La extraña relación entre la intolerancia a la lactosa y la esquizofrenia

Investigadores del Krembil Family Epigenetics Laboratory hallan una relación entre la intolerancia a la lactosa y la esquizofrenia.

La genética y la epigenética son dos ciencias que se entienden mejor juntas. Nuestro genoma se encarga de almacenar las instrucciones para el diseño de nuestro organismo por completo, y la epigenética es la voz cantante sobre cómo y cuándo van a llevarse a cabo las instrucciones, y lo que es más importante, esta última “aprende” con el tiempo y las circunstancias.

No te extrañes que con la edad te cueste más incluir la leche en tu dieta, pues quizás te hayas vuelto intolerante a la lactosa. No es por arte de magia, no es por una enfermedad, no es por un virus, es por la combinación de elementos que repercuten en la expresión de nuestros genes a través de la epigenética.

Más del 65% de los adultos en todo el mundo son intolerantes a la lactosa

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Nuestro organismo es capaz de procesar la leche gracias a una enzima llamada

Estos cambios no ocurren por igual en todas las personas, y esa es la razón que ha motivado a Arturas Petronis, autor del artículo publicado en Nature Structural and Molecular Biology, comprender qué cambios epigenéticos están ocurriendo en la intolerancia a la lactosa y cómo nos podrían servir para entender otras condiciones.

Nuestro genoma es muy dinámico. Está organizado en diferentes niveles de compactación de forma que ciertas zonas no están accesibles a la maquinaría de transcripción, la encargada de interpretar nuestro genoma. Diferentes elementos se unirán o separarán de nuestro ADN, de forma que ciertas regiones se hagan accesibles o no y con ello se produzcan cambios en la expresión de los genes, que en el caso de la intolerancia a la lactosa conllevarán a la reducción en la expresión de la enzima lactasa.

La sorprendente relación entre la intolerancia a la lactosa y la esquizofrenia

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Tanto la intolerancia a la lactosa cómo la esquizofrenia son heredables, y sin embargo, no aparecen sus síntomas hasta una edad avanzada. Aunque lo más curioso en ambas condiciones, es que la epigenética puede jugar un papel vitan en su aparición.

Aun es todo un reto, ya que estamos hablando de una mayor cantidad de genes implicados en las enfermedades y trastornos mentales, sin embargo, cómo se ha conseguido concluir con la intolerancia a la lactosa estamos un paso más cerca de desenmascarar la epigenética de la esquizofrenia y otras enfermedades.