José María Aznar ha aprovechado este jueves su intervención en la clausura de un máster para advertir de las nefastas consecuencias que puede llevar aparejada la "tentación de polarizar" al electorado ante el 26-J. El expresidente mantiene que la dinámica de "radicalizar, dividir y enfrentar a unos españoles contra otros" es una competición en la que "siempre ganan los peores".
Aunque Aznar no citó en ningún momento a Mariano Rajoy ni a Pablo Iglesias, la referencia a ambos es obvia. La tesis de que el discurso del miedo puede convertirse en un bumerán que acabe poniendo en riesgo el actual marco de convivencia supone una enmienda a la totalidad de la estrategia electoral por la que ha optado el PP. Rajoy, decidido a que el electorado de centro derecha le vote aunque sea con una pinza en la nariz, ha optado por un discurso frentista que también moviliza a los simpatizantes de Podemos.
La progresión del partido de Iglesias en los sondeos debería ser suficiente motivo para tener en consideración la advertencia del expresidente, que mantiene que, lejos de polarizar a la sociedad, el PP debería intentar tejer alianzas, pues nada hace pensar que los comicios se resuelvan con mayorías claras. Hace una semana Aznar llamó la atención sobre el relajo en la obligada contención del déficit; ahora vuelve a evidenciar la sima existente entre el partido que él fundó en 1989 y la organización que ahora preside Mariano Rajoy.