Un explorador, un mosquetero, un 'pocasolta' y Blancanieves
La autora resume la actualidad a través de personajes destacados, dos televisivos a los que alaba, una 'amiga' del Emérito y un presidente autonómico.
Corinna
Corinna Larsen ha vuelto a hablar. Después de la entrevista a la 'BBC', le ha tocado el turno a Paris Match. La revista de las princesas monegascas ha ofrecido a Larsen la oportunidad de contar su cuento con el Rey Juan Carlos, el actual Emérito. A la tercera irá la vencida. Si Corinna decide venir a España estaremos encantados de ponerle un altavoz en Sálvame.
En Paris Match, Corinna ha arremetido contra lo que ella considera los enemigos de su ex: la Reina Sofía y Rajoy. A doña Sofía la acusa de tramar un golpe contra Campechano, y a Rajoy, de castrar la Monarquía. Peor aún. Según Larsen, sería el propio Campechano quien habría señalado a la Emérita y a Rajoy como responsables de una operación contra la Monarquía.
El culebrón suma y sigue. Pero no nos engañemos: antes de que “Antoñita la fantástica” hablara en Paris Match, la Historia ya estaba escrita.
Larssen no se ha privado de opinar también sobre Felipe y Letizia. De Felipe VI dice que cuando lo conoció parecía avergonzado. Letizia, en cambio, le resultó encantadora. Lagarto-lagarto.
Buenafuente
Andreu Buenafuente ha sido galardonado esta semana con el Premio Nacional de Televisión, para el que ha hecho sobrados méritos. Andreu es un humorista, un comediante y como él mismo dice, un pocasolta, palabro que carece de traducción al castellano (que se sepa). Como tantos creadores de amplio espectro, empezó Buenafuente en la sección deportiva de radio Reus, y ha terminado haciendo de todo, desde programas de televisión a la carta a la gala de los Goya. Actualmente dirige Nadie Sabe Nada, en la SER, con Berto Romero de coprotagonista (no se sabe quién es más pocasolta de los dos). Se trata de un programa descabalado, irreverente, y sobre todo, escatológico. Muy indicado para la hora del aperitivo. Con un Martini seco sienta muy bien.
Jesús Calleja
Simpático y parlanchín, aventurero, carismático. Ha conseguido algo más que el éxito: la felicidad. Sonríe de continuo, vive como un trotamundos, tiene muchos amigos y jamás se queja. Lo mismo monta en globo, que escala el Everest, hace piragüismo o vuelo sin motor. No hay nada que se le resista. Jesús Calleja ha hecho de la aventura un motivo constante de felicidad, y todos los días conquista un nuevo reto. Esta semana, mientras el país bullía en críticas, el epidemiólogo Fernando Simón se dejaba camelar por Calleja y juntos hacían submarinismo en el mar de Baleares, donde los pulpos se hermanan con la posidonia.
Simon y Calleja. Simón es un científico. Calleja un aventurero. Ambos practican muchos deportes pero a nadie le consta que se hayan dedicado a pescar rastreadores. Es una receta perfecta: aventura y solidaridad. Se salvarían de las críticas.
Torra
El presidente de la Generalitat sigue siendo noticia reincidente, es decir, NO-noticia, tras asistir como mirón a la vista de su recurso para que le levanten la inhabilitación por desobediencia (recuerden la vieja historia de los lazos amarillos en la fachada del Palau Sant Jaume): la autoridad le ordenó quitarlos y él, erre que erre, desobedeció. Ya era tarde para librarse de la inhabilitación.
Quim Torra cometió un delito y lo sabe mejor que nadie. Hizo lo mismo que Puigdemont cuando proclamó la independencia y segundos después se arrepintió. Como decimos los catalanes, “no se vale”. O desobedeces o acatas. O te sumas o te disuelves. Las medias tintas son de tramposos.
Catalunya vive tiempos de guerracivilismo sordo. Junts per Cat y ERC andan a la greña. Para los de Torra y Puigdemont, ERC es un partido de traidores porque apoyó la investidura de Sánchez y fue cómplice de MadriZ al negociar la mesa de diálogo a sus espaldas.
El fallo está al caer. Saldrá inhabilitación, casi seguro. Lo más probable es que Torra vuelva a la Generalitat, lo cierre todo a cal y canto y luego se trague la llave.