino que también podría suponer un deshonroso final para Sunak, que podría no conservar su asiento en Westminster por la circunscripción de Richmond & Northallerton, en Yorkshire. Hasta la fecha, ningún premier ha perdido nunca su escaño. 

Sunak, Starmer y el renacer populista

A sus 44 años, Rishi Sunak, el candidato conservador y actual primer ministro, llega a estas elecciones generales anticipadas (se esperaban para 2025) totalmente desgastado.

Los británicos se sienten profundamente descontentos con el Gobierno, sobre todo por los altos costes de vida, las eternas listas de espera del sistema de salud y muchos otros problemas socioeconómicos que se agravaron tras la salida de Reino Unido del bloque europeo. A eso se le suma la sensación de inestabilidad política provocada por el hecho de que sólo en esta legislatura ha habido tres primeros ministros: Boris Johnson, Lizz Truss y Rishi Sunak. 

Rishi Sunak durante un acto de campaña esta misma semana.

Rishi Sunak durante un acto de campaña esta misma semana. Reuters

Éste último, de hecho, llegó al poder en 2022 en sustitución de su antecesora, que renunció tras 49 días en el cargo por el pánico que desató en los mercados financieros con su proyecto presupuestario. Desde entonces, Sunak ha hecho de la lucha contra la inmigración su política estrella… sin mucho éxito.

Su fijación por acabar con la llegada de inmigrantes al país le ha llevado a aprobar medidas tan polémicas como la cárcel flotante Bibby Stockholm (que tuvo que ser desalojada por un brote de legionela) o la Ley de Seguridad de Ruanda, con la pretende deportar al país africano a los solicitantes de asilo que llegan a través del Canal de La Mancha. Y pretende, porque la primera versión del plan quedó declarada ilegal tanto por el Tribunal Supremo británico como por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, este lunes durante un acto de campaña en Hitchin.

El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, este lunes durante un acto de campaña en Hitchin. Reuters

El pasado mayo, Sunak decidió adelantar los comicios, pocas horas después de que la oficina de estadísticas informara de que la inflación había bajado a casi un 2% interanual, frente al 11% de cuando llegó al cargo. Pero de poco le sirvieron esos indicadores. Dos días después, una encuesta situó a los laboristas con su mayor ventaja desde noviembre de 2022, con 48 puntos, frente a 27 de los tories.

El prestigioso exabogado Keir Starmer, de 61 años, es el candidato del Partido Laborista. Al contrario de su predecesor Jeremy Corbyn, izquierdista e internacionalista que perdió las generales hace cinco años, Starmer ha hecho virar a su formación hacia corrientes más centristas. Ha colocado en el centro de su campaña el crecimiento económico, la mejora de las infraestructuras y el transporte público, más inversión en sanidad y educación pública y más impuestos a las grandes multinacionales.

Ambos dirigentes han tenido que lidiar con las facciones más radicales de sus partidos. Los conservadores se han visto eclipsados en gran medida por la reaparición estelar del populista Nigel Farage, conocido por ser uno de los responsables de la victoria del brexit. Con un discurso antiinimigración y euroescéptico, este agitador político y su partido Reform UK, se disputan el tercer puesto con el centrista Partido Liberal Demócrata de Ed Davey, según las distintas encuestas sobre intención de voto. Por su parte, Starmer ha tenido que enfrentarse al antiguo líder laborista Jeremy Corbyn, que se ha presentado como independiente después de haber sido expulsado del partido.