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Las 7 razones por las que mienten los adictos

11 abril, 2014 20:23

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Es una realidad: Los adictos suelen mentir. Pero no solo a los demás, ya sean solo conocidos o incluso amigos, sino que se engañan a si mismos con tal de continuar su modus vivendi llegando afirmando cosas que se nota a kilómetros que no podría ser cierto. Pero hay varias razones  lógicas para que suceda esto.

1. Mienten para proteger su adicción

Como es normal, un adicto hará y dirá cualquier cosa para mantener su adicción si no han reconocido previamente (y de verdad) que lo que están viviendo es un problema que les hará daño a ellos y a su entorno. Su lógica es simple: Necesito drogas, y necesito mentir para mantener a los demás fuera de mi camino y poder continuar usando las drogas.

Por tanto, de esta manera la mentira funciona como un instinto de auto-preservación. Nada ni nadie afectará a su adicción a las drogas, y la mentira consigue que esto siga así.

2. Mienten para evitar enfrentarse a la realidad

Puede que conozcáis casos así. La adicción acaba consumiendo la vida y el mundo del adicto, haciéndole irreconocible para él mismo o para su entorno. Como la realidad y la verdad les supera y adaptarse a ella es doloroso, e incluso parece imposible, el adicto construye una nueva realidad donde las drogas no son un problema sino una solución, donde todo en su vida va bien.

Muchas veces afirman haber dejado de consumir hace muchísimo tiempo o haber conseguido un trabajo, cuando la realidad es que apenas hace unas horas del último consumo y su vida va de mal en peor económicamente hablando (¿Os suena Jesse en Breaking Bad? Es un gran ejemplo de este punto).

3. Mienten para evitar la confrontación

Por otra parte, los familiares y seres queridos de los individuos adictos no suelen quedarse de brazos cruzados, sino más bien todo lo contrario. Les hacen preguntas, se enfadan con ellos y acaban surgiendo cuestiones del estilo “Si me quieres, ¿por qué haces cosas que me hacen daño?”. Delante de estas confrontaciones, el estrés acaba siendo abrumador para el adicto.

Sin tener unas habilidades de confrontación adecuadas, los adictos acaban haciendo o diciendo lo que sea necesario para evitar nuevas discusiones o para evitar enfados o tristeza por parte de sus seres queridos; o simplemente pueden ponerse a la defensiva, desviando la atención. La mentira juega un papel crucial en todos estos procesos.

4. Mienten por encontrarse en una etapa de negación

Aunque la evidencia dicta lo contrario, el período de negación obliga al adicto a mentir, a repudiar su problema e ignorar las consecuencias que pueden desprenderse de su comportamiento. Sin embargo, aunque la negación puede tener una función protectora valiosa permitiendo a las personas procesar la información y llegar a un acuerdo final, en la adicción se puede convertir en un período dominante.

Un ejemplo es que el adicto puede acabar viendo a sus seres queridos como enemigos y autoafirmarse en que la adicción no solo es aceptable, sino necesaria para su vida. También puede acabar usando armas como la racionalización, la proyección o la intelectualización con tal de continuar la adicción.

5. Mienten porque creen que son diferentes

La típica frase de “controlo la situación, puedo dejarlo cuando quiera” no solo es un tópico, sino que llega a ser un pilar básico de la adicción. Por ello, los adictos pueden llegar a reconocer que las drogas son un problema, pero desean seguir consumiendo, y se autoconvencen de que ellos serán una excepción a la regla y podrán manejar la situación, por lo que creen que pueden comportarse de manera diferente a los demás y continuar con su vida.

6. Mienten porque se sienten avergonzados

En los momentos de sobriedad, los adictos pueden llegar a darse cuenta realmente de su problema y sentirse terriblemente avergonzados y arrepentidos.

Sin embargo, no son capaces de controlar sus emociones, y la única forma que conocen de hacer frente a los problemas es justamente el uso de las drogas. Es un circulo vicioso (nunca mejor dicho).

7. Mienten porque pueden

Finalmente, hay adictos que llegan a un punto donde sus seres queridos coinciden con la negación del mismo adicto y hacen la vista gorda delante de sus comportamientos, incluso defendiendoles, ya que reconocer la verdad es demasiado doloroso para ellos o porque ya han aguantado tanto sufrimiendo que no tolerarían más.

Por ello, cuando los seres queridos del adicto llegan al punto de pensar que las mentiras de este son aceptables, ayudan a perpetuar la adicción.

Vía | PsychCentral.