Mítica Balcells, las niñeras de Montero y el retorno de Xavi
Carmen Balcells, Irene Montero, Mohamed VI y Xavi Hernández; la autora comenta lo más destacado de la semana a través de sus protagonistas.
Carmen Balcells
Carmen Balcells fue una reputada agente literaria, aunque su biógrafa, la académica Carme Riera, ha declarado recientemente en el libro "Traficante de palabras": "Balcells fue algo más. Fue un mito".
También fue una mujer de largo recorrido. Nació en Santa Fe (Lleida) y tuvo tantos escritores como amantes. Tal vez no fuera la mejor forma de amar, pero era la suya. Brillante, arrasadora, divertida. Los escritores le estarán eternamente agradecidos, pues acabó con la servidumbre de los contratos vitalicios.
La primera vez que leí unas notas biográficas de Balcells, supe que pertenecía a una categoría superior de mujer: la mujer diosa. Para no parecer tan exagerada recurro a unas frases de García Márquez que la retratan bien. Decía: "Nunca hablo de dinero con los editores y productores de cine, porque tengo un agente literario que habla por mi mejor que yo; primero, porque es mujer; y segundo, porque es catalana".
Tuve la suerte de que me la presentaran en la clínica Buchinger de Marbella, un centro de adelgazamiento donde todos los años se afilaba el tipín Mario Vargas Llosa, uno de los autores más afamados de la cuadra de Balcells Aquel verano la incorporamos a nuestras cenas. Sus conversaciones eran un lujo. Recuerdo a Raul del Pozo y a Natalia Ferraccioli, Lita Trujillo y otros. Llevaba una camarita en la mano y se pasaba las noches haciendo fotos para tener recuerdos de todos de todos.
Las entradas y salidas de la Buchiger burlando la portería eran apoteósicas. Carmen iba muchas veces en silla de ruedas, aunque por lo común se valía de nuestra ayuda y teníamos que montar un cristo para no delatarla.
Decía pues que Carmen había nacido en Santa Fe, pero no Santa fe de Nuevo México, ni Santa Fe de Granada, ni de Antioquia (Colombia) sino Santa Fe de la Segarra, en una comarca poblada de castillos y adornada con iglesias románicas, portales morunos y arcos de medio punto. Yo creía que Carmen había sido una chica mexicana peinada con dos trenzas que le caían por los hombros. También creía que los mozos llevaban amplios mostachos y le cantaban las mañanitas. Normal. El nombre de Santa Fe se prestaba a muchas ensoñaciones.
La familia de Balcells se trasladó a Barcelona siendo Carmen muy joven. Desde el principio estuvo rodeada de poetas. Se casó y tuvo un hijo, actual propietario de la agencia. Sus años dorados fueron los del boom latinoamericano: García Marquez, Vargas Llosa, Cortazar, Donoso, Manuel Puig, Juan Rulfo, etc. Imngenua de mí, siempre pensé que el boom se debió a ella, la mama grande.
Ahora está enterrada en Santa Fe, un pueblo que no sobrepasa los cincuenta habitantes. Junto a ella descansa Juan Marsé, amigo y escritor que se prestó a hacerle compañía hasta siempre.
Irene Montero
Irene Montero empezó en la política con mucho brío gracias a Pablo Iglesias, al que muy pronto habría de superar. Pablo se había enamorado (y posteriormente desenamorado) de Tania Sánchez, una chica de Vallecas que triunfaba con un nombre ruso rescatado de algún cuento de Chejov,
Tania era lista pero desapareció del mapa por un caso de nepotismo y corruptelas que, sin demostrarse del todo, sonaba parecido al caso de Isabel Ayuso y las mascarillas del hermano. Entonces apareció Irene Montero que era lista como el hambre, y enseguida aprendió. La primera lección fue la del proyecto familiar, que se materializó con tres preciosas criaturitas que sacaron adelante con mucho esfuerzo y alguna niñera. Eran los tiempos del chalet de Galapagar. Pablo e Irene vivían volcados en su familia y parecían felices. De pronto a Pablo le dio un aire, una súbita necesidad de libertad, y se quitó de en medio. Dejó el Congreso, dejó la casa de Galapagar, y pidió la baja familiar. En ella sigue. Irene, por su parte, permaneció fiel a sus retoños y a su vida de campo.
Pero en medio del silencio empezaron a surgir los problemas, Irene, que entonces ya era ministra de Igualdad, se organizaba como podía con la ayuda de tres asistentes: dos escoltas que ejercían de cuidadoras cuando se las requería para ello, y la jefa de prensa de Podemos, que también asumió ejerció de niñera.
Mónica Carmona, especie de supervisora podemita, denunció el caso. El ministerio estaba a tope de cuidadoras. Ahora me pregunto: ¿Las niñeras eran del Estado, de Podemos, o de Pablo e Irene, padres de las criaturas?
Mohamed VI
Esta es la historia de una carta que fue de Moncloa a Rabat y acabó en manos de Mohamed VI, quien de vez en cuando todavía la lee para convencerse de que ha sido escrita por el presidente del Gobierno español.
Se supone que la idea se le ocurrió a Sánchez, pero se abstuvo de comunicarla para no estropear su intención de adherirse a las tesis de Mohamed VI. Ya en 2007 el rey de Marruecos había lanzado su propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental. Sin embargo, el Gobierno español no se había pronunciado hasta ahora. El monarca alauita no sólo leyó la misiva para sí mismo sino para el mundo mundial. Se trataba de que todos, los españoles también, recibieran cumplida noticia de que Sánchez aceptaba la posición marroquí.
La carta, abundante en faltas de ortografía, errores gramaticales y fallos de sintaxis, fue celebrada por los marroquíes, pero no así por los saharauis de Tinduf y de buena parte del Sahara Occidental. Tampoco por Argelia, que rápidamente mandó llamar a su embajador en Madrid para dar explicaciones.
Esta ha sido la segunda traición al pueblo saharaui, después de la del 14-N de 1975. La del Acuerdo Tripartito entre España, Marruecos y Mauritania, sobre el futuro de la provincia del Sahara tras la retirada de España.
Volviendo a la carta que dirigió Sánchez al Monarca alaui, llevaba fecha del 14 de marzo. Los 14 no son fechas gratas para los saharauis.
Mohamed VI siempre ha reclamado los derechos históricos de Marruecos, pero Marruecos no tiene derechos históricos. La que los tiene es España.
Xavi Hernández
Si esta semana hubiera terminado la guerra de Ucrania, o mejor, la del infame Putin, estos días nos habríamos explayado con el histórico 0- 4, obsequio del Barça al Real Madrid. Eso sí que fue una batalla por todo lo alto. Ni Putin soñó con llegar tan arriba.
Xavi era un jugador discreto y callado al que ficharon en Qatar y se pasaba el día elogiando la democracia de los países árabes. No le importaba vivir a cincuenta grados a la sombra ni estar todo el santo día en un mall con el aire acondicionado a tope y pillando trancazos un día si y otro también. A Xavi no le importaban las temperaturas extremas. Se sentía tan a gusto metido en un chalé nevera que algunos días hasta levitaba.
Pero fue llegar a España (perdón, a Catalunya) y todo cambió. Se hizo tranquilo, amable, y cuando pretendía decir que los árabes eran demócratas se mordía la lengua para impedirlo.
Ahora Xavi es padre de familia y entrenador del Barça. Está casado con la periodista Nuria Cunillera, pero no la veo yo ejerciendo de presentadora de televisión o escribiendo en Mundo Deportivo. Todas las esposas de futbolistas que se han cruzado en mi camino estaban en un desfile de modas junto con otras esposas de futbolistas. Les dicen las WAGs y siempre están en la primera fila de los desfiles. Las WAGS más guapas del Barça las reune Rosa Clará y son Shakira, Anna Ortiz, Romarey Ventura, Nuria Cunillera y otras tantas que se me despistan. Se las puede ver siempre en primera fila.