Las fuerzas leales a Bashar al Asad y el grupo terrorista Estado Islámico emplearon armas químicas en Siria, según una investigación de Naciones Unidas.
El informe -que todavía no ha sido hecho público- acusa al régimen sirio de haber utilizado gas de cloro en al menos dos ocasiones, en 2014 y en 2015, a pesar de que en 2013 accedió a destruir su arsenal químico. Dicho gas ataca a los pulmones y provoca muerte por asfixia.
La pesquisa también concluye que el Estado Islámico utilizó gas mostaza durante un ataque en 2015. Un reportaje publicado conjuntamente la semana pasada por la revista Foreign Policy y el medio egipcio Akhbar aseguraba que milicias que hoy forman parte del Dáesh se hicieron con armamento químico al capturar una base militar del régimen sirio en 2012.
El documento se hará público después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas lo debata la semana que viene. Pero los datos adelantados hasta ahora han provocado revuelo entre la comunidad internacional.
Estados Unidos, miembro permanente del Consejo de Seguridad, ha asegurado que trabajará “para propiciar la rendición de cuentas” del Gobierno sirio.
Francia, otro miembro permanente del órgano, ha reclamado que el Consejo debe actuar con firmeza. “El uso de armas químicas (…) es una abominación que subraya el papel mortal desempeñado por el régimen de Damasco”, ha afirmado su ministro de Exteriores, Jean-Marc Ayrault.
También el Gobierno alemán, que no integra el Consejo de Seguridad, ha exigido "consecuencias" a la ONU. “Quiero que a la vista de los hechos irrebatibles presentados, el Consejo de Seguridad tenga ahora la unidad y determinación necesaria para poner fin a estos terribles excesos”, ha dicho el titular de Exteriores germano, Frank-Walter Steinmeier.