Gracias Felipe González por abrirnos las mientes y las seseras. Por ilustrarnos sobre lo obvio en las publicaciones que vd. tiene y en las que puede. Por ser la conciencia callada de no sé qué socialismo con tortilla y con dientes amarillos. Por ser el baluarte con canas del socialismo que ya no queda, o que sí que queda y que va vestido de flamenca al talle trianero. De verdad, gracias por alertarnos a toro pasado de las capacidades y aptitudes de Pedro Sánchez. Es impagable su labor, querido Isidoro, en esto de largar de España con cuatro puros y cinco tribunitas en ya sabemos qué periódico.
Y cuando lo entrevistan de fuera, pues ya sí que usted -querido jarrón chino, querido ex, querido Felipe- no se la coge con papel de fumar, y bien que larga de esta España y de sus demonios. Porque desde la barrera de Punta Cana sí que se ven bien los toros de España; lo que pasa es que a Pedro Sánchez lo venimos aguantando otros, Felipe.
Pero gracias, sr. González, por acordarse de España en las páginas de Politique Internationale. Que Pedro Sánchez, ese muchachote alfa, no era De Gaulle lo sabíamos todos desde el minuto uno; De Gaulle lideró moralmente la resistencia al nazismo, y Pedro Sánchez resistir, resistió lo que pudo en su era histórica con dos fuerzas antagónicas: entre su Begoña en el desayuno y la Sultana en los periódicos.
Digamos también, señor González, que coincidimos en que como usted asegura en la entrevista, “el PSOE ha perdido su vocación mayoritaria”. Es una verdad como un templo, sí, pero a esa conclusión hemos llegado aquí los taxistas de Madrid en pleno, dos catedráticos de Románicas y acaso los triunfitos de OT en cuanto apareció Pdr en nuestras vidas.
Y esa media hora que dice usted, señor González, de la que no pasa Pdr hablando sobre España es cierto. Lo vimos cuando la entrevista del Follonero, que fue así una cosa entre lacrimógena o de primero de Periodismo o de primero de politiquería. Pero vamos, que aquí los autobuses funcionan relativamente, nos apareamos en lo que podemos y vamos salvando el día aunque usted no diga nada en Politique Internationale. Y todo a pesar de que, efectivamente, Pablo Iglesias sea un Lenin 3.0. Una contradicción con patas, vaya. Como usted mismito.
En fin, señor González. Que sí, que efectivamente Sánchez es un muerto con ganas de marear la perdiz, pero recuerde aquello que dijo Roosevelt de Somoza: pues eso, que Sánchez es nuestro muerto, el muerto útil de Podemos y la mosca cojonera/tuitera de la gestora.
Suyo siempre, Picalagartos.