Así será Iris2, la ambiciosa constelación de satélites europea para tener internet en todo el mundo
Los países de la UE están impulsando una constelación satelital pensada para aplicaciones civiles, militares y gubernamentales a partir del año 2027.
9 mayo, 2023 01:52El servicio de internet global que proporciona Starlink a través de sus satélites ha llamado la atención de instituciones públicas como el Parlamento Europeo. Este organismo, en el que participa España como miembro de la UE, se encuentra trabajando en una alternativa a la compañía a la compañía propiedad de Elon Musk que ya se ha convertido en una infraestructura estratégica gracias a su gran disponibilidad de cobertura y rendimiento.
El proyecto europeo comenzó a tomar forma el pasado noviembre bajo el nombre Iris2; (Infraestructura para la Resiliencia, Interconectividad y Seguridad por Satélite) y más recientemente se ha conocido un consorcio de compañías europeas que van a presentar la licitación. En el apartado espacial se encuentran Airbus Defence and Space, Eutelsat, la española Hispasat, SES y Thales Alenia Space. Además de otras compañías de telecomunicaciones como la también española Hisdesat.
Esta alternativa a la constelación de los estadounidenses parte de un concepto muy diferente al apostar por un gran conglomerado de compañías y no por una sola e independiente. Además del objetivo de proporcionar conexión a entidades gubernamentales estratégicas, también tiene previsto ofrecer conectividad a los usuarios a través de las operadoras tradicionales.
Gracias al abaratamiento del sector espacial, especialmente debido a los cohetes reutilizables, este tipo de constelaciones dispuestas en las órbitas bajas de la Tierra pueden ser la alternativa perfecta para obtener una cobertura global fiable y de alta velocidad. Con independencia de las redes inalámbricas terrestres y de la fibra óptica que actualmente sustentan el grueso de las telecomunicaciones.
El Starlink europeo
La presentación inicial del proyecto se llevó a cabo en febrero de 2022 donde se pormenorizaron algunos requisitos de la constelación espacial europea con dos objetivos claros. El primero es garantizar la disponibilidad a largo plazo de un acceso ininterrumpido a servicios de comunicación por satélite seguros y rentables en todo el mundo.
"Contribuirá a la protección de las infraestructuras críticas, la vigilancia, las acciones exteriores, la gestión de crisis y las aplicaciones esenciales para la economía, la seguridad y la defensa de los Estados miembros", explicaron en al Comisión Europea. Algo así como un sistema satelital de respaldo en situaciones críticas donde el resto de infraestructuras de telecomunicaciones hayan podido sufrir algún percance.
En cuanto a las infraestructuras, será clave para sectores como el energético, financiero o sanitario. Donde se incluye gestión aérea, ferroviaria o del tráfico. Los satélites de la constelación también servirán para aumentar la señal de los Galileo (el equivalente europeo al GPS) y como repetidor de señal de la constelación Copernicus de observación terrestre.
Dentro de esta categoría también está la coordinación de los servicios de emergencia como protección civil, búsqueda y salvamento marítimo o ayuda humanitaria. Así como la comunicación de todos los temas de política exterior, seguridad común y política de defensa dentro de los Estados miembros.
La segunda pata del proyecto es la que permitirá al sector privado prestar serviciones comerciales que "otorguen acceso a conexiones avanzadas, fiables y rápidas a los ciudadanos y empresas de toda Europa", indicaron. "Incluso en zonas muertas [sin cobertura], garantizando así la cohesión en todos los Estados miembros". Y también más allá, el Starlink europeo también proporcionará este servicio a "zonas geográficas de interés estratégico como África y el Ártico".
Aquí se incluyen servicios básicos como la banda ancha móvil y fija, seguimiento por satélite de los servicios o el acceso por satélite tener cobertura de internet en aviones, buques, drones o en coches conectados. También como refuerzo de las redes terrestres —resiliencia— como alternativa en caso de que la red quede inutilizada.
Las especificaciones técnicas de la constelación todavía no se han publicado, por lo que datos clave como el número de satélites, su órbita o los cohetes lanzadores que se van a utilizar se desconocen. Lo que si está claro es que, al menos en parte, se emplazarán en las órbitas bajas de la Tierra —los Starlink se encuentran a unos 550 km de altitud— para reducir al máximo el retardo de las telecomunicaciones.
Iris2; se encuentra actualmente en un periodo de desarrollo que llegará, si todo sale según lo previsto, hasta finales del próximo 2024. El servicio inicial de conectividad satelital tiene previsto comenzar en 2025 y la cobertura completa se podría conseguir a partir de mediados del 2027. El presupuesto público —aportado por al UE y por los estados— alcanza los 2.400 millones de euros y el total es de 6.000, una vez se aporte la financiación privada.
Uso de aplicaciones militares
Una de las particularidades de este proyecto es que deja la puerta abierta a la "capacidad para alojar cargas útiles adicionales que no sean de comunicación". Por el momento no se conoce qué otros sistemas o sensores podrían llevar a bordo los satélites de la constelación europea, pero sí han mencionado algunas aplicaciones relacionadas.
Por ejemplo, la vigilancia de zonas de fronteras y remotas que de otra forma se encuentran demasiado alejadas de las vías principales como para tener un control exhaustivo. Mismo caso es el de la vigilancia marítima, principalmente para la monitorización de zonas de pesca, piratería e inmigración irregular.
Entre los usos están presentes los sistemas de aeronaves pilotadas a distancia —drones— que pueden servirse de la constelación para todo tipo de usos. Desde obtener información sobre objetivos en tiempo real o como nodo de comunicaciones con la base de control en tierra firme.
También estratégica es la cobertura de la región ártica, donde Europa cuenta con una amplia presencia a través de bases científicas. Y, por último, el complemento a misiones militares que los diferentes países europeos tienen en diversas partes del mundo.