Joe Biden impulsa un plan de paz para Gaza con apoyo de Israel y buena acogida de Hamás
La propuesta consta de tres fases consecutivas que incluyen un alto el fuego duradero, la liberación de todos los rehenes y la reconstrucción de la Franja.
1 junio, 2024 02:13"Es hora de que esta guerra termine, de que comience el día después". Para el presidente de Estados Unidos, Joe Bien, "Hamás ya no es capaz de llevar a cabo otro 7 de octubre", algo que considera que era uno de "los principales objetivos de Israel en esta guerra". Por este motivo insta a "alzar la voz y exigir que Hamás se siente a la mesa, acepte este acuerdo y ponga fin a esta guerra que ellos comenzaron". La respuesta del grupo terrorista palestino no se ha hecho esperar. A través de un comunicado, Hamás ha señalado que ve "positiva" esta propuesta.
Habiendo conseguido dicho propósito, el líder estadounidense asume que "habrá quienes pedirán que la guerra continúe indefinidamente", sin embargo, cree "necesario aceptar la nueva propuesta integral para un alto el fuego duradero" aceptada por Israel ya que trae a todos los rehenes a casa, garantiza la seguridad de Israel, crea una vida mejor en Gaza sin Hamás en el poder y prepara el escenario para un acuerdo político que proporcione un futuro mejor para israelíes y palestinos por igual".
Una propuesta que ha sido posible gracias a "una intensa actividad diplomática" llevada a cabo por "su equipo" en mediación con "líderes de Israel, Catar, Egipto y otros países de Oriente Medio". Biden presumió de su plan de 3 fases y de su logro en la diplomacia internacional varias horas después de que Donald Trump pintara los EEUU en llamas por culpa del actual gobierno e hiciera alarde de la multitud de nuevos fieles tras la "caza de brujas" contra él.
El primer ministro de Israel anunció hace una semana que volvería a sentarse en la mesa para negociar. Una decisión tomada al verse presionado por los familiares de los propios rehenes; por Egipto, que amenazó con retirarse como mediador tras ser señalado por su "mala gestión" en la anterior ronda de negociaciones -que llevó al fracaso el pasado 10 de mayo, según detalló el diario The Times of Israel-; y por la presión internacional, por un lado las acusaciones por genocidio ante el Tribunal Internacional de Justicia y el reconocimiento de Palestina por España, Irlanda y Noruega.
"La gente de todo el mundo ha pedido un alto el fuego", dijo Biden.
3 fases, 1 objetivo
El plan planteado por Joe Biden consta de tres fases consecutivas. "Esta es la oferta que está ahora sobre la mesa. Es lo que hemos estado pidiendo y lo que se necesita", defendió el presidente.
La primera etapa durará seis semanas con un alto el fuego completo y la retirada de las fuerzas israelíes de las zonas pobladas de Gaza, una oferta razonable que sería extraño que Hamás rechazase al estar acorralados en Rafah. En ese tiempo los palestinos regresarían a sus hogares. "En la fase uno Israel y Hamás negociarían los arreglos necesarios para llegar a la fase dos, que es el fin permanente de las hostilidades", expuso.
Una vez logrado el primer periodo, se daría paso al intercambio de rehenes y presos palestinos. "Además, algunos restos de rehenes que han sido asesinados serán devueltos a sus familias, poniendo cierto grado de cierre al terrible dolor", ha señalado. En esta etapa las FDI se retirarán.
La tercera y última fase constará de un gran plan de reconstrucción de Gaza. "Finalmente, comenzaría un importante plan de reconstrucción para Gaza y los restos de los rehenes que han sido asesinados serán devueltos a sus familias", ha asegurado Biden.
El presidente estadounidense aseguró que gracias al plan "los civiles palestinos regresarán a sus hogares y barrios en todas las zonas de Gaza, incluido el norte; y la asistencia humanitaria aumentaría con 600 camiones que llevarían ayuda a Gaza todos los días".
Aceptación de Hamás
Poco después de que Biden hiciera pública esta propuesta, Hamás, a través de un comunicado, ha señalado estar dispuesto a tratar de forma constructiva cualquier plan que incluya estos puntos.
El grupo terrorista palestino lleva días insistiendo en que está preparado para alcanzar un acuerdo de liberación de los rehenes a cambio de prisioneros palestinos en cárceles israelíes, siempre y cuando Israel ponga fin a la guerra en Gaza, donde ya han muerto más de 36.200 personas.
En su mensaje este viernes, Hamás dejó claro que sus requisitos para una tregua no han cambiado, y que incluyen la retirada total de las fuerzas israelíes del enclave, el retorno de los palestinos desplazados a sus hogares y la reconstrucción de Gaza.
Presiones con efecto
El Tribunal Internacional de Justicia ordenó a Israel que detuviera inmediatamente su ofensiva sobre Rafah, donde la situación humanitaria es ahora mismo "desastrosa" e instó al Gobierno de Benjamin Netanyahu a que permita la entrada sin restricciones en la Franja a cualquier comisión que Naciones Unidas decida establecer para investigar un posible genocidio -acusado por Sudáfrica- en el enclave palestino.
Israel siempre ha negado dicha acusación, alegando que actúa en defensa propia y que todos sus ataques están dirigidos contra los militantes de Hamás. Además, tras la prohibición del Tribunal de La Haya de continuar con su ofensiva en Rafah un portavoz del Gobierno israelí declaró que "ningún poder sobre la Tierra impedirá a Israel proteger a sus ciudadanos y perseguir a Hamás en Gaza".
A la acusación por genocidio se suman las reacciones de varios países europeos, con el reconocimiento del estado de palestina. Pedro Sánchez, a pesar del poco consenso internacional, el desacuerdo de EEUU y la crítica abierta y beligerante de Israel, hizo historia el pasado 28 de mayo. Seguido de Irlanda y Noruega.
A pesar de las contundentes amenazas y ataques por miembros del gobierno sionista, estos tres países siguieron adelante con su iniciativa como "única vía para alcanzar la paz en la región".