Los últimos actos de la 'flota en la sombra' rusa: el derrame de Kerch, la explosión del Ursa Major y sabotajes en el Báltico
- Estos 600 viejos petroleros, que ayudan a Moscú a saltarse las sanciones por la invasión de Ucrania, son una amenaza medioambiental y a la seguridad.
- Más información: La acusación rusa de que el Ursa Major sufrió un atentado frente a Cartagena alienta la tesis de su misión secreta a Siria
La denominada 'flota en la sombra' de Rusia, compuesta por aproximadamente unos 600 petroleros de terceros países y otros de propiedad desconocida empleados principalmente para transportar crudo y evadir las sanciones de Occidente por la guerra de Ucrania, está en el punto de mira de Occidente. El derrame de petróleo a mediados de este mes en el estrecho de Kerch y, esta misma semana, la explosión del Ursa Major o el sabotaje en el Báltico de un cable submarino y varias líneas en Internet en el Báltico son sólo una muestra de los incidentes en el último mes protagonizados por estas embarcaciones 'fantasmas'.
La UE, Reino Unido, los países nórdicos e incluso Ucrania llevan tiempo alertando sobre esta 'flota en la sombra' que pone en peligro las costas de toda Europa y del mundo. La mayoría de estos cargueros tienen décadas de antigüedad, su mantenimiento es escaso por no decir inexistente y tampoco cumplen con los estándares internacionales de seguridad marítima.
Por si fuera poco, además de la huella medioambiental que dejan a su paso, a menudo no están regularizados y en caso de desastre no hay ni seguro ni gobierno al que exigirle responsabilidades. Todo ello los convierte en verdaderas 'bombas de relojería ambulantes'.
El pasado 11 de diciembre la UE aprobó el decimoquinto paquete de sanciones centrado principalmente en esta 'flota en la sombra'. Este acuerdo de los socios europeos, sin embargo, no supone más que el reconocimiento implícito de que las sanciones al petróleo y gas rusos adoptadas desde finales de 2022 no han logrado cortar la financiación a la maquinaria bélica con la que que Vladimir Putin hace frente a su guerra en Ucrania.
Según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), alrededor del 80% del crudo transportado por vía marítima por Rusia se movilizó a través de barcos fuera de control. Este think thank calcula que esta 'flota en la sombra' ha transportado crudo por valor de 80.000 millones de euros desde finales de 2022 y hasta septiembre de 2024.
En realidad, la existencia de esta flota de barcos 'pirata' no es nueva. Ya existía antes de las sanciones por la invasión de Ucrania, el problema es que debido a la guerra el número total de cargueros "fantasma" se ha triplicado desde 2022, aumentando por tanto los riesgos medioambientales.
Según una investigación conjunta de la web Politico y el grupo de periodismo sin ánimo de lucro SourceMaterial, esta 'flota en la sombra' sería la causante de al menos nueve casos de vertidos en mares de todo el mundo desde 2021. También, reveló que cada vez son más los petroleros que transportan mercancías ilícitas por todo el planeta con los riesgos medioambientales que ello conlleva.
El desastre medioambiental más reciente se produjo el pasado 15 de diciembre, cuando dos petroleros, el Bolgoneft 212 y el Bolgoneft 239, ambos construidos hace más de 50 años, provocaron un vertido de crudo en el estrecho de Kerch, que separa los mares Negro y Azov, tras sufrir un accidente a causa de una fuerte tormenta. Ambas embarcaciones. llevaban conjuntamente unas 8.000 toneladas de combustible.
Explosión del Ursa Major y sabotajes en el Báltico
Más allá de los desastres medioambientales, una serie de incidentes ocurridos esta semana ha despertado la atención de Occidente por la amenaza que suponen también la actividad de este tipo de embarcaciones en materia de seguridad.
En la madrugada del martes, el buque carguero ruso Ursa Major se hundió frente a las costas de Cartagena tras registrarse tres explosiones en su sala de maquinas. El naufragio se saldó con dos desaparecidos y 14 rescatados. Pese a que en un primer momento todo apuntaba a un accidente, las autoridades rusas apuntaron a la posibilidad de un "atentado terrorista".
Aunque según Moscú, el destino de este barco era el puerto de la ciudad rusa de Vladivostok, adonde transportaba dos enormes grúas portuarias, así como varias piezas para un nuevo rompehielos nuclear llamado Líder, otras informaciones sugieren que en realidad se dirigía a Siria.
Así lo consideran fuentes de inteligencia ucranianas y españolas, citadas el martes por el periódico The Sun, que señalan que el Ursa Major formaba parte en realidad de una misión secreta del presidente de Rusia, Vladimir Putin, que se dirigía a Siria para retirar equipo militar tras el derrocamiento de Bachar Al Asad el pasado 8 de diciembre.
Un día después, el miércoles, Finlandia denunciaba el presunto sabotaje a un cable eléctrico submarino y cuatro líneas de Internet. Las autoridades finlandesas capturaron este jueves un petrolero ruso bajo la sospecha de que fue el que provocó el corte en el Estlink 2, que une este país con Estonia, y en cuatro líneas de fibra óptica.
Los investigadores finlandeses creen que el barco incautado, un buque registrado en las Islas Cook llamado Eagle S, puede haber causado el corte en el cable Estlink 2 y las cuatro líneas de Internet al arrastrar su ancla por el lecho marino. El servicio de aduanas de Finlandia está convencido de que esta embarcación forma parte de la llamada "flota en la sombra" de Rusia.