A Feijóo nunca le dijo su abuela aquello de que estaba más guapo calladito y por eso no entiende que es la única campaña que debería hacer el PP a estas alturas. Cuánto ganarían si ficharan de ideólogo a un cartujo que les explicase el valor del silencio, para encontrar a Dios o para llegar a la Moncloa.
Basta con que no hagan ruido, que es lo que le sobra a la vida política española. Todo es ruido, de sables, de puñales por la espalda, de abrecartas, de ministros que hoy dicen una cosa y mañana la contraria sin pudor y con impunidad. Aunque lo que tengan en sus manos sean las vidas de todas las mujeres violadas y ellos prefieran que sus agresores salgan libres a quedarse más allá de las 15:00 en su despacho o peor aún, darle la razón a la oposición.
Diría que sirve con que el PP use un silencio de esos de radio. Un silencio a lo Quintero, dramático, carismático, bien empleado para acentuar lo que ocurre de fondo. Que no es otra cosa que la absoluta ignorancia de todo un Ejecutivo sobre cómo gobernar.
La barbarie de que nos quieran servir la cabeza de Montero como única responsable de la ley del 'sí es sí' cuando hasta hace dos semanas la aplaudían todos los ministros, el presidente y el Partido Socialista en pleno.
No es necesario que recen en Génova al ritmo que mienten desde Moncloa. Feijóo avisaba a sus cabezas de lista para que no metan la pata de aquí a mayo. Pero da lo mismo lo que hagan sus candidatos, el único que no debe fallar es él.
Tiene esperando toda la izquierda española (y parte de la derecha) a que ponga mal la coma a un vocativo, a que bese un caniche, para poner las calles a arder. Y si es porque le da por oler un caniche, como Albert Rivera, sopesaría seriamente contribuir con un bidón de gasolina, incluso al precio al que está.
Que nos dejen de campañas como las de la última década, consistentes en decir una barbaridad más grande que la anterior. En prometerle más millones a todos los españoles de España, a los alemanes de Alemania y a las cobayas de los laboratorios como si votaran.
[PP y Vox garantizan tramitar la reforma del 'sólo sí es sí', que no entrará en vigor hasta marzo]
Por primera vez en muchos años debería plantear el PP una campaña seria, porque el PSOE se desmonta poniéndole frente a un espejo. Y eso lo entiende incluso Pedro Sánchez, que cada vez piensa menos en gobernar y más en reconvertirse en folclórica de las tertulias o de las instituciones internacionales. Lo mismo da.
¡Feijóo en silencio! Sin decir nada más que "moderado". Y cuando tenga ganas de hablar, que le saquen un atril y se dedique a enumerar una a una las mentiras y las falacias de la Moncloa y de sus socios. Nada más. A mí me da igual que no haya leído a Orwell (lo que es ridículo es que lo cite por epatar) mientras sí lo haya leído a quién escoja de ministro de Cultura. A Orwell y, a ser posible, uno o dos libros más.
Hay guerras que se ganan dando la batalla y otras por aburrimiento. Y la izquierda, desde hace décadas, todas las pierde igual: el día que a la gente se le hace imposible sostener económicamente los caprichos de los demás.