Será difícil que ningún otro Gobierno español vuelva a mostrar la desesperación canina, casi de maleta de cartón y hambre atrasada, con la que el PSOE se ha lanzado a colocar a los suyos en todos los chiringuitos, sinecuras y canonjías que cuelgan del presupuesto del Estado. Al PSOE le das la NASA y te pone al frente a Adriana Lastra, esa astronauta del intelecto, entre los aplausos de La Sexta y eldiario.es por la acertada elección y la "imperiosa necesidad de feminizar la Vía Láctea". Por colocar, hasta han colocado los socialistas a un filósofo al frente de ENUSA, la empresa que gestiona el suministro de uranio a las centrales nucleares españolas.
Aunque, bien visto… ¿qué podía hacer el anterior director de ENUSA, un licenciado en ingeniería industrial con veinte años de experiencia en técnicas energéticas, frente a un filósofo con una experiencia de más de treinta años como afiliado al PSOE valenciano? Lo mismo que Einstein al lado de un tipo con un botijo y un carnet del PSOE: hacerse a un lado de la carretera y dejar pasar al nuevo rico socialista subido a lomos de su pollino con pololos.
Y que no me vengan con el rollo del "todos lo hacen". Todos lo hacen, sí, y ese es uno de los (verdaderos) cánceres de la democracia española junto con el de la impunidad moral y a veces hasta penal de las izquierdas y sus violentos. Pero se suponía que el PSOE iba a ser el Gobierno de la dignidad, el epítome de la civilización y la esbeltez democrática, tras años de gañanería derechista, ¿no es cierto?
Pues miren por dónde. Resulta que la desfachatez, la impunidad, la jactancia y la chulería puramente fascista con la que el PSOE ha actuado tras su aterrizaje en los presupuestos del Estado ha reventado el indignómetro hasta de aquellos cínicos que andaban ya curados de espantos.
Eso sí. Nadie le negará transparencia al razonamiento de Pedro Sánchez y los suyos. "Como estamos en las manos de Carles Puigdemont y su mayordomo en la Generalidad nos puede obligar a adelantar las elecciones cuando al separatismo le dé la gana, concentramos en dos meses los enchufes de cuatro años y eso que nos llevamos crudo si el PP y Ciudadanos ganan las elecciones".
Pero, sobre todo, sorprende la unanimidad con la que la izquierda política y mediática ha hecho piña con el PSOE y defendido unos nombramientos que si algo demuestran es la concepción caciquil, puramente franquista, que el socialismo tiene del Estado. Tantos años buscando franquismo sociológico hasta en los géneros gramaticales y cuando lo tienen frente a ellos, orondo, lozano y henchido de sangre cual garrapata famélica de puestito a cargo del lomo ajeno, se ponen a silbar con la vista perdida en el horizonte. Hasta Rufián ha salido a defender el más impresentable de todos los nepotismos socialistas, el de Begoña Gómez.
Begoña Gómez. Licenciada en Marketing, Directiva del Grupo Inmark, Máster en Cooperación Internacional y 20 años de experiencia en consultoría y docencia.
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) 8 de agosto de 2018
Haceos así que tenéis un poco de machismo en la cara.
Y por cierto. ¡Cómo tiene que ser el bizcocho de indultos y concesiones que andan negociando el PSOE y los golpistas de ERC para que Gabriel Rufián, el aspersor humano de fake news, haya salido en tromba a defender el currículo de la esposa del presidente del Gobierno!
Quinientos cargos ha colocado el PSOE en apenas dos meses de Gobierno. 501 si contamos a Begoña Gómez. Y eso con el verano de por medio. Le llega a pillar esto en otoño y Pedro Sánchez te coloca a los 190.000 militantes del partido después de despedir a 190.000 ingenieros, abogados y técnicos especializados con décadas de experiencia. Quién le iba a decir a Enrique Tierno Galván que su lema de "el que no esté colocado que se coloque" iba a ser obedecido tan a rajatabla por sus herederos treinta años después.
Y por eso no podemos tener cosas bonitas en España. Porque a los diez minutos aparecen por la plaza los vecinos del barrio, hunden las uñas en el parterre y arrancan las flores para llevárselas a su casa. A dejarlas morir de sed y abandono entre paredes manchadas de pisadas y dedazos de grasa. Hasta que el Ayuntamiento vuelve a plantar flores de nuevo y ellos hunden otra vez sus uñas en el parterre en un bucle infinito de desprecio por lo público disfrazado de autodestructiva "democracia popular".
Pero, oigan, ¿quién puede resistirse a lo gratis? El PSOE de la dignidad, desde luego, no.