Tal y como hiciera ya hace tres años, la Justicia belga ha vuelto a rechazar la extradición de la etarra Natividad Jáuregi Espina, alias Pepona, acusada de asesinato por un atentado en 1981 y a la que la Justicia española la relaciona con otros cinco.
Las autoridades belgas fueron sensibles al disparatado argumento de la terrorista, que para no ser entregada a España esgrimió que en nuestro país se produce una violación sistemática de Derechos Humanos.
En un momento de necesaria cooperación internacional entre las fuerzas de seguridad no se explica la falta de colaboración de Bélgica. O sí, se ve con qué ineptitud hace frente este país al fenómeno terrorista. En cualquier caso, formar parte de la Unión Europea debería conllevar ciertos compromisos y reconocimiento mutuo.
Bélgica, a la que desgraciadamente los yihadistas le han sacado los colores, vuelve a hacer el ridículo ahora en la lucha contra el terrorismo al negar la extradición de Pepona.