Los jueces empiezan a ponerle coto al parasitismo de algunos hijos mayores de edad de padres separados. Tres sentencias emitidas recientemente por las Audiencias provinciales de Pontevedra y Girona eximen a los progenitores de pasar la pensión alimenticia a sus hijos adultos al entender que los beneficiarios abusaban de las prestaciones con el objetivo flagrante de perpetuar sine die su vagancia.
En los tres casos, los jueces reparan en la holgazanería militante de los pensionados, que ni estudian, ni trabajan, ni se preocupan remotamente de su porvenir, para eximir a los padres de "sufragar la indolencia" de sus vástagos y su renuncia a "la lucha por la vida", según puede leerse en uno de los fallos.
En otro de los casos, el tribunal declara "oportunista" la estratagema de uno de los jóvenes que, tras conocer la demanda paterna, se matriculó en un curso para aparentar ficticiamente un "estatus de estudiante". Estas sentencias, que empiezan a marcar una tendencia, son necesarias para acabar con la utilización perversa del sistema de protección actual. También son oportunas para poner el foco en el fenómeno sociológico que supone la existencia de auténticos ni-nis profesionales.