La falta de acuerdo entre PSOE y Podemos, junto con el hecho de que la moción de censura contra Mariano Rajoy tuviera éxito y lo desalojara de la Moncloa, y el que los últimos Presupuestos Generales del Estado aprobados fueran los de 2018 está llevando a España muy cerca del ideal anarquista o anarco-capitalista: la ausencia de gobierno. Incluso muy cerca del ideal comunista: la administración de las cosas y no el gobierno de los hombres.
Bueno, en realidad no es tan exagerado el asunto, puesto que la propiedad de los medios de producción sigue en las mismas manos (para lamento de los anarquistas) y el estado del bienestar también sigue en su sitio, para disgusto de los anarco-capitalistas, pero algo es algo y el caso es que el gobierno actual ya no puede tomar demasiadas iniciativas sino solo administrar lo que el gobierno anterior (que tampoco podía hacer demasiado, ya que solo pudo ser investido gracias a la abstención forzadísima del PSOE) le dejó y, para colmo, con sus mismos presupuestos, que el anterior gobierno no pudo ni siquiera estrenar, el pobre. Se puede decir que desde 2015 ha habido “poco gobierno”. Cuatro años ya. Ni se ha notado…
Los corresponsales extranjeros se preguntan alarmados que es lo que va a ser de España con un gobierno en funciones perpetuo (o incapaz de conseguir que le aprueben los presupuestos) a la vez que se sorprenden de que la economía española esté creciendo más que buena parte del resto de las europeas. Yo suelo contestarles que una cosa explica la otra: sin gobierno que pueda ejercer como tal se evitan los errores en que los gobiernos suelen incurrir por exceso de activismo.
A veces se escucha decir a algunos ministros (de cualquier partido) o a consejeros de comunidades autónomas que su tarea de gobierno está siendo, o fue, exitosa porque han sacado adelante un número elevado de leyes y reglamentos. ¡Como si la eficacia de un gobierno se midiera por el hiper-activismo legislativo!
Si se repasa la Historia de España se ve que las únicas leyes económicas que cambiaron las cosas, generalmente para bien, se cuentan con los dedos de una mano: no pasan de una o dos por década. Si es que… Lo que, felizmente, parece que pudo coincidir con que España se abriera al mundo y con avances económicos que casi ni hubieran podido soñarse.
Sin gobierno que pueda ejercer como tal se evitan los errores en que los gobiernos suelen incurrir por exceso de activismo
En realidad, la existencia de un gobierno en funciones permite que todo vaya mucho mejor no solo para el conjunto de España y para la administración central (que funciona con un Presupuesto prorrogado) sino para las comunidades autónomas, a alguna de las cuales, como Cataluña, también le está sentando muy bien la ausencia en la práctica de un gobierno autonómico. Quien tenga dudas, que piense lo que podrían estar haciendo Torra y los suyos si pudieran sacar adelante sus proyectos legislativos…
El problema, dirán muchos, es que se nos acerca una nueva crisis económica que ya viene precedida de su correspondiente galimatías: si es una recesión lo que viene o es solo una desaceleración del crecimiento (es decir, que se crece pero se crece menos); si es culpa de Rajoy que dejó unos presupuestos que no son suficientemente expansivos o de la falta de acuerdo para formar un nuevo gobierno que dé respuesta a las necesidades económicas del momento; si viene de fuera, por la guerra comercial, o es mérito de los socialistas que están en el gobierno…
Es una buena discusión que tendrá encendida la retórica durante los próximos meses pero que, como de costumbre, servirá poco para explicar lo que está sucediendo, si es que una tal explicación es posible.
Lo cierto es que la economía mundial crece menos que hace un año, aunque más de lo que lo está haciendo el comercio mundial, lo que, de momento, es un síntoma menos malo pues, en principio, eso se puede interpretar como que el PIB global está dando síntomas de que aguanta bien los efectos de la guerra comercial y que, por tanto, no se están hundiendo ambos, comercio y PIB, de manera simultánea, tal y como sucedió en los años 1930-1932 y en 2008-2009, aunque la magnitud del hundimiento en uno y otro caso tuvieran orígenes completamente diferentes. Aunque sin guerra comercial entre EEUU y China probablemente el PIB mundial estaría creciendo más de lo que lo hace actualmente. Pero nunca se sabe…
Por ahora, lo que parece claro es que, aunque las economías respectivas de los tres bloques, USA, Unión Europea y China crecen menos, tampoco parece que venga una gran catástrofe: quien tenga dudas sobre esta afirmación que se pregunte si cree que el sistema financiero mundial va a quebrar de nuevo. Parece que no. Eso descarta, por tanto, los augurios más negativos.
Quien tenga dudas sobre esta afirmación que se pregunte si cree que el sistema financiero mundial va a quebrar de nuevo. Parece que no
La eventual recesión es más probable a fecha de hoy en Europa que en EEUU porque los resultados de las empresas europeas ya son peores que los de hace un año, síntoma que suele anticiparse al comienzo de los retrocesos económicos. Según Refinitiv (antigua División Financiera de Thomson Reuters) en el primer trimestre de 2019 fueron un 2% más bajos que los del primer trimestre de 2018, y estima que los del 2º trimestre habrán sido también un 2,6% menores que los de idéntico trimestre del año pasado. Todos ellos calculados para las empresas que forman el índice de Bolsa Stoxx 600.
Y, ¿que harán las Bolsas? Por ahora se están comportando de una manera algo extraña, como si la eventual recesión fuera a ser muy suave, inexistente o, incluso, como si ya se hubiera pasado. No hay que esperar, por tanto, por ahora, grandes alegrías ni disgustos serios.
Y, ¿qué hacer si llega la recesión y solo hay un gobierno en funciones? Tendremos un presupuesto prorrogado que no es ni demasiado expansivo ni, tampoco, contractivo. Casi un milagro de situación: sin excesos ni medidas económicas que pudieran resultar equivocadas y con la supervisión benevolente de Bruselas y el Banco Central Europeo vigilando que nuestro piloto automático funciona correctamente.
N. B. Ya sé, ya sé que hay que resolver el que las Comunidades Autónomas puedan recibir sus transferencias. Para eso están los anticipos reintegrables…