Conmemoración del 67º aniversario de la masacre de Hiroshima
Hoy os contaré la historia de Hiroshima, una de las ciudades japonesas que acabó arrasada por una bomba atómica dejando tras de sí una cifra oficial de 140.000 muertos, aunque podrían ser más, ya que durante el principio de 1946 el gobierno nipón prohibió hablar de esta masacre y muchas fotos y datos sobre lo ocurrido fueron borrados. Este año en concreto se recuerda con mayor temor, porque actualmente hay varias voces en contra de la energía nuclear en Japón, un país con 50 reactores nucleares en total pero que sufrió también la tragedia de Fukushima hace escasamente un año.
Hiroshima fue la primera ciudad donde calló una bomba atómica, a las 8:15 del día 6 de agosto de 1945. Tres días más tarde le tocaría a Nagasaki. El Enola Gay lanzó una bomba de 3 metros de largo y 4 toneladas de peso sobre la Hiroshima con una fuerza de 12.500 toneladas de trinitrotolueno. Un par de minutos más tarde una gran bola de fuego cubría el centro de la ciudad con una temperatura de 300.000 ºC. La bomba cayó justo encima del hospital Shima, cuyos ocupantes se evaporaron literalmente por la explosión y la onda expansiva, de 6.000 ºC, carbonizó todo lo que encontró a 120 km a la redonda, haciendo desaparecer casi todas las casas y edificios de la ciudad.
En el mismo centro de la ciudad se levantó un hongo atómico de hasta 13 kilometros de altura, el cual liberó toda la lluvia radiactiva posterior.
Veinte minutos después comenzó la lluvia atómica de radiación que contamino a todas las personas, llevándolas a la muerte, si es que habían logrado escapar del calor claro. A las dos horas, el 80% de la ciudad estaba arrasada y habían muerto entre 90.000 y 200.000 personas. Quedaron unas 70.000 gravemente afectadas.
Los habitantes de esta población murieron por diversas causas: incineración súbita, carbonización, quemaduras… Pero ahí no quedo la cosa, pues en los días siguientes la gente moría de forma extraña. Los médicos intentaban curar las quemaduras pero los pacientes “se licuaban” por dentro, y morían. La radiación los mataba desde dentro.
Los hibakusha:
Traducido significa “persona bombardeada” y fue el término elegido en el país nipón para llamar a los supervivientes de esta catástrofe, que fueron unos 360.000. La mayoría de ellos sufrieron deformaciones físicas o diferentes tipos de cáncer o alteraciones genéticas.
Lo peor del asunto es que su sufrimiento venía por partida doble. Por un parte, lógicamente, por el hecho del horror que sufrieron y las secuelas que les quedaron. Por otra, fueron discriminados, pues en esos tiempos se creía que la radiación era contagiosa. Muchos de ellos ocultaron su condición para poder conseguir trabajo, pero si se les descubría eran despedidos inmediatamente.
Recordar y conmemorar el aniversario de esta tragedia no tiene nada que ver con lo morboso del asunto, ni mucho menos. Lo que debemos es mantener el recuerdo vivo en nuestra memoria, para evitar que atrocidades como esta vuelvan a ocurrir jamás, de la misma manera que sería intolerable otras burradas como los campos de concentración nazis o cualquier otro crimen de guerra. Si queréis saber más sobre esta tragedia, podéis acudir a las referencias de este artículo, son muy recomendables.
Además, podéis ver el video-documental sobre la tragedia emitido en TVE1 en el siguiente link:
Vía: Fogonazos / Rebelión / Wikipedia / Cadena SER.
Imagen: Euronews.