El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, durante su reunión en Varsovia el 12 de diciembre

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, durante su reunión en Varsovia el 12 de diciembre Reuters

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Los líderes de la UE debaten el envío de fuerzas de paz a Ucrania a las puertas del regreso de Trump a la Casa Blanca

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"Una vez que Donald Trump asuma el cargo, el mundo experimentará un gran cambio", alerta el primer ministro de Hungría, el líder de derecha radical Viktor Orbán, a punto de finalizar su presidencia de turno de la Unión Europea, durante la cual ha ejercido a la vez de caballo de Troya de Vladímir Putin y de emisario del candidato republicano.

El resto de líderes europeos se toman muy en serio este aviso y aceleran los preparativos para la segunda presidencia de Trump. Las relaciones futuras con Estados Unidos serán principal asunto en la agenda de la cumbre de invierno de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete que se celebra este 19 de diciembre en Bruselas. Será la primera con el socialista portugués António Costa como presidente del Consejo Europeo.

Por encima de la amenaza económica, lo que más preocupa a los europeos es lo que vaya a hacer Trump en la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, una cuestión que consideran "existencial" para el futuro del continente. 

El diagnóstico compartido en Bruselas es que la situación actual en el campo de batalla es "muy difícil" para el Gobierno de Volodímir Zelenski, que el Kremlin está ganando y que el regreso del magnate inmobiliario precipitará las negociaciones para un alto el fuego entre Kiev y Moscú tras más de 1.000 días de guerra. "Nuestro lema es: nada sobre Ucrania sin Ucrania y nada sobre la seguridad europea sin los europeos", explica un alto diplomático europeo.

Los jefes de Estado y de Gobierno discutirán este jueves qué hacer si Trump consuma sus amenzas y corta la ayuda militar a Ucrania cuando tome posesión el próximo 20 de enero. ¿Podrían los europeos sostener a Kiev en solitario desde el punto de vista militar y financiero? El ex jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ya admitió que "Europa no puede reemplazar a Estados Unidos", por lo que Bruselas depende enteramente de los designios del nuevo (y viejo conocido) inquilino de la Casa Blanca.

Los líderes europeos se han tomado al pie de la letra el plan de paz del enviado de Trump para la guerra Rusia-Ucrania, el general retirado Keith Kellogg. "Creo realmente que esto se resolverá en los próximos meses", ha dicho Kellogg en una reciente entrevista en Fox Business. Su plan consiste en forzar un alto el fuego que congele la guerra en la línea de frente, de forma que Moscú conservaría los territorios ocupados.

Además, Estados Unidos quiere descartar de forma definitiva el ingreso de Ucrania en la OTAN, cediendo así a las exigencias de Putin, y tampoco quiere enviar más tropas a la región. Eso significa que las garantías de seguridad que reclama Zelenski para que el Kremlin no vuelva a intentar una invasión correrían a una fuerza de paz europea. El propio Trump ha trasladado ya a Zelenski y a Emmanuel Macron que quiere tropas europeas supervisando el alto el fuego en Ucrania, según informa el WSJ.

El envío de soldados europeos a Ucrania era un tabú absoluto que rompió precisamente el presidente francés el pasado mes de febrero como forma de presión hacia Moscú y de mantener una "ambigüedad estratégica". Pero Emmanuel Macron fue desautorizado entonces por el resto de líderes europeos, empezando por el canciller alemán, Olaf Scholz. La diferencia ahora es que incluso Berlín ve necesario discutir el envío de tropas comunitarias a Ucrania debido a la presión de Trump.

"Hay señales por parte de Trump de que quiere que los europeos estén implicados. Aunque no sabemos cuándo se producirá el alto el fuego, el debate es inevitable y debe empezar. Debemos discutirlo con la administración Trump y debemos estar preparados", explican fuentes europeas.

El envío de tropas europeas de paz a Ucrania fue discutido por Macron y el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, en la reunión que ambos mantuvieron en Varsovia el pasado 12 de diciembre. En aquel momento, Tusk quiso rebajar urgencia al asunto y enfriar esta posibilidad, aunque en realidad los polacos están en la vanguardia de este debate. 

"Quiero aprovechar esta oportunidad y poner fin a las especulaciones sobre la posible presencia de tropas de tal o cuál país en Ucrania tras alcanzar una tregua, alto el fuego o paz. El presidente (Macron) es consciente de que las decisiones sobre la actuación de Polonia se tomarán en Varsovia y sólo en Varsovia. Por ahora, no estamos planeando tales acciones", aseguró Tusk.

A su llegada al Consejo de Exteriores de este lunes en Bruselas, el ministro José Manuel Albares ha dicho que el debate sobre el envío de fuerzas europeas de paz a Ucrania "todavía está en el terreno de la especulación". "No es algo que España se esté planteando", ha asegurado.

En la cumbre del próximo jueves en Bruselas, los líderes europeos discutirán además otras dimensiones de la relación entre la UE y Estados Unidos. Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 están dispuestos a aumentar sus esfuerzos en materia de defensa, tal y como reclama el nuevo-viejo presidente, aunque no tienen claro qué promesa exacta deben hacer para aplacar la furia de Trump.

En materia comercial, y frente a la amenaza de Washington de recargos arancelaros de hasta el 20% a todos los productos comunitarios, el Consejo Europeo reiterará su oferta al nuevo presidente de una "agenda comercial positiva", cuyo eje central sería comprar más gas natural licuado a Estados Unidos. Pero si Trump opta por la confrontación, Bruselas ya tiene preparado un arsenal de represalias contra mercancías icónicas norteamericanas, allí donde más puedan doler al Partido Republicano.

Finalmente, los líderes europeos discutirán hasta qué punto China puede ser una "moneda de cambio" en las negociaciones con Trump. Es decir, si están dispuestos a alinearse completamente con la política de Estados Unidos hacia Pekín a cambio de librarse del castigo arancelario.