
Simpatizantes de Calin Georgescu protestan ante el Tribunal Constitucional de Rumanía, tras el rechazo de su candidatura para la repetición de las elecciones presidenciales de mayo, en Bucarest, Rumanía, 11 de marzo de 2025.
La ultraderecha tiene cuatro días para encontrar al sustituto del prorruso Georgescu en las elecciones de Rumanía
La Corte Constitucional ratifica la inhabilitación de la candidatura del líder de extrema derecha. El ultranacionalista George Simion, admirador confeso de Trump, se perfila como su sustituto para las presidenciales de mayo.
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El prorruso Călin Georgescu no podrá sortear el obstáculo de la justicia. La Corte Constitucional de Rumanía ratificó este martes la decisión emitida en la noche del domingo por el Consejo Electoral Central de inhabilitar la candidatura del líder ultranacionalista para las elecciones presidenciales del próximo mayo. Los magistrados rechazaron por unanimidad los doce recursos presentados contra la resolución del máximo órgano electoral, entre los que figuraba uno del propio Georgescu, acusado de intentar derrocar el orden constitucional. La sentencia es definitiva, inamovible.
Cientos de simpatizantes del líder de extrema derecha rodearon la sede del Parlamento antes incluso del pronunciamiento del tribunal, a la espera de la decisión final. Una marea de banderas rumanas, iconos cristianos ortodoxos y crucifijos de madera comenzó a inundar las inmediaciones del edificio tras conocerse el fallo. Las autoridades organizaron un fuerte despliegue policial después de los disturbios registrados el pasado domingo, en los que trece gendarmes resultaron heridos, según el periódico rumano Jurnalul. De acuerdo con el diario Digi24, los agentes optaron por desplegarse en el perímetro de la sala de reuniones de la Corte Constitucional por temor a las represalias de los seguidores de Georgescu.
El pasado 26 de febrero, las autoridades rumanas detuvieron a Georgescu cuando éste se dirigía a registrar su candidatura para los comicios de mayo. En paralelo, la policía encontró armas, lanzagranadas y lingotes de oro en una redada contra las propiedades vinculadas a una red criminal que, presuntamente, encabeza Horațiu Potra, un exlegionario francés que lideraba una milicia rumana en la República Democrática del Congo antes de empezar a colaborar con el líder de extrema derecha. Fugado del país, Potra enfrenta un proceso judicial en Rumanía.
El desconocido Georgescu dio la campanada en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de noviembre del pasado año a bordo de un discurso populista con tintes eurófobos. Ganó la primera ronda con el 22,9% de los votos cuando las encuestas más favorables lo situaban en cuarta o quinta posición, y pasó a la segunda vuelta junto a la liberal Elena Lasconi, aspirante de la Unión Salvemos Rumanía (USR). La Corte Constitucional, sin embargo, decidió anular el proceso electoral después de que la inteligencia rumana detectara una campaña en redes sociales orquestada por el Kremlin para impulsar su candidatura.
Según la investigación, los servicios de seguridad rusos crearon 800 cuentas de TikTok para propagar a escala industrial el mensaje del líder ultranacionalista. Un método que Moscú consiguió implementar —aunque con resultados dispares— en las elecciones del pasado año en Moldavia y Georgia. La Rusia de Vladímir Putin dice no tener vínculos con Georgescu, pero el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, deslizó este martes en rueda de prensa que cualquier elección en la que Georgescu no participe “no será legítima”.
“La afirmación de Dmitri Peskov es inaceptable, pero está en línea con el esfuerzo sistemático de la Federación Rusa por manipular e interferir en los procesos democráticos en Rumanía”, respondió el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rumanía a través de un duro comunicado. “El Kremlin se da cuenta de que está fracasando, de ahí su frustración. Rusia no ha tenido elecciones libres desde hace casi 20 años. Un Estado agresor no puede dar lecciones de democracia. Por el contrario, la oposición en Rusia no tiene acceso a las instituciones legales ni a los procesos judiciales. Los opositores son ejecutados a pocos metros del Kremlin”, zanja la nota.
La ultraderecha rumana no tardó en cerrar filas con Georgescu tras el fallo del Constitucional. “Estamos unidos. Somos muchos. Ganaremos”, escribieron George Simion, presidente de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), y Anamaria Gavrilă, presidenta del Partido de los Jóvenes (POT), líderes de los dos grandes partidos ultranacionalistas, que publicaron un vídeo en redes sociales en compañía de Georgescu para escenificar unidad.
“Nunca es bueno que un tribunal, incluso el más alto del país, intervenga y tome partido en unas elecciones presidenciales. Por otro lado, el Estado de derecho debe ser el centro de la democracia”, traslada a este periódico Răzvan Mazilu, un residente de Bucarest de 38 años que asegura haber pasado “demasiado tiempo últimamente” siguiendo la actualidad política de su país. “Personalmente no creo que Georgescu sea apto para presentarse a las elecciones. Es una persona que amenaza con abolir los partidos políticos si llega al poder, un hombre con un discurso antisemita y que aprueba las más extrañas teorías de la conspiración. En ese sentido, creo que el Tribunal Constitucional hizo lo que tenía que hacer”, sostiene.
Un sustituto para Georgescu
La extrema derecha rumana tiene cuatro días para elegir un candidato conjunto como alternativa a Georgescu. Una sola figura para evitar que el espacio se fracture. El tiempo es limitado. El plazo de presentación de candidaturas finaliza este sábado 15 de marzo.
¿Quién ocupará ese espacio? Esa es la pregunta que sobrevuela a esta hora Rumanía. “El diputado George Becali, uno de los miembros más conocidos del partido de extrema derecha AUR, estuvo en televisión ayer y dijo que sospecha que George Simion anunciará pronto su candidatura. No me extrañaría nada. Simion se ha estado forjando durante años y ha visto cómo Georgescu le arrebataba la oportunidad. No tuvo más remedio que ponerse detrás de Georgescu. Pero con él fuera del camino, tiene otra oportunidad a la presidencia”, explica Mazilu en conversación con EL ESPAÑOL.
El mencionado Simion, quien ya se presentó sin demasiado éxito el pasado noviembre, avanzó este lunes que estaba a la espera de que Georgescu le confiara a quién quiere como candidato de repuesto y qué camino ha de seguir el espacio hasta los comicios de mayo. En este sentido, su compañero de filas, el diputado Claudiu Târziu, declaró ayer que la formación colocará “en primera línea” a quien sea necesario para ganar. El mejor colocado es el propio Simion, admirador confeso de Donald Trump a menudo comparado con el primer ministro húngaro Viktor Orbán.
Georgescu evitó designar a su sustituto a las primeras de cambio. “Si queréis apoyar a alguien firmando nuevas listas para la campaña presidencial, haced lo que os dicte vuestra conciencia”, se limitó a decir el líder de extrema derecha a través de un vídeo en Facebook. “Parece que la democracia y la libertad están dando sus últimos coletazos estos días”, añadió tras conocer el fallo del Constitucional. “Pero tenemos que demostrar ahora, más que en ningún otro momento, que nuestra elección importa de forma pacífica y democrática”.
¿Movilizará la decisión de la justicia a los votantes de extrema derecha? “En teoría sí, pero está por ver. La extrema derecha rumana no es un frente verdaderamente unido. Hay varios partidos que compiten entre sí (AUR, SOS, POT) y se han peleado en el pasado”, indica Mazilu. “No estoy convencido de que vayan a formar un frente unido detrás de alguien que no sea Georgescu. Incluso en el caso de Georgescu, su apoyo fue más oportunista que otra cosa. Esto puede erosionar el voto de la derecha antes de las elecciones. Al menos eso espero”.
Georgescu no sólo recibió el respaldo del Kremlin, también se granjeó las simpatías de la Administración de Donald Trump. En concreto, de su vicepresidente, JD Vance, y del magnate Elon Musk. En la Conferencia de Seguridad de Múnich de mediados de febrero, Vance se mostró especialmente crítico con la decisión de anular las elecciones en Rumanía. “Si vuestra democracia puede ser destruida con unos cientos de miles de dólares de publicidad digital de un país extranjero, entonces no era muy fuerte para empezar”, expresó. Musk, por su parte, tachó el domingo de “loca” la decisión del Consejo Electoral Central de inhabilitar a Georgescu.
Quien sí podrá presentarse a las elecciones presidenciales de mayo como independiente es el popular alcalde de Bucarest, Nicușor Dan, acusado de haber colaborado con la Securitate —la policía secreta del régimen de Nicolae Ceaușescu— cuando tenía 17 años.
De la misma forma que Lasconi, Dan, que anunció su intención de concurrir a las presidenciales tras la suspensión de la segunda vuelta prevista para diciembre, impugnó la decisión de apartar a Georgescu. “Un Estado débil no pudo impedir la anulación de las elecciones y no puede explicarlo con pruebas contundentes para todos los rumanos después de tres meses. El Estado rumano es débil y vulnerable. Necesita cambiar. Los rumanos están divididos y enfadados. Y eso tiene que cambiar. Es misión del próximo presidente reiniciar la lucha anticorrupción y reconstruir puentes en la sociedad”, escribió en la red social X.