Algún sesudo editorialista diría que el viaje de Iglesias con Felipe VI y su reencuentro con la carcundia bolivariana supone "una suerte de diplomacia paralela para establecer internacionalmente la agenda del vicepresidente". Yo diré que, a tenor de las imágenes y de los compromisos, Iglesias fue al Cono Sur a pasear el moño y las escoliosis y a consagrar el chompa party; para mayor escarnio de la imagen de España en Europa, la Venezuela de la otra orilla.
Genera tristeza el traje de muerto de Iglesias, la mascarilla quirúrgica en el Rey y la bandera indígena presidiendo el culto a Evo Morales/ Luis Arce y a todas las bananerías al Sur del Río Grande, que en Bolivia han ido a hacer confraternización de Estados fallidos estos vástagos de Pachamama, que diría Chapu Apaolaza. Jamás sabremos el coste en imagen -y en jurdeles- del viajecito al país de la llama.
Bolivia no tiene mar, y por La Paz sólo reman los suspiros y los cocaleros, y para esto va dejando el Ejecutivo al Rey, que no pegaba ni con cola en el rumbo que le han impuesto a América Latina: una diarrea indigenista con los poemillas de Galeano como norte norte moral de aquellas tierras que vieron florecer el mejor barroco.
Habría que ver qué se fizo en el avión entre Barajas y La Paz; si hubo brindis de Machaquito de Rute -el de las prosas de Sampalo- para sobrellevar el mal de altura e ir pasando el rato entre la elegancia borbónica, el torpe aliño indumentario de Iglesias y la convidada de piedra, González Laya, con un foulard muy apropiado para las noches congelantes del páramo andino.
Latinoamérica siempre ha sido la gran oportunidad o el forúnculo, y el Gobierno de coalición apoya lo segundo transitando, la primera, por la senda del chavismo. El mal de altura se reveló en todo este sarao de pachamamas y escupidoras llamas con un manifiesto, "Declaración de La Paz", por donde por no faltar ni faltaron Zapatero ni Alexis Tsipras, que es bien sabido que Grecia limita al Norte con el Titicaca y al Sur con el altiplano.
El cambio de régimen era esto: llevarse al Rey por dar empaque a los aliados de Iglesias mientras en Flandes -y en Parla- ya se ha puesto el sol.
Un año del 10-N...